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Superar las nubes de Auschwitz

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La experiencia de Viktor Frankl, superviviente de Auschwitz que ideó su propia terapia, nos enseña cómo podemos aprender a superar las nubes en estos tiempos tan convulsos.

Nacido a principios del siglo XX en Viena, Viktor Frankl fue un neurólogo que hasta el año 1936 dirigió el pabellón psiquiátrico donde estaban ingresadas las mujeres con tendencias suicidas.

Sin embargo, los vaivenes de la Segunda Guerra Mundial trastocaron una carrera que se anunciaba brillante, además de su vida personal.

Así, cuando se negó a la orden dada por los nazis de sacrificar a todas las mujeres que había internadas en el centro, fue arrestado e internado en un primer campo de concentración, para después ser transferido a Auschwitz junto con su familia.

Fue en este campo de muerte y horror donde Viktor Frankl aprendió a “superar las nubes” y pudo sobrevivir. ¿Cómo? Dando sentido a lo que le estaba ocurriendo.

Y es que el neurólogo llegó a la conclusión de que no eran las personas más fuertes, desde un punto de vista físico, quienes sobrevivían más tiempo a ese escenario de terror, sino aquellas que parecían estar al margen de lo que ocurría a su alrededor.

Comprendió que lo que las protegía era precisamente esa actitud apartada, pues ello permitía que se distanciaran de los horrores en los que estaban inmersos. Ese repliegue las llevaba a reflexionar de un modo más profundo sobre el porqué de lo que les estaba sucediendo, lo que les permitía alcanzar reductos de esperanza dentro de tanta desesperación.

Gracias a esa experiencia Viktor Frankl desarrolló su propia terapia, que denominó “logoterapia”, y cuya idea central puede resumirse de la siguiente manera: si soy capaz de dar sentido a lo que estoy viviendo, puedo encontrar una razón de ser y eso me dará una razón para vivir.

Fue esa visión lo que le permitió sobrevivir a Auschwitz, a diferencia del resto de su familia. Y con el final de la guerra, tras ser liberado, Frankl publicó numerosas obras en las que explicó cómo llevar a cabo este método terapéutico.

Para ilustrar mejor esta idea, un buen ejemplo sería el de un hombre que decide plantar un árbol con la única finalidad de tapar un hueco dentro de una hilera de troncos que hay en su jardín, mientras que otro lo hace para que sus hijos y nietos disfruten del árbol cuando este haya crecido.

¿No es sorprendente cómo cambia el sentido la finalidad que se le ha dado a ese árbol?

Del mismo modo, el sentido y la elevación por encima de uno mismo son tesoros que se deben descubrir y trabajar. Es así como el sentido se vuelve terapéutico.

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Cómo podemos superar las nubes del día a día

Voltaire escribió en su día “El Universo me desconcierta y no puedo concebir que este reloj exista y no haya un relojero”. Efectivamente, qué fácil sería si todo fuera inmutable y tranquilo. Si todo tuviera una razón de ser, como sugería Viktor Frankl, y ocurriera por un motivo concreto.

Sin embargo, superar los tiempos presentes permaneciendo incólume es un gran desafío, ya que la certidumbre en un futuro estable parece haber desaparecido. También porque muchas costumbres y rituales hoy se consideran ridículos e inútiles, lo que nos aleja aún más de ese sentimiento de permanencia que tanto necesitamos.

La provisionalidad e inseguridad del mañana es norma común en la actualidad. Se ha convertido, incluso, en símbolo de los tiempos modernos. Actualmente vivimos en un mar de nubes que parece imposible atravesar.

La agitación ha reemplazado por completo a la estabilidad. La histeria se ha convertido en la emoción más presente. Y el materialismo parece haber reemplazado por completo a esa espiritualidad tan necesaria en los tiempos adversos.

Entonces, ¿qué podemos hacer para superar esas nubes? Para encontrar ese sentido que nos ayude frente a la adversidad.

En lugar de dejarnos llevar por la incertidumbre y el pesimismo, debemos aprovechar estas últimas semanas del año para reconquistar nuestro interior.

Ello nos ayudará a superar esa atmósfera social e internacional tan llena de nubarrones de la que estamos siendo testigos últimamente.


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