Una investigación estadounidense ha querido analizar en detalle los beneficios que supone seguir cinco hábitos saludables muy concretos(1). Y ha llegado a la conclusión de que aquellas personas que siguen una alimentación sana, hacen ejercicio de manera regular, no fuman, no abusan del alcohol y mantienen un peso saludable, aumentarían considerablemente su esperanza de vida, en comparación con las que no siguen estos hábitos.
Lo más interesante fue comprobar que esos beneficios también se manifestarían, aunque las prácticas saludables comenzaran a aplicarse a una edad más adulta. En concreto, observaron que si se empezaran a seguir a partir de los 50 años los hombres verían aumentada su esperanza de vida en 12,2 años, mientras que las mujeres lo harían en 14 años.
Para llevar a cabo este estudio se contó con más de 100.000 participantes con una edad media inicial de entre 47 y 55 años, que debían responder a cuestionarios sobre hábitos saludables cada 2-4 años.
Al finalizar el seguimiento, que duró 34 años, comprobaron que aquellas personas que seguían los cinco hábitos tenían un 82% menos de riesgo de morir por enfermedades cardiovasculares, un 65% menos de morir de cáncer y un 74% menos de morir por cualquier causa.
Señalaron, además, que incluso si no se siguen todos los hábitos indicados ya se observarían beneficios, de tal modo que cada uno de ellos prolongaría la esperanza de vida en torno a 2-3 años, y además con una buena calidad de vida.
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