Descubra diferentes maneras de cocinar con brécol para beneficiarse de sus saludables propiedades, pero sin renunciar al sabor.
El brécol (o brócoli) es un ingrediente que no debe faltar en su cocina, ya que aporta numerosos beneficios para la salud.
Tantos, que para muchos es un auténtico superalimento.
Por ello le ofrecemos algunos consejos para que pueda cocinar con brécol y disfrutar de su sabor -y propiedades- de todas las maneras posibles.
Eso sí, antes conviene resolver una duda que tal vez algunas personas tienen sobre esta verdura.
Cuanto más fresco sea el brécol, mucho mejor.
Lo ideal es que no espere más de 5 días para comer el brécol una vez lo haya comprado. Asimismo, elija siempre piezas que cuenten con un follaje denso.
¿Y qué hay del color? Muy sencillo. Si lo conserva durante varios días y ve que sus hojas se vuelven de una tonalidad verde intenso, casi flúor, no tiene por qué preocuparse. Es señal de que está floreciendo (de hecho, el brécol se recoge justo antes de su floración).
Por el contrario, cuando sus hojas empiezan a amarillear significa que ha perdido parte de su valor nutricional, por lo que no interesa tanto. Además, el tallo suele estar más duro.
Y precisamente el tallo del brócoli es un tema que crea controversia, ya que muchas personas no se lo comen.
Es cierto que no resulta tan agradable a la vista como la “copa” de este árbol en miniatura, y que además su sabor es menos pronunciado.
Ahora bien, esto no debe considerarse un inconveniente, sino más bien lo contrario. Y es que al tener un sabor más suave puede añadirse más fácilmente a diferentes platos.
Sería una verdadera pena que prescindiera de esta parte del brócoli, ya que puede disfrutarlo:
1. Rallado
Puede rallar los tallos del brécol, crudos, y después añadidos a cualquier tipo de ensalada con otras verduras picadas: zanahoria, remolacha, apio, calabacín, lombarda, col blanca… ¡Deje volar su imaginación!
2. En caldo de verduras
Receta sencilla donde las haya. Solo tiene que cortar el tallo en cuadraditos o bastoncitos, que podrá incorporar al próximo caldo de verduras que elabore. De lo más apetecible -y nutritivo- en los días más fríos.
3. Salteado
Pique finamente el tallo del brécol y añádalo a sus salteados (tanto en la sartén como en el wok) de verduras, setas, carne de ternera, cerdo, pollo, gambas…
Corte los tallos en finas rodajas y después cuézalos al vapor, junto con el resto de la verdura, para después pasarlo por la batidora y hacer un puré homogéneo.
Y si desea darle un toque diferente pruebe a añadir a la mezcla queso feta para un sabor más intenso. O, si lo prefiere, sirva el puré con quinua, pasta o sobre una tostada. ¡Delicioso!
La mayoría de las vitaminas presentes en esta verdura, entre las que destacan las vitaminas C, K, B2 y B9, resisten tanto las bajas como las altas temperaturas. Por el contrario, si se cuece pierde parte del sulforafano, que es su sustancia activa más interesante gracias a su efecto anticáncer.
Es por ello que si decide cocinar con brécol conviene dejarlo al dente. Aunque sin duda lo mejor para beneficiarse de todas sus propiedades es comerlo cruda.
Y si necesita algunas ideas para consumir el brécol crudo, tome buena nota de estas dos.
Una buena “cura antioxidante” de brécol consiste en beberlo en forma de zumo o smoothie. ¡Pero no se lance a ello sin más! Antes tenga en cuenta estos consejos.
El zumo de brécol tiene un sabor muy amargo. Además, no es fácil obtener un resultado homogéneo, por lo que conviene utilizar una batidora muy potente.
Pero si esto no es posible, aconsejaría que mezclara el brécol con frutas como el plátano, que suavizan el amargor y ayudan a obtener una textura más cremosa. Cuente con un plátano por cada puñado de brécol (tallo incluido) y después añada agua hasta lograr la consistencia deseada.
Finalmente, añada una cucharada de aceite de lino o de semillas de la planta de la colza virgen. Gracias a las materias grasas que estas plantas aportan se multiplicará ¡hasta 50 veces! la absorción de los antioxidantes (sobre todo luteína y zeaxantina) que contiene el brécol.
Lave y corte una pieza en láminas muy finas. Esto hará que el resultado sea más blando sin necesidad de cocinar el brécol.
A continuación, pase por la sartén un poquito de aceite de oliva con champiñones.
Para el aliño, mezcle aceite de oliva virgen extra con vinagre de manzana y después añada sal y pimienta al gusto. Y para el toque final incorpore unas cuantas nueces.
¡Buen provecho!
Ya por último, no se olvide de los brotes de brécol como ingrediente comodín. Al igual que el tallo, su sabor no es muy pronunciado, por lo que podrá añadirlos crudos a todo tipo de ensaladas sin mayor problema. Y sin perder uno solo de los beneficios de esta súper verdura.
Como ve, hay mil formas de consumir el brécol y beneficiarse de todas sus propiedades. De hecho, para muchos es una de las verduras preferidas del otoño, precisamente por sus numerosos beneficios para la salud. ¡Son más de los que imagina! Descúbralos todos pinchando en este enlace.
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Interesante. Últimamente he incorporado esta verdura. Lo que hago es: lo compro, lo lavo bien (en una fuente grande porque flota y ocupa mucho espacio) con bicarbonato, lo corto en porciones, lo congelo en bolsas y voy sacando a demanda. Así acabo comiéndolo crudo. Antes lo cocinaba. Muchas gracias, son buenos consejos y muy buena info.