Estamos en Nueva York en el año 1890. Es de noche. El doctor William Coley da vueltas en la cama. El día anterior, este joven cirujano de 28 años ha visto morir por primera vez a una de sus pacientes. Elizabeth Dashiell, la paciente, ha muerto de cáncer de huesos, y al doctor Coley le invade un sentimiento de culpa e impotencia.
Sale de casa a primera hora de la mañana pero, en lugar de dirigirse como es habitual al New York Cancer Hospital, en donde trabaja, decide ir a la gran Universidad de Yale, que se encuentra a dos horas en tren al norte de la ciudad, en el vecino estado de Connecticut.
En aquella época Yale ya era mundialmente conocida por su Facultad de Medicina. Su biblioteca universitaria cuenta con un archivo que cubre todas las enfermedades conocidas hasta la fecha y que describe con todo lujo de detalles los casos de millones de enfermos.
El doctor Coley buscará en este prodigioso depósito “sarcomas” parecidos al que ha matado a su paciente. El sarcoma es un tipo de cáncer. El doctor Coley espera encontrar algún caso en el que pacientes afectados por el mismo tipo de cáncer se hubieran curado, ya que está convencido de que en algún lugar debe existir un tratamiento que hubiera podido salvar a su paciente.
Durante más de dos semanas sus pesquisas no dan ningún resultado. Estudia a fondo kilos y kilos de polvorientos expedientes, pero todos terminan siempre igual, con la muerte del paciente.
Comienza a desesperarse hasta que una tarde, a punto de abandonar, realiza un sorprendente descubrimiento.
Sin saberlo, el doctor Coley ha dado con un caso que va a revolucionar los tratamientos contra el cáncer. Y es que ha descubierto el informe médico completo de un hombre al que misteriosamente le desapareció el sarcoma después de haber contraído una enfermedad infecciosa, a día de hoy ya prácticamente desaparecida, denominada erisipela. Se trata de una infección de la piel producida por la bacteria estreptococo. Se manifiesta mediante la aparición de pequeñas manchas rojas en la cara, aunque afectan con mayor frecuencia a las piernas, y va acompañada de fiebre. Sin embargo, no se trata de ninguna enfermedad grave.
Inmediatamente después de haber contraído la erisipela, el sarcoma de este paciente desapareció de forma fulminante. El doctor Coley buscó más casos similares y encontró varios en los archivos, de los cuales alguno de ellos se remontaba a cientos de años atrás: el cáncer (sarcoma) había desaparecido tras una simple infección de la piel.
Descubrió que otros pioneros de la medicina como Robert Koch (descubridor del famoso bacilo, responsable de la tuberculosis), Louis Pasteur y el médico alemán Emil von Behring, que fue galardonado con el primer Premio Nobel de Medicina en 1901, también habían observado casos de erisipela que coincidían con la remisión espontánea del cáncer.
Convencido de que no podía tratarse de una mera casualidad, el doctor Coley decidió inocular el estreptococo (bacteria) responsable de la erisipela a uno de sus pacientes con cáncer de garganta.
El experimento se llevó a cabo el 3 de mayo de 1891 con un hombre llamado Zola. De manera inmediata, el cáncer del señor Zola remitió y su estado de salud mejoró considerablemente. Se recuperó y vivió ocho años y medio más.
El doctor Coley creó entonces una mezcla de bacterias muertas, y por tanto menos peligrosas, llamadas toxinas de Coley. Esta mezcla se administraba mediante una inyección hasta que provocaba fiebre. Se observó que el remedio resultaba eficaz incluso en los casos de metástasis (es decir, cuando se ha producido la extensión del tumor desde el órgano primario a otros distantes de él).
El primer paciente tratado con las toxinas de Coley fue el joven John Ficken, un chaval de 16 años con un tumor abdominal masivo. El 24 de enero de 1893 recibió la primera inyección, que se repitió después cada dos o tres días directamente en el tumor. Cada vez que le ponían una inyección, le subía la fiebre… y el tumor disminuía. En mayo de 1893, es decir, cuatro meses más tarde, el tumor sólo medía una quinta parte de su tamaño original. En el mes de agosto ya era prácticamente imperceptible. John Ficken se curó definitivamente del cáncer (murió 26 años más tarde a consecuencia de un infarto).
Pero las toxinas de Coley se dieron de bruces con un terrible “contrincante”: el desarrollo de las máquinas de rayos X (radioterapia), que se podían fabricar a nivel industrial con mayor facilidad.
Hasta el propio Coley se hizo con dos máquinas de radioterapia, pero rápidamente llegó a la conclusión de que eran menos eficaces. Siguió utilizando con éxito las toxinas de Coley durante cuarenta años hasta su muerte el 16 de abril de 1936.
El portentoso negocio de la quimioterapia se encargó entonces de garantizar que este remedio, mucho más sencillo, menos peligroso y sobre todo mucho más barato, se quedara en el fondo del cajón de la medicina.
Por suerte, la historia no se detiene ahí. En 1999, unos investigadores retomaron los archivos que dejó el doctor Coley y compararon sus resultados con los de los tratamientos más modernos contra el cáncer. Y se dieron cuenta de que… ¡los antiguos eran mejores!
“Lo que Coley hacía por los enfermos de sarcoma en su época era mucho más eficaz que lo que nosotros hacemos por estos enfermos en la actualidad”, declaró en su momento Charlie Starnes, investigador de Amgen, una compañía farmacéutica especializada en biotecnología y focalizada, entre otras cosas, en oncología.
La mitad de los pacientes de Coley afectados por un sarcoma vivían diez o más años después de comenzar el tratamiento, frente al 38% de los pacientes tratados con las terapias modernas. En el caso de los enfermos de cáncer de riñón o cáncer de ovarios, sus resultados eran también superiores.
Hoy en día, la empresa norteamericana MBVax ha retomado las investigaciones sobre las toxinas de Coley. A pesar de que todavía no ha llevado a cabo los estudios a gran escala que son necesarios para que se puedan comercializar, entre 2007 y 2012, 70 personas se beneficiaron de esta terapia.
Sus efectos fueron tan positivos que la gran revista científica Nature se hizo eco de ello en diciembre de 2013. La información también fue publicada por la revista francesa Le Point el 8 de enero de 2014.
Las personas que han podido beneficiarse de esta terapia no homologada eran enfermos de cáncer en fase terminal, con melanomas, linfomas y tumores malignos de mama, próstata y ovarios. Y es que en los hospitales es habitual permitir que las personas que se encuentran en una situación límite recurran a terapias innovadoras que no se ofrecen a los demás pacientes.
Pese a la extrema gravedad de estas formas de cáncer, las toxinas de Coley provocaron una disminución de los tumores en el 70% de los casos e incluso una remisión completa en el 20% de los casos, según MBVax.
El problema al que se enfrenta la compañía a día de hoy es que, para realizar las pruebas a gran escala exigidas por la normativa actual y construir una unidad de producción de acuerdo con las normas europeas o norteamericanas, la financiación necesaria es de cientos de millones de dólares.
Lo que en 1890 era posible en la consulta de un joven médico de Nueva York apasionado de su trabajo se ha convertido ahora en algo prácticamente imposible en nuestro mundo actual hipertecnológico e hiperasfixiado por normativas.
Esperemos que algún investigador sepa encontrar argumentos destinados a convencer a los expertos de los comités que rigen el futuro de nuestro sistema sanitario de que se necesita un poco de audacia y otro tanto de libertad para permitir el progreso y salvar vidas. Pero eso dudo que lo entiendan tan fácilmente los burócratas que nos gobiernan.
¿Qué opina de que tratamientos como el que le hemos contado hoy, que ofrecen una esperanza frente a enfermedades graves, se queden sin la inversión económica necesaria para su investigación? Le invito a compartir su opinión con el resto de lectores de www.saludnutricionbienestar.com haciendo un comentario un poco más abajo.
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Increíble, la burocracia frena muchas curaciones.
La salud no tiene que depender de la economía.
Ojalá que los burócratas entiendan esto.
Creo que el problema está en la industria farmacéutica, no les interesa fabricar un medicamento más económico y quizás mejor para tratar el cáncer. La quimioterapia les llena los bolsillos, con un producto que el coste debe ser muy muy económico. Y a los burócratas tampoco, seguro que algo de ese dinero va a sus bolsillos.
Se sabe que la célula cancerosa no resiste la elevación de la temperatura, y al utilizar un nosode de este tipo, el organismo sube la temperatura y puede disminuir el número de células cancerosas.
Me ha encantado, expléndido en su análisis. Y a ver si esta enfermedad deja de ser negocio… Como otras.
Cada día siento más miedo de los laboratorios y las empresas farmacéuticas, que mucho más que la salud de la gente, les interesa ganar más y más dinero. Es un comercio en que no existe ni ética ni piedad.
Aquí en Chile las farmacias (grandes cadenas monopólicas) se ponen de acuerdo en los precios y los remedios más baratos nos son negados. Y claro, si a los vendedores, que ganan sueldos miserables, los laboratorios los obligan a firmar contratos que les permitirá recibir una pequeña comisión.
La sanidad es un negocio más que da mucho dinero, después del armamento que está en el primer lugar. A los laboratorios no les interesa nuestra salud, sólo nuestro dinero. Y me atrevería a decir que les interesa aún más que estemos siempre en una situación de enfermedad crónica.
Son extraordinarios los artículos de salud que vengo leyendo cada vez que los recibo. Gracias.
Me indigna que no se tome en serio las posibilidades de curar a la gente de alguna enfermedad, en este caso del cáncer un potente enemigo de nuestra salud, cuando existe evidencias claras de remedios eficaces que acabaría con ella, o al menos se reducirían los índices de mortalidad. La sofisticada burocracia pone freno a la esperanza de disfrutar de mejor salud. No obstante la solución definitiva de todas las enfermedades está en el futuro muy cercano. El reino de dios. Mientras tanto nuestra capacidad de conocer los remedios naturales que se esconden en la naturaleza de las cosas, demuestran que la vida del hombre en condiciones favorables pudiera vivir una vida más larga, o posiblemente para siempre. Necesitamos un medio de mantenimiento para que esto sea posible. Lo será en las manos del poder de Dios a través de su glorioso hijo Jesucristo. Que entregó su vida para rescatarnos del peor enemigo del hombre: la enfermedad, la vejez y la muerte. Revelación 21: 3-5. Sigan publicando sus artículos, al menos sabremos que existen mejores remedios naturales y no sólo la medicina farmacéuticas, voraz destructor de la economía de mucha gente, en especial los niño.
Gracias. Les felicito.
Les felicito por tan excelente y digna labor.
Parece muy prometedor, por ello se debería seguir investigando.
Saludos. Hay un médico que se llama Alberto Martí Bosch que habla del cáncer y también menciona otras enfermedades y explica las principales causas que las provocan y sus posibles métodos de curación. Aquí tenéis el enlace, no tiene desperdicio, os recomiendo que lo miréis y sobretodo lo escuchéis con mucha atención.
https://www.youtube.com/watch?v=7enaiiSpf4A
No tengo palabras «que el maldito dinero sea causa de muertes» y el gobierno no presione a las mafias farmacéuticas.
Hola,
Me parece patético que, habiendo tanto esta solución, como otras muchas que profesionales y científicos independientes defienden, la medicina oficial, sólo se dedique a favorecer los intereses de la poderosa industria farmacéutica.
Convendría recordar, que la formación de la mayoría de médicos y científicos, la pagamos con nuestros impuestos los ciudadanos, y por lo tanto el esfuerzo de estos médicos y científicos, debería volcarse en mejorar la salud de los ciudadanos y no en que ganen más dinero todavía las industrias farmacéuticas.
Porque, sobre todo las enfermedades graves no se investigan en laboratorios del estado, que los hay y muy buenos con científicos que trabajan para el estado y dejan a las farmacéuticas investigaciones de menor importancia.
Estoy seguro que se ahorraría mucho dinero y estaríamos todos con mejor salud.
En mi punto de vista, yo creo que existe una cura para cada enfermedad, pero las compañías farmacéuticas no permiten que eso suceda porque sus ingresos descenderían y para ellos el que haya personas enfermas es todo un negocio y por lo tanto prefieren mantenerlas enfermas. El medicamento sintético es una imitación del medicamento real: las plantas.
Por desgracia, llevo años enfrentándome a casos de tumores; la mayoría de ellos de mama. Hasta ahora he tenido mucha suerte, y he podido ayudar a esas mujeres a superar, si es que lo podemos llamar así. Según sus oncólogos debe volver a revisión a los dos o seis años, en algunos casos. Casi siempre hay unas reacciones con fiebre.
Por mera casualidad, me descubrieron un Nódola pulmonar solitario, en el lóbulo superior izquierdo, en su parte del frente hace tres meses. Hace 13 días sufrí un brote de erisipela en mi pierna izquierda y un ataque febril que me causó unos temblores muy fuertes. Estoy por hacerme una nueva tomografía para ver cómo está la situación.
Gracias a Uds. por esta información sobre la erisipela y el cáncer. «Los tiempos de Dios son perfectos y con él nada me falta. Amén»
Hola, me podrías decir cómo te fue con tu tumor, en relación a la erisipela, a mi mujer le están por provocar la erisipela para ver como actúa. Mucha suerte y gracias
Me parece patético que prime la economía sobre la salud y la vida, tanto de las personas como de los animales y las plantas, pues estamos arriesgando nuestra propia supervivencia, amparados por la necedad más absoluta. Tenemos un hogar maravilloso en el cosmos. Un cerebro (supuestamente) privilegiado, y nos dedicamos a poner precio a todo, como si el dinero se pudiera comer y respirar… sencillamente lamentable.
…cosas de la sociedad «dirigida» por los «creyentitos».
Hola me encantan estas informaciones y me gustaría saber si existe esta alternativa puesto que la quimio no ha funcionado. Me quitaron la parte superior del pulmón izq. Un año y tres meses más tarde tenía metástasis cerebral. Se puede conseguir este tipo de tratamiento?
Gracias.
Yo recibo Tener Salud y estoy muy satisfecho de lo que me informan. Sobre esto del cáncer, es como todo en medicina, el último es el paciente, lo primero los grandes consorcios productores de fármacos. Sólo tenemos que ver cuántos padres que tienen hijos con enfermedades raras tienen que preocuparse de buscar dinero para que se investigue.
Un pequeño ejemplo: yo hace muchos años que tengo hongos en las uña, los pies.. Los médicos recetan productos para pintarlas cada día, pero a mí sólo se me han casi curado con agua oxigenada, mezclada con bicarbonato sódico en una palangana con agua caliente y metiendo los pies en ella. No sé si los médicos lo saben, pero no se difunde porque los productos son muy baratos.
Gracias por todo.
En el fondo no interesa a la industria farmacéutica que la gente se cure. Esto está ya más que demostrado. En el fondo quieren ganar con la aniquilación de la naturaleza y con ella con la gente. Para qué si no, tantas guerras y tantos ataques a la madre tierra. Un eslabón son las estelas químicas.
Desde principios del 2012 tengo el PSA de la próstata alto, hasta llegar a más de 10. He hecho muchas cosas distintas a lo que brindan en Urología, pero no me he quitado los problemas de la próstata, colesterol, triglicéridos… Me gustaría mucho que alguien me proporcionara el sistema que se habla aquí.
Gracias.
Muchas veces me avergüenzo de vivir en una sociedad como la que tenemos que priva el poder y el dinero a cualquier otra cosa. El mundo lo dominan las grandes fortunas (familias poderosas) que hacen lo que les da la gana con el mundo en el que vivimos importándoles bien poco el ser humano.
Evidentemente la industria farmacéutica nunca permitirá que su gran negocio se les escape de las manos y seguirán atiborrando al ser humano de fármacos y frenarán e impedirán que productos y terapias naturales se homologuen y sean utilizados como una alternativa más a la medicina alopática.
No creo que esto cambie nunca por desgracia.
Frente a la deshumanización y el mercantilismo de las farmacéuticas, se vuelve una necesidad absoluta, volver los ojos hacia la naturaleza. Esto no solamente vale para el cáncer, sino para todas las enfermedades. Es por tanto una alternativa médica y de salud para toda la humanidad.
Sobre terapias contra el cáncer me está llegando mucha información y la verdad que me da mucho que pensar ya que al ser relativamente baratas la industria farmacéutica está poniendo muchas trabas.
Así es con otro producto del que he recibido información como es el uso del dióxido de cloro que lo denominan MMS, agradecería me pudieran facilitar más información.
Por falta de fondos se paralizan proyectos como éste, por falta de fondos se deterioran los sistemas de salud nacionales, y por dinero las farmacéuticas manipulan a su antojo…por dinero los gobiernos liberan enfermedades…por dinero, por dinero.
No me extraña nada.
Siempre es por el mismo motivo.
En verdad, me ha interesado mucho el tema y el sistema de ‘curación’ utilizado por el Dr. Cooley. Tengo varios amigos médicos, a quienes pediré opinión.
A veces, nos olvidamos de «lo antiguo» ya comprobado. Lo mismo ocurre en otras ciencias distintas a la médica.
Esta vez, en honor a la verdad, me ha interesado el tema tratado por Facebook. Ojalá y, sobre otros temas, no frene la ‘información’ de quienes no opinen como ella.
Como quiera que vivo en Caracas, Venezuela, me es sumamente dificultoso efectuar pago alguno al exterior; Por otra parte, no pienso suscribirme a revista ni propaganda alguna.
Como católico, sí estoy y estaré en conocimiento de lo que me informen, así como que emitiré mi opinión cuando lo quiera hacer, esperando no sea ‘cercenada’. Recuerdo el dicho de Antonio Machado: «LA VERDAD SERÁ SIEMPRE VERDAD, AUNQUE TODOS DIGAN QUE ES MENTIRA». Por otra parte, una manera que la jurisprudencia modifique sus ‘errores’ que pudiere mantener, inclusive por décadas, es el desarrollo y crítica (positiva o negativa) de la «doctrina» y ésta se va formando a través de las ‘opiniones’. De manera que, en un Estado democrático, la ‘opinión’ mía o de cualquier otro ser humano, puede o no coincidir con la de los Jueces, Fiscales, etc., etc. Y si considero indeseable e insultante una «procesión» ofensiva a la Virgen María, Madre de Jesús y madre de todo ser humano y, por tanto, de nosotros los cristianos (en mi particular caso: católico), declarada tal por el mismo Cristo desde la Cruz; En «igualdad de condiciones» (con procesión y todo, de darse el caso) consideraría insultante la referida a familiares de Jueces, Fiscales, funcionarios públicos o de quien fuese. No es creíble que sea una «opinión religiosa» no delictual y que, además, para colmo, no se permita la réplica.
En cuanto a la «lectura» de las condiciones… (que por extensas nadie lee, sin tener que perder medio día (o más) de trabajo y solicitar los servicios de abogado para que lo «traduzca» al nuevo «cliente», sucede como (valga la similitud) con las «cláusulas suelo». Tardaron años, muchos años, hasta que las declararon nulas.
Bueno. Hoy estoy de enhorabuena. Me agradó mucho la información acerca del método estudiado por el Dr. Cooley para el tratamiento del cáncer. Muchas gracias por ello y por la paciencia en la lectura del contenido de mis opiniones aquí tratadas.
Es una broma, pero de mal gusto.
La gente muere pudiendo salvarse y mientras tanto el sintético e inhumano mundo creado por quienes tienen el poder prospera en aras de un solo propósito, la más profunda avaricia.
Hoy por hoy tener cáncer todos lo tenemos, solo es cuestión de informarnos sobre cómo aprender a alimentarnos. Ácido o alcalino. Nos alimentamos mal, más ácido que alcalino. Es educación alimentaria. Come más crudo, vegetales y frutas o usa el hongo Ganoderma Lucidum.