Se puede plantar cara a la diabetes con la alimentación, aunque eso no signifique privarse de ningún alimento. Esto es lo que asegura un estudio estadounidense(1) que contó con 138 personas obesas con riesgo de prediabetes para probar los efectos de una modificación alimentaria.
En la diabetes, los niveles de azúcar en sangre son anormalmente elevados, lo que lleva a la formación de productos de glicación avanzada (PGA). Estos PGA son, de hecho, proteínas que se han caramelizado de forma natural en contacto con el azúcar y dan origen a la mayoría de los efectos secundarios de la diabetes (trastornos renales, oculares…).
No obstante, también se encuentran de forma natural en la alimentación, especialmente en alimentos demasiado cocinados o asados. Por eso, en el desarrollo del estudio se pidió a la mitad de los voluntarios que siguieran una alimentación pobre en alimentos fritos o muy cocinados.
Como resultado, al cabo de un año, su nivel de PGA en sangre se había reducido drásticamente y su nivel de azúcar en sangre también había descendido de manera considerable.
Fuentes:
Artículos relacionados