Echarse una cabezadita después de la comida es una práctica muy sana. Y es que el reposo que ofrece la siesta tiene numerosos beneficios para la salud, tanto física como mental. ¡Los analizamos!
Los beneficios de la siesta son muchos. Como sabe, esta es una práctica que consiste en tomar un breve descanso durante el día, generalmente después del almuerzo. Aunque en algunos lugares no es común, tiene numerosos beneficios para la salud física y mental.
Este reposo tras la comida es imprescindible para aquellos que se tienen que conformar con dormir poco, ya sea por motivos profesionales, escolares o sociales (salidas, ocio, etc.), o incluso por insomnio. La siesta permite, al menos en parte, saldar su “deuda de sueño”.
En realidad, es útil para todo el mundo, pues la somnolencia que siente después de comer normalmente no se debe a la propia digestión sino a las necesidades de descanso del cuerpo. Eso sí, tenga en cuenta que tras una comida copiosa se produce una digestión lenta que “secuestra” una buena proporción de sangre circulante hacia el aparato digestivo, lo que aumenta la somnolencia. Y también llega al tejido muscular, lo que provoca laxitud y fatiga.
Y es que nuestro ritmo de vida se divide entre actividad y relajación y hay que saber alternar las dos.
La siesta “flash” dura de 10 a 20 minutos. Es un tiempo demasiado corto como para entrar en el sueño profundo, pero le permite relajarse y le da la posibilidad de levantarse con un despertar digamos provocado.
Por el contrario, la siesta larga (de una hora o más) debe terminar con un despertar natural. Al salir del sueño, que suele ser profundo, la mente se encuentra confundida y con una sensación desagradable que tarda en disiparse. Si es necesario, algunos ejercicios gimnásticos ayudarán a que desaparezcan esas sensaciones porque se activan los sistemas de alarma y se recupera plenamente la realidad circundante.
La siesta “flash” es buena tomarla todos los días, ya que cuando se despierta, está más descansado, más alerta, más disponible para emprender las tareas de la tarde y menos tenso.
Por su parte, la siesta larga debe reservarse para determinados casos:
Tenga en cuenta que, si no duerme bien, tomar una siesta será mucho más fácil para usted. Al estar realmente cansado, puede hacerlo en casi cualquier lugar. Yo a menudo hago siestas, pues desde que tengo memoria he tenido el sueño ligero.
Y por mucho que necesite ciertas condiciones para pasar una buena noche, como que haya oscuridad en la habitación, silencio, que la calidad del colchón sea buena y la temperatura moderada, me resulta tan fácil adormecerme de 5 a 10 minutos para una siesta rápida…
Eso sí, prefiero mucho más la posición acostada, y generalmente no tengo problemas para encontrar un lugar.
Lo que hago es que me acuesto boca arriba, me pongo algo en los ojos (una capucha, un gorro o una bufanda), respiro hondo unas cuantas veces… y me sumerjo unos minutos. El efecto es increíblemente beneficioso.
Esos pocos minutos suman varias horas (sí, horas) de trabajo productivo al final del día, y aún sigo trabajando por la noche.
Y es que la siesta tiene numerosos beneficios para su salud:
Así que no dude en echarse, si le apetece, porque los beneficios de la siesta, de dar una cabezadita todos los días, son muchos y puede mejorar su bienestar y rendimiento.
Artículos relacionados