No deje que estos incidentes navideños le amarguen las fiestas (2ª parte)

Beber en abundancia es uno de los factores que suele asociarse a las celebraciones de la Navidad. Y con los excesos de alcohol la reseca es la principal consecuencia.

Al igual que ocurre con los empachos (sobre los que puede leer en la primera parte de este especial navideño), en caso de resaca es habitual -e igual de erróneo- acudir al omeprazol para limitar sus efectos . O, peor aún, mezclarlo con el paracetamol.

Esta es la peor combinación posible porque, además de los efectos secundarios de cada medicamento por separado, juntos hacen que el hígado no pueda producir glutatión (la molécula antioxidante más presente en el organismo). Y la consecuencia de ello son efectos prooxidantes y un mayor riesgo de insuficiencia hepática aguda.

En este caso, lo natural es siempre lo más recomendable. Lo primero es beber mucha agua (antes, durante y después de la ingesta de alcohol) para mitigar la deshidratación que causa el alcohol y que es la principal responsable de ese malestar general.

Por su parte, la infusión de romero (Salvia rosmarinu) ayuda a frenar las náuseas al estimular el hígado para que procese los tóxicos del alcohol. Y para frenar el dolor de cabeza lo mejor es acudir a los aceites esenciales (AE).

Especialmente efectivos son los de menta (Mentha x piperita) y gaulteria olorosa (Gaultheria fragantissima). Solo tiene que aplicar una gota de cada uno en las sienes y masajear suavemente. Asegurándose, eso sí, de que no entren en contacto con los ojos, al ser muy irritantes.

Atragantamientos y cortes, los reyes de las Urgencias

Los atragantamientos son, por desgracia, otros incidentes habituales durante las celebraciones navideñas.

Ya sea con las clásicas uvas, que engullimos a la carrera al ritmo que marcan las campanadas, o con cualquier otro bocado. Y es que las charlas y las risas entre amigos o en familia a veces juegan muy malas pasadas que pueden acabar en tragedia.

Por ello, de nuevo, es necesario que usemos el sentido común. Hay que comer despacio, masticando bien antes de tragar. Así podremos saborear los platos y disfrutar de la velada. Asimismo, vigile a los niños para que hagan lo mismo y no surjan percances.

Y en el caso de que ocurra lo peor, ante todo hay que actuar con rapidez. Lo primero es llamar a los servicios de emergencia (teléfono 112), que le indicarán cómo debe proceder. Mientras espera a que lleguen, intente que la persona expulse el objeto por sí sola tosiendo con fuerza.

Pero si esto no es suficiente, será necesario llevar a cabo la maniobra de Heimlich. Eso sí, hay que hacerlo de manera correcta, y para ello le animamos a leer este texto, que incluye un vídeo explicativo con todos los pasos que hay que dar.

Por último, y aunque parezca sorprendente, los cortes son otra de las principales causas de visita a Urgencias durante las celebraciones familiares.

Si le ocurre a usted o a alguien de su entorno, lo primero es detener la hemorragia comprimiendo la zona afectada con una gasa limpia. A continuación, lave muy bien la herida para reducir el riesgo de infección.

Y por esta misma razón, para asegurarse de que la herida cicatriza más rápidamente, puede aplicar sobre la herida un poco de miel ecológica. Al ser rica en péptidos antibacterianos y antioxidantes, ofrece un potente efecto antiséptico que además ayuda a regenerar la piel. Cubra la capa con una compresa, que deberá renovar cada 24 horas.

Y otra alternativa para acelerar la curación es la caléndula (Calendula officinalis), que puede aplicar en forma de tintura madre, gracias a su capacidad para estimular la producción de colágeno (la proteína más abundante de la piel).

Por supuesto, si el corte es muy profundo, o con los remedios indicados no consigue que la herida cicatrice bien, debe acudir inmediatamente a Urgencias.

Deseamos que estos incidentes no le amarguen las fiestas navideñas, y que pueda disfrutarlas en la mejor de las compañías.

¡Feliz Navidad de parte del Equipo de Salud, Nutrición y Bienestar!