El consumo excesivo de azúcar ocasiona diabetes, obesidad, hígado graso, hipertensión y deterioro en la dentadura, entre otros muchos dañinos efectos sobre la salud; pero esto no es nada que usted no sepa. ¿Por qué entonces no dejamos de tomarlo? Hay una razón realmente inquietante: porque estamos enganchados.
Sí, exactamente igual que los alcohólicos al alcohol, los drogadictos a las drogas, los fumadores al tabaco o los ludópatas al juego. En Estados Unidos saben que es una adicción con todas las de la ley, y quedó aún más claro tras la publicación en 2012 en la revista científica Nature del informe “Salud pública: la tóxica verdad sobre el azúcar”. (1)
También lo sabe muy bien el Dr. Jean-Paul Curtay, que ha dedicado el Dossier de este mes a desenmascarar una verdad ante la que a este lado del charco parecemos estar ciegos. Y le aseguro que una vez que lo haya leído no volverá a ver del mismo modo las chocolatinas, los snacks, los refrescos ni esos terrones que se pone en el café u otras bebidas.
¿Por qué es adictivo?
Para empezar, gran parte de nuestro equilibrio personal se debe a la armonía entre dos sustancias orgánicas: la noradrenalina (que actuaría como el pedal de aceleración de un coche) y la serotonina (un neurotransmisor que necesita insulina para ser sintetizado y que, como un buen pedal de freno, modula la noradrenalina, controlando las pulsiones).
Cuando consumimos glúcidos rápidos (como ocurre con el azúcar y al tomar alimentos procesados con grandes dosis de azúcar oculto), se atasca la mecánica de nuestro cerebro. El motor, que debería ir tranquilo, se embala: aumentan bruscamente los niveles de insulina, pues el efecto del “chute” de azúcar es inmediato y muy potente… pero desaparece rápidamente. Y entonces el cuerpo pide otra “dosis”.
Además, cuando ingerimos azúcar nuestro cerebro nos “recompensa” liberando dopamina (al igual que ocurre al practicar sexo y con el consumo de ciertas drogas), lo que hace sentir bienestar; pero se pasa rápido y queremos repetir y repetir.
Muestran el contenido en azúcar oculto de algunos alimentos de consumo frecuente en sociedades como la nuestra (2):
El azúcar en su origen es un producto natural, pero tal como está en la naturaleza es casi imposible abusar de él. Sin embargo, los procesos industriales lo han convertido en algo omnipresente, y es sencillísimo caer en el exceso. Y con ello en su adicción. Y es que el azúcar sabe bien, le gusta a casi todo el mundo y es muy barato, por lo que los fabricantes de alimentos procesados lo añaden generosamente a sus productos. Y además, como hemos visto, nos engancha. ¡La tormenta perfecta para la industria alimentaria!
Por suerte, este mecanismo es un fenómeno reversible. Una vez que hemos comprendido los mecanismos que explican nuestra dependencia al azúcar, toca dar el paso para desengancharse de esta forma de adicción. Los efectos en la salud son rápidos y espectaculares.
En el número de febrero de Los Dossiers de Salud, Nutrición y Bienestar, el Dr. Curtay le propone su plan para despedirse de esta adictiva sustancia. Descubrirá:
Entonces, ¿es el azúcar algo que realmente nos esclaviza? Cuando haya leído el próximo número de Los Dossiers coincidirá conmigo en que no se trata de ninguna exageración. Al contrario, le faltará tiempo para empezar a actuar.
Cerramos el listado de envíos de este número de Los Dossiers de Salud, Nutrición y Bienestar dedicado al consumo excesivo de azúcar mañana 28 de enero, para asegurarnos de que el envío de ejemplares a los suscriptores se realiza sin contratiempos.
Si desea apuntarse y recibirlo usted también, debe hacerlo cuanto antes y, como máximo, antes de las 23:59 horas de hoy viernes 27 de enero. Pasada esa hora, será demasiado tarde.
Haga clic en este enlace para inscribirse y poder recibirlo.
Fuentes
Artículos relacionados