Al hablar de salud natural y de plantas medicinales, siempre acaba llegando el momento en el que opinar acerca del cannabis. Y el 11 de mayo es un buen día para hacerlo, pues tal día como hoy de 1981 moría Bob Marley, cuyo nombre quedará unido para siempre no sólo a la música reggae y al movimiento rastafari, sino también al del cannabis.
El cannabis es el nombre en latín de una planta muy corriente: el cáñamo.
El ser humano lleva más de 10.000 años utilizando el cáñamo para fabricar cuerdas, telas, aceites (incluso los primeros motores diésel funcionaban con aceite de cáñamo), comerse sus semillas y, desde hace algo menos, para hacer papel (la primera Biblia de Gutenberg se imprimió en papel de cáñamo).
Es una planta muy fibrosa, de origen asiático, pero su utilidad era tan evidente que pronto se extendió a todas las civilizaciones, desde la china hasta la romana, pasando por la egipcia, Mesopotamia y, más tarde, por Europa, México… hasta que por fin se extendió al mundo entero en el siglo XIX.
Se cree que el conocimiento sobre sus efectos psicotrópicos (alteración de la conciencia) deriva de la ingesta como alimento de las semillas. En efecto, el cáñamo contiene unas sustancias activas llamadas cannabinoides, entre las cuales la más potente es el tetrahidrocannabinol (THC), seguida luego del cannabidiol (CBD).
Cannabis, marihuana y hachís son términos que se refieren a diferentes partes de la planta:
Todos estos productos pueden consumirse de muy modos diversos (en infusión, por vaporización, en pasteles…), pero lo más habitual es fumarlos, mezclándolos con tabaco para hacer lo que se denomina un porro.
Esta práctica es ilegal en la mayoría de países cuando su uso se considera “recreativo”, pero cada vez hay más países que despenalizan la posesión de cannabis en pequeñas cantidades para el autoconsumo y que autorizan su uso terapéutico, como Canadá, Australia, los Países Bajos, Reino Unido, Nueva Zelanda y cerca de 20 estados de los Estados Unidos. En España no existe responsabilidad penal en caso de autoconsumo, por lo que la tenencia para consumo propio no es punible, al igual que tampoco lo es su cultivo para el mismo fin. Por su parte, Uruguay ha sido el primer país en legalizar el año 2013 plenamente la venta y cultivo de cannabis, tanto la producción (controlada por el Estado) como la tenencia, usos recreativos, industriales y medicinales.
Los cannabinoides tienen como efecto inmediato disminuir la coordinación y la tensión arterial y muscular, provocando de este modo una sensación de flotación (lo que se llama estar “colocado” o “fumado”), y también reducen la memoria a corto plazo.
El corazón late más rápido, los ojos enrojecen, la boca se seca y el apetito aumenta.
En definitiva, se trata de una alteración del estado físico y psíquico que explica el éxito del cáñamo en los rituales chamánicos y religiosos (luego hablaré de ello con más detalle).
En función de la cantidad de THC y de cada individuo, este estado puede resultar más o menos agradable, y más o menos violento.
Para algunos, el cannabis provoca estados de distensión o euforia, pero cada año en Estados Unidos 430.000 personas acuden a urgencias por crisis como ataques de pánico o episodios de delirio. (1)
A largo plazo, el consumo habitual de cannabis reduce el coeficiente intelectual (CI) de 3 a 6 puntos en los adultos y de 8 puntos en aquellos que empiezan a consumirlo en la adolescencia, según un amplio estudio neozelandés que se llevó a cabo en 2012. La atención, la memoria y la vivacidad intelectual se ven alteradas, de un modo cada vez más pronunciado y persistente. (2)
Estos resultados han sido confirmados por un estudio que acaba de ser publicado en la prestigiosa revista británica de medicina The Lancet, en el que se señala que los adolescentes menores de 17 años que fuman cannabis todos los días tienen un 60% más de riesgo de no terminar el bachillerato y de no aprobar la selectividad que los que nunca han fumado.
Y lo que es aún más grave, según el estudio, los que fuman cannabis a diario tienen 7 veces más riesgo de intentar suicidarse y 8 veces más riesgo de consumir otro tipo de drogas en algún momento de su vida. (3)
También resulta muy inquietante que se asocie el consumo de cannabis a un aumento considerable del riesgo de padecer esquizofrenia, una enfermedad mental grave. (4)
Al desprender las mismas toxinas de combustión que el tabaco (alquitrán, monóxido de carbono y radicales libres, entre otros), el cannabis fumado tiene también los mismos efectos que aquél en lo que respecta al aumento del riesgo cardíaco, de cáncer de pulmón, etc.
Y, por último, un estudio llevado a cabo por investigadores del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson, en Estados Unidos, publicado en la revista Cancer, alerta de que el consumo frecuente a largo plazo de marihuana podría aumentar el riesgo de desarrollar la forma más agresiva de un tipo de cáncer testicular. Ha puesto de manifiesto que el aumento de consumidores y el incremento de la incidencia de este tipo de cáncer han corrido paralelos en los últimos 50 años. (5)
El historiador griego Herodoto (450 a. C.) contaba que los escitas (un pueblo de las orillas del mar Negro) montaban unas pequeñas tiendas de campaña hechas de lana firme en las que organizaban baños de vapor con flores de cáñamo que quemaban en un jarrón con piedras calentadas en su interior que “llevaban a sus participantes a un estado de confusión”, un efecto ante el que el propio Herodoto no parecía sorprenderse en exceso.
El historiador romano Plinio el Viejo corroboró también que los efectos del cannabis eran bien conocidos: “Algunos comen las semillas fritas con dulces. Las semillas provocan una sensación de calor y, si se toman en grandes cantidades, afectan a la cabeza enviándole vapores calientes y tóxicos”.
La primera prohibición data del año 1378, cuando el emir Sudun Shikuni prohibió el cultivo del cáñamo en Joneima, en Egipto, condenando a aquéllos a los que se cogía consumiéndolo a arrancarles los dientes.
Pero nadie pensó que se crearía una psicosis en torno al cáñamo hasta el siglo XX. Y es que estaba en todas partes, ya que era fundamental para fabricar cuerdas, tejidos y papel, pero los hijos de campesinos –todos tenían cáñamo en su jardín– no parecían especialmente obsesionados por la idea de recolectarlo para fumarlo a escondidas perdidos en el bosque.
Desde un punto de vista terapéutico, también se conocían los efectos del cáñamo, que de hecho no son nada del otro mundo.
La abadesa alemana Hildegarda de Bingen (1098-1179) lo cultivaba en el jardín de su convento junto con otras hierbas más modestas. Promovía su uso para hacer frente a las náuseas (antiemético) y al dolor de estómago. Quienes lo consumen también alegan que relaja los músculos.
En el siglo XIX, un médico irlandés, William Brooke O’Shaughnessy, volvió a hablar de estos efectos del cannabis (antiemético, analgésico y relajante), por lo que se empezó a vender con toda tranquilidad en las farmacias, incluso en Estados Unidos, donde llegó a tener su espacio en la farmacopea oficial (sustancias reconocidas y permitidas por su efectos medicinales) hasta 1936.
Hoy en día, la fiebre por el cannabis (hablaré de sus causas más adelante) ha motivado numerosos intentos de demostrar que se trata de una planta medicinal extraordinaria.
Determinadas páginas web poco fiables sostienen que tiene efectos sobre el el autismo, la paraplejía, el párkinson, el cáncer, el alzhéimer, las úlceras, las diarreas, la migrañas, las enfermedades autoinmunes, la depresión, la esquizofrenia, el insomnio o la drogadicción y para tratar la dependencia a la cocaína. Y también que habría que suministrárselo a los niños para tratar el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). (6)
Eso es absolutamente falso. Hay que tener cuidado con la credibilidad de las fuentes en las que uno decide informarse.
Por el contrario, sí se sabe que el consumo de marihuana en la adolescencia aumenta los riesgos de psicosis en la edad adulta, además de provocar un descenso temporal de las facultades cognitivas. (7)
Los estudios científicos reales que se han llevado a cabo no han hecho sino confirmar lo que Hildegarda de Bingen (y probablemente unos milenios antes también los chamanes) ya sabía: que el cannabis ayuda contra las náuseas, estimula el apetito, relaja los músculos y tiene un ligero efecto analgésico.
En este contexto, era de suponer que podría ayudar a pacientes tratados por quimioterapia contra el cáncer (que tienen náuseas y dolores), a los enfermos de sida (que pierden el apetito) y a las personas con tensiones incontrolables y dolorosas en los músculos (epilepsia, esclerosis múltiple o el síndrome de Tourette, que provoca tics nerviosos).
Y, de hecho, a continuación podrá leer las conclusiones de las investigaciones científicas realizadas hasta la fecha.
Los estudios científicos han concluido sobre los siguientes efectos terapéuticos, a los que no obstante acompañan determinados efectos indeseados ya mencionados. Por lo tanto, el paciente deberá evaluar con un médico si la relación riesgo-beneficio es positiva:
Cáncer: El cannabis es eficaz contra las náuseas y los vómitos provocados por la quimioterapia en el marco del tratamiento contra el cáncer. (8)
Los estudios que versan sobre este tema no se apoyaron en el cannabis fumado, sino en unas cápsulas con entre 5 y 10 mg de THC (dronabinol-Marinol) administradas por vía oral y legales para estos casos en Canadá. La penetración del THC en el organismo en estas dosis es prácticamente la misma que cuando se fuma un porro, sin los efectos nocivos de las toxinas que desprende la combustión (alquitrán, monóxido de carbono…).
La eficacia del cannabis sería entonces superior a la de los medicamentos tradicionales contra las náuseas, pero inferior al ondansetrón, un nuevo tipo de medicamento. Pese a todo, los efectos secundarios indeseados son notables. En estudios llevados a cabo a cabo en cerca de 1.400 voluntarios sometidos a quimioterapia (en principio favorables al tratamiento), el 10% dejó el tratamiento por sus efectos indeseados: depresión, alucinaciones, paranoia e hipotensión.
Sida: El cannabis también resulta eficaz para que los enfermos de sida recuperen el apetito y para luchar contra la pérdida de peso que provoca esta enfermedad, pero tiene los mismos efectos secundarios. (9)
Dolores: Unos estudios de 1975, por lo tanto algo antiguos ya, llevados a cabo sobre unos pocos pacientes con cáncer (41) concluían que el cannabis podía ser eficaz contra los dolores ligados al cáncer. Pero, una vez más, los pacientes se habían quejado de sus efectos indeseados. Se percataron de que 10 ó 20 mg de THC eran tan eficaces como unas dosis de 60 y 120 mg de codeína respectivamente. El producto se toleró bien a 10 mg de THC, mientras que a 20 mg provocó en los pacientes somnolencia, mareos, ataxia, bajada de la agudeza visual e incluso ansiedad extrema en cinco de ellos. (10)
Esclerosis múltiple: el THC puede mitigar los temblores, los dolores y la pérdida de movilidad provocados por la esclerosis múltiple. En Canadá existe un tratamiento que se vaporiza bajo la lengua y cuyo uso está permitido. (11)
Por último, hay también casos anecdóticos de pacientes que afirman que el cannabis les alivia el glaucoma (enfermedad de los ojos), al reducir la presión ocular.
Ya ha quedado claro que, desde el punto de vista terapéutico, el cannabis no es nada del otro mundo y que, como droga, nunca ha sido masivamente codiciada por adolescentes y adultos en busca de sensaciones y evasión, y eso que les bastaba con extender la mano por el jardín para acceder a ella.
Pese a todo, algunos poetas parisinos (como Baudelaire) de finales del siglo XIX hicieron uso del cáñamo para buscar inspiración y explorar los “paraísos artificiales”, pero pertenecían a un movimiento marginal y socialmente elitista.
Entonces, ¿cómo ha pasado el cáñamo de forma tan radical de ser considerado una planta vulgar al estadio de planta mítica, al de nueva “fruta prohibida”, oficialmente censurado en la mayoría de países pero consumido con regularidad por 20 millones de personas en Europa? Una vez aclarados todos los aspectos del consumo del cannabis ligados a la salud, lo que sigue va dedicado a los que quieran profundizar en los aspectos sociológicos del fenómeno.
Jamaica es una isla del Caribe que servía de primera etapa en la ruta de la trata de negros hacia América. En ella se han ido mezclando durante cinco siglos poblaciones africanas (sobre todo del África occidental) y europeas, quienes introdujeron la Biblia. Incontables iglesias de raíz protestante son frecuentadas por sus habitantes.
Con la abolición de la esclavitud en 1838, mano de obra india (de la India) empezó a afluir hacia Jamaica y, a su vez, introdujo las tradiciones del ashram indio, como el régimen vegetariano, la meditación y, sobre todo, el uso del cáñamo –denominado con el término sánscrito ganjah por esta tradición– en los rituales religiosos.
La ganjah se extendió con rapidez por toda Jamaica, más allá de la comunidad india, al tiempo que fermentaban los movimientos proféticos y revolucionarios.
En 1924, un pastor jamaicano emigrado a los Estados Unidos, el reverendo James Morris Webb, anunció a los jamaicanos que el fin de la esclavitud que había tenido lugar un siglo antes no era más que una etapa en su camino hacia la liberación. Los descendientes de esclavos negros debían experimentar un doble movimiento de liberación: la liberación interior a través de una conversión espiritual y la liberación política con un retorno a África.
Mediante una interpretación original de la Biblia, señaló a Etiopía como la verdadera Tierra Prometida, a la que denominó Sion. Ahí es donde debían volver los afroamericanos, como hicieran las doce tribus de Israel, para huir de la nueva Babilonia, que no es ni más ni menos que el mundo occidental y sus instituciones. (12)
Hizo la siguiente profecía: “Mirad hacia África, donde un rey negro será coronado para llevar al pueblo negro hacia su liberación”. Y así fue como se fundó el movimiento rastafari o rasta, profundamente enraizado en la Biblia, en las referencias cristianas y judaicas. Y es que los rastafaris tienen que seguir ciertos preceptos bíblicos, los de los nazareos (a los que pertenecía el famoso Sansón):
También tienen que leer un capítulo de la Biblia todas las mañanas y seguir los diez mandamientos.
Son polígamos. El famoso rastafari Bob Marley (que murió a los 36 años) reconoció a 11 hijos como suyos, y otra gran estrella rastafari del reggae como Denroy Morgan tuvo 29.
Pero a ello también se sumaron influencias indias, en particular la ganjah (el cannabis): fumarla era considerado como un “sacramento” por los rastafaris. La consideran una aportación de Dios (al que llaman “Yah”) para ayudarlos en su conversión interior, aumentar su gracia y elevarlos espiritualmente.
Aunque escaso en sus inicios, el movimiento rastafari tuvo una expansión brutal cuando en 1930 se cumplió la profecía del reverendo James Morris Webb.
En 1930, Haile Selassie I, cuyo nombre significa “Fuerza de la Trinidad”, fue coronado rey de Etiopía. Haile Selassie adoptó por emblema el León de Judá, el mismo de la primera tribu de Israel en el Antiguo Testamento. Además, afirmaba descender del rey Salomón por la reina de Saba.
Para Marcus Garvey, un rastafari que vivía en Harlem (Nueva York), este signo era inequívoco: el rey era el nuevo Mesías. Él también afirma ser descendiente de Moisés y de Jesús, quienes por cierto afirmaba que también eran negros.
El mensaje de Marcus Garvey se extendió ampliamente por Jamaica, donde el rey de Etiopía se convirtió en un verdadero ídolo venerado por los rastafaris como la encarnación misma de Dios, hasta tal punto que Haile Selassie I decidió visitar Jamaica en 1966. Ahí fue cuando todo cambió.
Bob Marley, hijo de un inglés de Sussex y de una jamaicana, era un cantante con talento y mucho poder de atracción, y muy conocido ya en Jamaica cuando el rey de Etiopía la visitó en 1966.
Estaba casado con Rita Marley, una mujer que participó en una congregación que se hizo en torno a dicho rey. Entonces ella afirmó haber visto los estigmas de Cristo (marcas de los agujeros que le quedaron en pies y manos por los clavos en la cruz) en las manos de Haile Selassie I, y Bob Marley se acabó convirtiendo al movimiento rastafari.
Este destacado letrista introdujo en sus canciones los temas rastafaris en los que llamaba al amor, a la revolución de los descendientes de esclavos, a la conversión espiritual, a la gloria del rey de Etiopía, a la nostalgia por la tierra de Sion, a la huida de Babilonia, a la lucha contra el opresor (“I shot the Sheriff”) y, por supuesto, al consumo de cannabis (“Kaya”, “Easy Shanking”), sacramento del movimiento rasta.
Su música, el reggae, es lenta, tambaleante y está inspirada en el rocksteady, el ska y el rythm and blues, como resultado de una fusión de influencias africanas, europeas y americanas. Sus conciertos eran verdaderas ceremonias litúrgicas en las que confluían las profecías, los rezos y las llamadas a la conversión y a la lucha (“Get up, Stand up”), y en las que el cannabis creaba la unión sagrada entre los músicos y el público.
En 1973, el guitarrista de blues inglés Eric Clapton viajó a Jamaica y descubrió su talento. Al año siguiente de su visita, hizo una versión de “I shot the Sheriff”, cuyo éxito fue inmediato y catapultó a Bob Marley hacia la fama mundial.
La ola del reggae en Occidente se acababa de poner en marcha. Los discos de Bob Marley empezaron a venderse por miles y miles (200 millones hasta hoy) y sus giras mundiales popularizaron a gran escala esa música mágica llamada reggae, de la que más tarde surgió el rap.
Mientras descubría a Bob Marley, el reggae y el movimiento rastafari, el público de masas conoció también el porro, que siempre acompañaba a los músicos, y se creó una verdadera corriente estética y espiritual a escala mundial.
Bob Marley, los rastas, el reggae y el cannabis se convirtieron en símbolos de la liberación, del progreso social, de la vuelta a las raíces africanas de la humanidad y de una nueva espiritualidad libre de las ataduras materiales de Occidente.
Más tarde, el movimiento sufrió mutaciones profundas, que le otorgaron mayor o menor importancia al cannabis, como se percibe en los raperos, descendientes directos de los rastas.
Y al igual que cientos de millones de oyentes disfrutaban del reggae y del rap, aun sin entender todas sus letras, y experimentaban una sensación de comunión con los músicos, unos millones, que poco o nada sabían de las raíces espirituales del movimiento rastafari, se familiarizaron a su vez con su “sacramento”: el cannabis.
Bob Marley murió en 1981 con 36 años, y no de un cáncer de pulmón, sino de uno de piel (un melanoma) que desarrolló en el dedo gordo del pie.
De hecho, el melanoma le había sido diagnosticado en 1977, cuando los médicos le aconsejaron amputarse el dedo de urgencia, pero Bob Marley se negó porque el movimiento rastafari prohíbe hacerse cortes. El cáncer desarrolló una metástasis y en 1980 Bob Marley ya tenía cinco tumores, uno de ellos en el cerebro, hasta que un año después murió tras un sufrimiento atroz, en una clínica de Baviera, mientras el doctor Issels, que había inventado una terapia alternativa contra el cáncer, intentaba salvarlo.
En resumen, sea como fuere, Bob Marley ha permanecido en el corazón de millones de seguidores como la quintaesencia del reggae y del movimiento rasta.
Además, es caballero de la Orden del Mérito de Jamaica y ha popularizado la idea de que consumir cannabis es un acto de liberación, a la vez que político y espiritual (liberación interior).
Así es como el cáñamo, antaño tan vulgar como la ortiga o el diente de león, se ha convertido en la actualidad en la fruta prohibida por excelencia.
Bob Marley, que cantaba contra el comercio y el capitalismo, se revolvería en su tumba si estuviera al tanto del descaro con el que sus descendientes explotan su nombre y su imagen.
Hoy en día ocupa el puesto número cinco (por delante, entre otros, de John Lennon y Marilyn Monroe) en la lista Forbes de famosos que más dinero generan después de su muerte, con 18 millones de dólares en 2014. (13)
Y puede que esto no sea más que el principio. La Bob Marley Estate, sociedad que gestiona los derechos de sus herederos sobre su imagen, anunció el lanzamiento de una mezcla especial de marihuana llamada Marley Natural, que pretende vender en los Estados Unidos. El fondo de inversión Privateer Holdings, con sede en Seattle, se ha aliado con su viuda e hijos para poner en marcha la producción y distribución en masa de una especie supuestamente tradicional de cannabis “jamaicano” en forma de lociones, cremas y hojas. (18)
Y a esto hay que sumarle las camisetas de Bob Marley, las gorras, los llaveros y chapas, los pósters de Bob Marley que los adolescentes rebeldes compran en las tiendas, los cascos, los relojes y los discos, además de la moda de las rastas en el pelo, que ya ha llegado incluso hasta Japón.
Con su nombre como baluarte del movimiento internacional de la legalización del cannabis, estamos hablando de un mercado de miles de millones de dólares. Quisiera o no, Bob Marley ya se ha convertido en algo así como el vaquero de Marlboro de la marihuana.
Si no se hace nada al respecto, está claro que dentro de muy poco su nombre no será más que el de una multinacional que cotiza en el Nasdaq.
Después de haber leído el post de hoy, ¿qué opina de los usos terapeúticos del cannabis? ¿Está a favor o en contra? Le invito a compartir su opinión con el resto de lectores de www.saludnutricionbienestar.com haciendo un comentario un poco más abajo.
Fuentes:
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Creo que las semillas de cáñamo no tienen nada que ver con todo esto ¿no?
Estoy completamente de acuerdo con usted en que fumar «porros» no trae nada bueno, sino al contrario. Sin embargo estoy TOTALMENTE EN DESACUERDO con sus afirmaciones sobre la capacidad de curación del cáñamo (aceites y tinturas). Me gustaría que sin juicio previo, lea atentamente este enlace sobre el Sr. Josep Pámies, hasta el final del texto que habla de su propia madre. Sepa usted que en Catalunya, tanto el como su familia son muy conocidos.
https://www.dinafem.org/es/blog/pamies-legalizacion-marihuana-medicinal/
Puede usted hablar con él que estará encantado. Y me gustaría que después de todo esto dé su opinión pública definitiva. Muchas gracias.
Como dices, existen diferentes usos terapéuticos documentados, ancestrales en muchos casos, que no son tan «modestos» si tenemos en cuenta que esta planta curiosamente fue prohibida en EEUU en los años 30, donde grandes multinacionales como Bayern influenciaron (por no llamarlo de otra manera) al gobierno de turno para que prohibiera el uso terapéutico del cannabis, que estaba presente en centenares de medicamentos como por ejemplo los analgésicos, ya que al no poder patentarse (y por ende ganar dinero con ella de forma exclusiva) veían en ella una forma de competencia. Máxime cuando era una planta que cualquiera podía cultivar y utilizar en casa.
El fraude científico sobre los efectos del cannabis se manifiesta claramente con esta patente a nombre del Gobierno de EEUU, adquirida por el equipo de Bill Clinton en 1998: la US6630507. Y mientras silencian y tergiversan estas documentaciones encierran en las cárceles a casi un millón de personas cada año e imponen las políticas prohibicionistas en todo el planeta.
Ya podemos darnos con un canto en los dientes si podemos recuperar, por lo menos, aquellos usos para los que ya sabemos que el cannabis cumple una función más que óptima. Sobre todo si con ello, podemos disminuir hasta el punto de eliminar por completo los tipos de sustancias sintéticas que imitan sus efectos, con no menos deseosos efectos secundarios a corto, medio y largo plazo.
Esto por hablar solamente del uso terapéutico o medicinal de la planta. Recomiendo a todo el que pueda, que pruebe las sábanas de cáñamo en su cama. Notará la diferencia.
Lo que sí se requiere con urgencia es información y educación, en vez de difamación interesada. No deberíamos preocuparnos tanto o más por nuestros adolescentes si antes de todo esto tuvieran al alcance de su mano la información que se requiere para que hagan uso justo y racional de su libre albedrío. Y después que decida cada cual lo que le sirve o no le sirve.
Ya sabemos que el uso continuado y excesivo de muchas sustancias aunque aparentemente beneficiosas, puede resultar negativo en algunos aspectos. Es bueno recordarlo. Pero me ha faltado que hablara de la documentación existente, en algunos casos aún en vías de estudio, como las del Dr. Guzmán, catedrático de la UCM. Desde hace unos 15 años su investigación se centra en el estudio de los mecanismos moleculares por los que los cannabinoides actúan en el organismo, así como cuál podría ser la utilidad terapéutica de dichos compuestos en los terrenos de la oncología y la neurodegeneración. Su trabajo ha permitido caracterizar nuevos mecanismos de acción y efectos de los cannabinoides y sugerir nuevas implicaciones fisiopatológicas derivadas de ellos.
http://www.bbm1.ucm.es/cannabis/publicaciones_es.htm
https://www.youtube.com/watch?v=9lC7mGvDKvY
https://www.youtube.com/watch?v=ZRpzifVmp-w
Respeto su “idea”, pero no la comparto en absoluto. Soy un hombre de 56 años que ha fumado marihuana (si bien, no habitualmente) pero sí a lo largo de 30 años. Jamás he probado otro tipo de drogas.
Lo que de verdad se necesita con respecto a las drogas en general es información y concienciación. Hay muchos estudios modernos (últimos 5 años) que demuestran plausiblemente que la marihuana es efectiva, en un amplio espectro de enfermedades o dolencias. Obviamente no es la panacea universal, pero sí, cada vez más está justificado su uso libre y legal. Y yo como el amigo JOSEP, le remito a Pamies también.
No estoy del todo de acuerdo con el artículo.
http://www.cannabis-med.org/index.php?tpl=faq&red=faqlist&id=171&lng=es
https://www.youtube.com/watch?v=yqgJU-JF6I0
http://www.madrimasd.org/cienciaysociedad/entrevistas/quien-es-quien/detalleGrupo.asp?id=143
saludos
Los estudios realizados sobre el cannabis son muy generales. De maría hay de muchos tipos y no todas tienen el mismo efecto como relajante o excitante, y con el tema de psicosis o problemas psicóticos lo que lo provoca son las mezclas y el mal curado de marías destinadas a la venta ilegal. Creo que antes de publicar un artículo deberían de informarse un poco más.
Estimado Dr. Dupuis, usted verdaderamente debería dedicarse a ESCRITOR. Tiene una facilidad asombrosa de «armar» un conjunto de ideas o estudios. Me gustó mucho su artículo sobre el cannabis, en la forma en que lo abordó, no tanto en la forma en que lo abordó (el problema de fondo de la ilegalidad)
Sin embargo es un punto de vista y una opinión válida de un Médico. Debería darse la oportunidad de leer a su compatriota Josep Pamíes, que también tiene conocimientos de Medicina (Veterinaria) y su opinión al respecto de «la Planta Prohibida»
Un cordial Saludo desde Guadalajara MÉXICO.
Su informe se queda sólo en los tópicos con los que se ha desvirtuado la experiencia del consumo de marihuana, sin tener en cuenta ni considerar las razones que hacen que cada vez sean más, los defensores de su consumo. Tengo 74 años y consumo cannabis desde los 34. Puedo hablar objetivamente y con conocimiento de causa. Es una herramienta extraordinaria para expandir el espíritu y la conciencia… ¿Ha tenido usted alguna experiencia o simplemente opina sobre lo que ha leído?
Hola Respecto a lo hablado sobre el cannabis estoy totalmente de acuerdo en todo pues puedo confirmar que es muy cierto todo lo que se dice y se ha estudiado sobre esta planta.
NO A LA CORMECIALIZACION DEL CANNABIS es una planta que su único consumo yo la veo para estar totalmente inmóvil en un sofá o canapé en plan relax no sirve para nada más el resto es verídico y CUIDADO ES MAS PELIGOSAS DE LO QUE PARECE.
PD: no tengáis que probarlo para ver lo que se dice aquí pues por suerte o desgracia es muy real en todo
«su único consumo yo la veo para estar totalmente inmóvil en un sofá o canapé en plan relax no sirve para nada más» con esto me demuestra ser una completa ignorante, al menos en lo que al consumo de Cannabis se refiere.
Yo fumo marihuana todos los días y PARA NADA me quedo en el sofá tirado todo el día, de hecho me estoy sacando Ingeniería robótica fumando porros a diario… ¿¡¡cómo es eso posible!!? Fúmese un porro y comprenderá que no todo lo que dice Internet (ni los médicos) es cierto.
Saludos
Un artículo muy bien elaborado y documentado. Mis felicitaciones una vez más. Gracias.
Que el cannabis, como cualquier otra droga de abuso (incluidas las legales), no debería de ser usada y menos abusada por menores de edad, estoy de acuerdo. Pero de ahí a justificar su prohibición basándose en los efectos perversos que tiene cuando es abusada, cuando la mayoría de sus usuarios hace un uso responsable de ella, hay un abismo. Es como si describimos los efectos perjudiciales del alcohol basados en la gente que se emborracha todos los días. ¡Serían mucho peores que los perjuicios del cannabis!
Estoy absolutamente a favor de la legalización del cannabis. Creo que está siendo usted muy parcial en su juicio ¿Intencionadamente? Yo lo tomo para mis dolores de espalda y para alguna otra cosa y le aseguro que es mil veces más efectivo y menos perjudicial, que toda la cantidad de medicamentos legales de farmacia que tomé antes de descubrirlo y que, entre otras cosas, me hicieron polvo el estómago y alguno que llegó a crearme adicción, pero claro, esos eran «por prescripción facultativa».
Me parece muy intencional publicar estos artículos, cuando hoy en día se está despenalizando el uso de ella y legalizando, creo que tocan intereses de algunas industrias.
Magnífico artículo e ideal para trabajar con los alumnos/as
Cordial saludo
Son ustedes «pesados» y reiterativos. Juegan constantemente con el miedo y su información es una constante agonía.
Sus intereses comerciales están MUY A LA VISTA.
El cannabis, me ha ayudado a dormir bien por las noches, a calmar dolores de cabeza, dolores menstruales y además a elevar mi conciencia. Mis 21 años de experiencia con ésta planta sagrada lo confirman.
Paz y amor.
Excelente artículo, especialmente por la complejidad del enfoque.
Claro, los que son consumidores, tendrán muchas dificultades para entenderlo. Es más, les generará un conflicto que probablemente resuelvan descalificando a quienes piensan de modo diferente a ellos. Paciencia. Son minoría.
.. En el caso de que ellos promuevan el consumo de este producto, y desearan que más personas copien sus hábitos, podríamos estar ante un problema de derecho a la identidad, salud pública y ciudadanía.
Grave.
No somos tan minoría señora. A mí personalmente lo que me fastidia de todo esto es que la mayoría de las personas que opinan así ni siquiera lo han probado, al margen de las propiedades como planta que no son conflictivas (elaboración de tejidos, aceites…), el consumo de cannabis terapéuticamente es una realidad para mucha gente. No apruebo el uso de cannabis en adolescentes y personas con problemas psicoemocionales serios, como planta psicoactiva puede abrir puertas de nuestro inconsciente que luego son difíciles de gestionar.
Yo no promuevo el uso masificado (si la legalización) pero no creo que sea un riesgo para la salud pública, riesgo para la salud pública son las farmacéuticas, creo en el criterio individual de cada uno para saber y elegir lo que es bueno para sí mismo.
Yo puedo hablar por mi experiencia, respeto y agradezco profundamente a la planta, para mi es una fuente de aprendizaje y enriquecimiento.
Por suerte Ángela L. no es ud. del tipo de personas que prejuzga y condena a sus semejantes por hacer o pensar distinto a ud. Y es gracias a esa tolerancia que ud. demuestra con sus palabras e intenciones lo que ayuda a evitar desinformaciones y descalificaciones o mentiras que nublan el pensamiento de los que no tratan de investigar más allá de lo que le dicen por la televisión.
La felicito de verdad por ayudar a crear un mundo más amable donde hasta gente tan desgraciada y antisocial como los consumidores de cannabis tenemos lugar.
Gracias.
Adelante minoría.
Por favor por el bien de las personas infórmense bien de lo que publican, el cannabis es una planta medicinal como las hay a miles que con un consumo responsable tiene muchísimas propiedades beneficiosas cosa que no se puede decir de los medicamentos químicos que nos venden legalmente en las farmacias. A mi particularmente me ha ayudado mucho y ha evitado que tenga que tomar medicamentos súper adictivos como los que toman una gran parte de la población a los que se les puede ver como zombis y que son realmente personas drogadictas recetadas por su médico, yo me alegro mucho de no ser una de ellas.
Me pareció muy interesante su información sobre el cannabis, sobre todo conocer datos o historia para mi totalmente desconocida, sin embargo, en relación al desarrollo de su uso masivo, yo tengo como idea que tiene mucho que ver con el sistema económico que domina el mundo:, la propiedad privada de los medios de producción y del plustrabajo.
Esta relación la deduzco de las acciones imperialistas del mundo desde Inglaterra con China que provocó el uso masivo de del opio y EU con Vietnam y demás países del sur de Asia, para controlar a los soldados que sufrían los embates de pueblos y apoyo de China a base de cannabis y que,, según yo,, se convirtió en uso masivo en E.U. entre los veteranos de esas guerras y ahora un problema mundial incluyendo a la fuga de J. Guzmán el chapo, que ahora el problema es poder distinguir los grande con lo pequeño y la sutil de lo burdo dentro del mar de corrupción mundial
l.
Quisiera completar mi anterior mensaje tocando el aspecto de la necesidad actual de «necesitar» calmantes emocionales en un mundo lleno de desequilibrios. El sistema que está llegando a sus límites de absurdidad:, provoca ansiedad, falta de objetivos, inseguridad, desempleo, limitaciones de realización humana y como consecuencia, el uso de drogas y que por cierto y muy real,, la menor es el cannabis, pero suma a las sintéticas mucho peores.
Felicidades por abrir el tema a la opinión pública independiente y realmente social..
Yo pienso que la marihuana tiene cosas buenas y malas, yo soy amante de esta hierba sagrada, me encanta, pero aconsejo que quien quiera consumirla que hace bien si le parece correcto, pero hay que controlarse, no abusar de ella, ese es mi lema.
Estoy maravillado por este reportaje tan amplio y tan bien documentado a lo largo de la y sobre la historia de la humanidad con el uso, consumo y utilización del cannabis, no había encontrado nada que se parezca a este documento tan amplio y definido sobre esta lacra que es el cannabis y su consumo especialmente en los adolescentes.
Tengo 72 años y gracias a Dios nunca he consumido este tipo de drogas, sin embargo he visto las desgracias que han causado en muchísimas familias, viendo como se quedaban por el camino infinidad de hijos, hermanos, tirados en las cunetas, sin antes generar todo tipo de problemas a sus familiares.
Tengo la triste historia del hijo de mi pareja que solo con 14 años, sin saber ni cómo, ni de qué manera, se enganchó a esta droga, un día fatídico nos enteramos, sin antes tener que vivir, momentos de escenas de crispación de nervios, discusiones, apatía en todo, desganado, sin entusiasmo, pérdida de interés por los estudios, deporte, etc.
En una ocasión al regresar a casa nos lo encontramos ebrio y lo llevamos rápidamente al hospital y le pedí al pediatra que se le hiciese una prueba de estupefacientes con la suerte o desgracia, suerte porque supimos que pasaba y desgracia porque ese día se nos vino encima el problemón más grande que podíamos imaginar, el castigo que no deseo ni para mi peor enemigo.
Lo que voy a contar a continuación es el resultado de lo que esta droga llega producir y a destruir, al tener el poder que tiene sobre este tipo de adolescentes que para poder conseguirla hacen verdaderas locuras, arriesgando y poniendo en peligro su vida, el paso siguiente fue el de que un día a las 5 de la madrugada nos lo trae la Policía urbana a casa, jamás se nos pasó por la cabeza que pudiese escaparse de casa mientras dormíamos, la puerta de casa se cerraba con llave y se retiraba la llave, sin embargo él estaba pendiente a qué hora nos quedamos dormidos y dejando la almohada en forma de cuerpo debajo de la cobijas en su cama para no llamar la atención se escapaba de casa y sobre las 4 o 5 regresaba, para salir de casa (todo esto lo descubrimos después de instalar una cámara en el balcón) saltaba por la barandilla del balcón a una señal de tráfico que estaba alineada con el balcón, hay que considerar que hay una altura desde la acera de la calle a la altura del balcón de 6 m.
Bien pues por y de esta forma se deslizaba y trepaba con tal de ir a tomar sus dosis nocturnas de cannabis, todo esto genero en que no estudiaba, se dormía en las clases, se termino el interés por el entrenamiento semanal del balonmano, enfrentamientos con su madre y por supuesto conmigo, recurrimos a sicólogos, siquiatras, visitas a hospitales, tratamientos (sí es cierto que lo convirtieron en un zombi), sin embargo su afición por el cannabis no la abandonó, esto genera en estados de ansiedad, que los pagaba con su madre, con los enseres de su habitación, rompiendo muebles, ordenador, destrozos, escándalos, visitas a domicilio de la policía, salir un viernes y no volver hasta el lunes, venderse la bicicleta, etc.
Esto conllevo a que harto de aguantar y soportar hasta patadas del «niño» hacia mi persona, una falta de respeto total hacia su madre y hacia mí, que un día ya no aguante mas y ese día tome la decisión dolorosa pero necesaria, (llevaba 2 días fuera de casa), le dije a su madre cuando vuelva a casa ya no va a entrar y así fue como terminamos con un calvario de más de seis meses, que poco faltó para que hubiese ocurrido algo serio e irreparable por no poder soportar una convivencia tan denigrante e insoportable por todas las consecuencias que lleva vivir con alguien que está en esta situación de dependencia a una edad tan joven, la realidad es que él no quiere dejarlo y sigue con su adicción y consumo a pesar de estar en un centro de acogida (que según ellos allí no se consumen estupefacientes de ninguna clase) pero tenemos constancia de consumen lo que quieren y para conseguirlos hacen lo que sea necesario, ejemplos no faltan la prensa se ocupa de recordarnos muchos de ellos y a menudo a lo largo y ancho de nuestra geografía, hoy ha dejado los estudios y si antes había perdido el interés por todo lo que le rodeaba hoy sigue igual pero aumentado por 10 veces más.
Para terminar creo que es un ejemplo muy ilustrativo de los beneficios de poner estas drogas al alcance y al consumo de todo el mundo, en especial de los adolescentes, esto va para los defensores de estas drogas tan inocentes y beneficiosas, deberían consumirlas sus hijos a edades bien tempranas (pero son personas tan centradas y responsables, que la gran mayoría de ellos ni siquiera tienen hijos) para que viesen los beneficios, que aportan y en especial a la sociedad en general, creo que ya hay suficientes drogas como para defender el cannabis y permitir su legalización.
Quisiera que los padres de adolescentes reflexionen y vigilen de cerca a sus hijos, para evitar situaciones como esta, quiero que sepan que la decisión que tuve que tomar no me siento para nada orgulloso de ella, absolutamente para nada, pero no tenía otra a mi alcance, porque los servicios sociales y las policías no ayudan nada, al contrario mucho cuidado con tocarle un pelo al adolescente, aunque a ti, te machaque!!
Estoy de acuerdo totalmente con los comentarios críticos a este artículo. No pretendan medicalizar la vida de todo el mundo. Dejen tranquilo un sector de bienestar, de calma, de tradición pacifista, llevo más de 50 años consumiendo mis porritos de mi propia hierba y me sienta fenomenal. Como todo, no se me ocurriría compartirla con un neurótico. Pero este hábito entra dentro de la vida privada y de la libertad y no ofrece ningún riesgo y tanta historia de Bob Marley y si se ha comercializado es un mal rollo que nos sueltan.
Y el uso del porro en España, en Europa viene, desde los 60´s por otras vías que no tienen nada que ver con Jamaica. A lo suyo como médicos, no moralicen sobre las conductas privadas de sus lectores o les mandaremos a la porra por moralistas sin que nadie les haya pedido su opinión en estos campos. Pesaditos, si, bastante.
La triste historia de cualquier alcohólico tiene habitualmente una triste historia, no fui la excepción. Pero voy a decir que he vencido la desgracia. Gracias a mi familia que me ha apoyado en los momentos difíciles, y también gracias a AlcoBarrier preparado del alcoholismo, pues me ayudo a deshacerme completamente de la dependencia mortal que me causaba el alcohol.
Mi nombre es Elizabeth. Tengo 32 años .Hace seis años me he vuelto dependiente de la bebida, nada me impedía ser feliz, viajar, perfeccionarme en muchas direcciones, querer la familia, ocuparse de la creación del confort, pero yo estaba muy molesta por mi peso excesivo, había aumentado 15 kilos más y esto ha desfigurado mi hermoso cuerpo esbelto. No podía librarme de ningún modo de la grasa probaba diversas dietas, practicaba deportes pero nada funcionaba y todo esto me llevo a la depresión…
AlcoBarrier – la revocación y la opinión
Excelente artículo, he visto en 2 personas cercanas el efecto del uso de la marihuana, un sobrino menor de edad, el cual llego a un estado de esquizofrenia en muy poco tiempo, y el de un hermano que lleva 30 años consumiéndola, y ha terminado destruyendo no solo su persona, sino afectando la familia en la que tiene 4 hijos. A los dos tuvimos que internarlos en un estado lamentable de paranoia y alteración agresiva.
Tratando de sumar a su excelente post, debo mencionar que tristemente quienes en «busca de libertad», han defendido y defiende su uso, ahora pues como «medicinal», que la gran mayoría de adolescentes y hasta niños que la consumen no tienen dolencia alguna y son «ESCLAVOS» en vez de ser «libres pensadores o almas en paz» como astutamente venden la idea
No creo que haya marcha atrás; la despenalización de la marihuana se ejecuta a paso acelerado en todo el mundo, lo que nos queda es tratar de informar adecuadamente a quienes nos importan (especialmente a menores de edad) sobre la realidad.
Los efectos y consecuencias se han visto siempre y se verán en aumento. La humanidad ha decidido esclavizarse, de eso no me queda duda, su aporte de conocimiento e investigación es muy bien valorada, y por supuesto muy criticada para quienes viven con una venda en sus ojos.
Lamentándolo mucho me he dado cuenta q todos los q fuman droga marihuana o como la quieran llamar siempre traen malas consecuencias he tenido varias relaciones q sin saber la han consumido y todos son depresivos temperamentales y creen q no pueden vivir sin la droga! No entienden q son adictos a eso y q no es bueno! Para los q dicen q los q opinan son los q no la prueban yo la he probado varias veces la sensación no es nada del otro mundo más q darse pegado y prácticamente no sentir temor ni miedo! Cosa q no es para nada natural! Como no sentir miedo a morir si la vida es tan hermosa! Como perder el tiempo en eso si cada minuto q vivimos es para eso sentir SEAN BUENOS O MALOS MOMENTOS!
Actualmente llevo con mi novia 2 años tiene consumo hace poco se revelo y creo la relación se acabara también realmente ellos no entienden lo q es la prioridad d nada! Simplemente sus vidas se les están yendo en pensar q está bien y querer convencer al resto d las personas q es normal y q no causa nada negativo es obvio q es la mejor d las drogas ya q es la q menos violencia crea y menos efectos negativos pero d q es una droga LO ES!
espero les sirva este comentario a un adicto a la planta q he tenido muchas experiencias negativas sin querer se están expandiendo rápidamente y han dañado muchas familias, tengo muchas amistades q se han dejado d sus familias simplemente x consumir y no entender q la prioridad es su hogar no una puta planta se han roto gracias a ustedes muchas vidas han dañado jóvenes y en mi caso hoy en día por la adicción q ella tiene nuestra relación! no creo poder aguantarla ya para ella es su prioridad y se la respeto
PERO ANTE TODA DECISION Y AMARLA A ELLA ME AMO A MI Y A MI VIDA Y NO QUIERO PASARLA DROGANDOME O INTENTANDO HACER Q ALGUIEN SE DEJE D DROGAR! LA VIDA ES UNA SOLA Y ES PARA VIVIRLA NO PARA PERDERLA FUMANDO Y Q EL TIEMPO PASE POR TI SIN Q T DES CUENTA DE LO Q PERDISTE POR USARLA! Es mi único consejo
GRACIAS por su aporte. Interesante y valiosa información sobre una planta que nace y surge de manera natural, cómo todo lo que nos provee o nace de la Naturaleza: el Café, la Coca, la Pitajaya, etc, etc, etc… Tanta variedad como la humana de Polo a Polo, ¡De Oriente a Occidente! El DETALLE está en su USO o calidad de CONSUMO. Actualmente, milenial consumista hasta de lo inimaginable!! Aprecio también la mayoría de los comentarios que me anteceden… Termino, sólo el adecuado CONSUMO, de todo, hará bueno tal o cuál producto (inclusive las relaciones humanas) y dependerá de la singularidad o característica de cada uno los efectos positivos o negativos que experimente; prefiero lo Natural a lo ya manipulado o «mejorado» pero «si no hay otro remedio» ni modo «¿Pa’ que digo que no, si es si?» Estaré atenta a sus Temas 🙂
El THC es la sustancia que más invitae a la violencia. Buscad en Google «El curioso origen de la palabra ASESINO».
La marihuana ha destrozado muchas vidas y lo seguirá haciendo porq es un veneno para los humanos.