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Continúo con las ortigas: infinidad de remedios para muchas dolencias

¿Ha probado ya la receta de sopa de ortigas que le di el otro día? Deliciosa y sorprendente, es un clásico de la cocina silvestre que vale la pena recuperar.

Pero más allá de usarse como ingrediente culinario, la ortiga es una auténtica mina de salud que sirve como base para multitud de remedios medicinales. Así que hoy voy a centrarme en ellos. ¡Verá cómo esta planta no tarda en ganarse un sitio en su botiquín natural!

Entre los usos terapéuticos más conocidos de las ortigas están el tratamiento de los problemas de próstata, de las infecciones urinarias y de los reumatismos, pero también los dolores de cabeza y el eccema, entre otros.

Ortigas contra la próstata

La hipertrofia benigna de próstata (HBP) es el agrandamiento de la próstata, una glándula que se encuentra en los hombres bajo la vejiga urinaria. Se trata de un problema que normalmente aparece con la edad.

La próstata está atravesada por la uretra (el canal urinario), y por eso cuando aumenta de tamaño frena y bloquea el flujo de la orina. Esto provoca complicados síntomas, entre ellos impedir que la vejiga se vacíe completamente. Así, el hombre con HBP siente que necesita ir al baño casi permanentemente.

Varios estudios han demostrado la eficacia de la raíz de ortiga, así como de las combinaciones de raíz de ortiga y palma enana y de raíz de ortiga y ciruelo africano o pygeum para combatirla. (1)

En todos los casos los estudios han sido concluyentes, si bien es cierto que el número de pacientes incluidos en estos estudios fue más bien pequeño y en algunos de estos ensayos no se enfrentó el grupo de tratamiento activo frente a un grupo placebo. Estas limitaciones, sumadas a la falta de interés a nivel comercial que tiene la ortiga (no se puede patentar, por lo que a los laboratorios no les interesa invertir en su investigación), han servido de pretexto para infinitos debates y para que la medicina convencional ignore esta solución natural.

No obstante, no hay lugar a dudas: los estudios señalan que la ortiga y la palma enana son tan eficaces como la finasterida y tamsulosina, dos principios activos de referencia para tratar la HBP no exentos de efectos secundarios.

Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Cooperativa Científica Europea de Fitoterapia (ESCOP, por sus siglas en inglés) y la Comisión alemana de plantas medicinales (conocida como Comisión E) reconocen el uso de la raíz de ortiga para tratar los trastornos urinarios relacionados con los problemas de próstata.

Si quiere probar sus efectos, aquí tiene esta receta: basta con incorporar 1,5 g de raíz seca de ortiga en 150 ml de agua fría y llevarlo a ebullición durante un minuto, para después dejarlo reposar 10 minutos apartado ya del fuego. Tome una taza 3 ó 4 veces al día.

También puede tomar un complemento alimenticio de 240 mg de ortiga y 320 mg de palma enana (que precisamente son las cantidades usadas en muchos de los estudios realizados sobre la efectividad de esta combinación de plantas contra la HBP).

Contra la artritis y los reumatismos

El tratamiento tradicional de base que existía tanto en Occidente como en la medicina ayurvédica (la medicina tradicional india) consistía en aplicar sobre los lugares doloridos hojas de ortiga fresca (es decir, urticantes) durante unos 30 segundos, antes de retirarlas.

La eficacia de este método la demuestra el que lleve siglos utilizándose; no obstante, un grupo de investigadores británico demostró científicamente sus resultados en el año 2000. (2)

Como ve, es un tratamiento no apto para cobardes…

Pero existe una práctica todavía más sorprendente (y efectiva): la flagelación terapéutica con ortigas.

Es decir, literalmente, azotarse con ortigas.

Como lo oye.

La práctica se remonta a la antigüedad y fue ampliamente recomendada por Nicholas Culpeper, famoso médico, naturista y botánico inglés que vivió en la primera mitad del siglo XVII.

En la práctica, consiste en azotar la espalda o las articulaciones doloridas con un ramillete de ortigas frescas y por tanto urticantes (por ello se recomienda usar las especies de ortigas más pequeñas, como la Urtica rurens, por ejemplo).

Por supuesto, se trata de un tratamiento un tanto desagradable, pero no tarda en proporcionar un alivio notable. Por ese motivo es una técnica usada en todo el mundo, especialmente en zonas templadas -las ortigas tropicales hacen demasiado daño-.

Su eficacia también fue probada científicamente por un estudio clínico realizado por investigadores británicos.

En realidad, lo que explica su eficacia es el efecto de la histamina contenida en los pelos urticantes, que provoca sensación de picor pero también un ensanche de los vasos capilares locales, permitiendo al sistema sanguíneo irrigar mejor y reparar la zona enferma. (3)

Encuentro Artrosis

Para ser eficaz, la aplicación debe de ser de 30 segundos al día y repetirse entre 2 y 7 días. Pero, ¡ojo!: este método no debe emplearse en niños o mujeres embarazadas.

Si le da un poco de repelús, tengo buenas noticias para usted: un estudio ha demostrado que el efecto es el mismo si se aplica una simple tintura alcohólica de ortiga (es decir, aplicando el alcohol en el que las hojas de ortiga han macerado).

En este caso es necesario frotar varias veces al día las partes afectadas con la tintura (de las partes aéreas de la planta destiladas al 50% de alcohol) o utilizarla en compresas o cataplasmas.

Contra la inflamación de las vías urinarias y cálculos renales

La clave en este caso está en beber tisanas y zumos de ortiga, o incluso la tintura alcohólica de la planta diluida en agua en una proporción de 5 veces su volumen (es decir, de 1 a 5).

También se pueden tomar extractos de hojas y flores secas en forma de cápsulas o comprimidos. La dosis recomendada es de 300 a 700 mg tres veces al día acompañados de un gran vaso de agua.

El zumo fresco de ortiga, muy concentrado, hay que tomarlo en pequeñas cantidades: entre 5 y 10 ml tres veces al día. Debe prepararlo en el extractor de zumos o la licuadora, y tener en cuenta que sólo se conserva unas horas. Si no, también puede encontrar zumos de ortiga en tiendas “bio” y especializadas, y por lo general esos sí que podrá conservarlos cierto tiempo.

Contra el dolor de cabeza y el eccema

Otros beneficios de las ortigas, como por ejemplo su efecto para aliviar los dolores de cabeza, tratar el eccema o conseguir que el pelo vuelva a crecer, también eran conocidos en las más antiguas tradiciones medicinales.

La herborista austríaca María Treben, autora del libro Salud de la botica del Señor, consagró uno de sus principales capítulos a la ortiga, una de sus plantas favoritas. (4)

No obstante, ella no cita los problemas de la próstata entre los usos más comunes de la planta, e incluso los reumatismos los menciona casi sólo de pasada.

Para ella la ortiga es ante todo una planta purificante, remineralizante y rica en hierro, y que por tanto permite combatir la fatiga. Asimismo, ayuda a luchar contra las enfermedades del hígado, los problemas de circulación sanguínea y un sinfín de otras dolencias (tumores, calambres, cólicos, ciática…).

María Treben recomendaba realizar una cura de desintoxicación cada año en primavera, durante cuatro semanas, con un máximo de dos litros y medio de tisana de ortiga repartidos a lo largo del día. Este remedio de María Treben sigue en plena vigencia, pero voy a darle un truco extra: si hace una infusión de ortiga verá que es un poco insípida; añádale unas cuantas hojas de menta o manzanilla para darle sabor. (4)

Champú de ortigas para un pelo fuerte y brillante

Entre muchas otras aplicaciones que ya ha visto, la ortiga también es especialmente famosa por hacer crecer el pelo, y la propia María Treben también atribuía a esta planta su pelo fuerte, brillante y sin caspa.

Para preparar en casa su propio champú de ortigas, basta con que deje en infusión un puñado de hojas de ortiga secas en medio litro de agua hirviendo. Cúbralo y déjelo reposar toda la noche antes de filtrarlo.

Después añada 150 g de jabón líquido y media cucharadita de aceite vegetal de almendras dulces (y si tuviera a mano aceite de argán o de semilla de albaricoque, mejor que mejor). También puede añadir a la mezcla unas 50 gotas de aceite esencial “bio” de lavanda o de cedro.

Remueva la mezcla y métala en una botella. Agítelo siempre antes de usarlo y masajee con él el cuero cabelludo para que tenga un mayor efecto. (5)

P.D.: En mi anterior e-mail dedicado a las ortigas, además de mi deliciosa receta de sopa a base de esta planta, le ofrecí consejos muy útiles sobre cómo recolectarla sin picarse con sus hojas. Aquí puede volver a leerlos.

 

Fuentes:

  1. Pierre Lefrançois y Françoise Ruby. “Ortie. Produits de santé naturels”. PasseportSanté. Juin 2009.
  2. Randall C, Randall H, Dobbs F, Hutton C, Sanders H. “Randomized controlled trial of nettle sting for treatment of base-of-thumb pain”. J R Soc Med. 2000 Jun;93(6):305-9. PMID: 10911825 PMCID: PMC1298033 DOI: 10.1177/014107680009300607.
  3. Stinging Nettle. Urtica Dioica. Arthirits Foundation.
  4. ‘Salud de la botica del Señor’, María Treben, Editorial Gesellschaft.
  5. Receta de Pierre Warren.


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