Un paciente con deterioro cognitivo adquirido (que aparece tras un ictus o un traumatismo neurocraneal) debe ser consciente de su problema para abordar un tratamiento con resultados prometedores. Dicho de otro modo, que debe reconocer que ha sufrido un daño cerebral.
Aunque pueda sorprender, reconocer el deterioro cognitivo que se sufre marca un antes y un después en su rehabilitación. Y es que, mientras no lo haga, el paciente no comprenderá la necesidad de seguir una rehabilitación, estará menos motivado al hacerla y, en consecuencia, la mejoría tardará más en llegar.
Para confirmar su importancia un grupo de investigadores(1) reunió a 56 pacientes que habían sufrido daño cerebral. Estos debían indicar si eran conscientes de ese daño y si percibían las dificultades físicas, cognitivas o sensoriales que tenían a la hora de realizar tareas comunes que antes no les habrían supuesto ningún problema (cocinar, estudiar, cuidar de una mascota…).
A continuación, siguieron un programa para mejorar esa percepción de su deterioro cognitivo. Finalizado el mismo se observó un mayor progreso en la rehabilitación y una mejora a la hora de realizar esas tareas cotidianas, así como una mayor independencia en general.
Fuentes:
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