Los tatuajes temporales, incluso algunos de los que se hacen con henna, pueden suponer un riesgo para la salud cutánea. Y es que, además de henna natural, suelen contener otros colorantes que causan daños cutáneos incluso a corto plazo.
Así lo ha señalado un reciente informe(1) en el que se alerta de que muchos de estos productos que se publicitan como “hechos con henna” también incluyen parafenilendiamina (PPD).
Se trata de un colorante muy utilizado en los tintes, pero cuyo uso directo sobre la piel está prohibido. La razón es que puede atravesarla rápidamente y causar picor, enrojecimiento, ampollas, manchas, cicatrices, dermatitis de contacto e incluso una decoloración permanente.
Pero, ojo, porque aquí no acaban los riesgos de los tatuajes temporales. Otra investigación(2) ha concluido que las calcomanías, muy populares entre los niños, pueden ser aún más dañinas que los tatuajes permanentes… ¡Y eso que estos ya arrastran unos cuantos riesgos! (como puede leer aquí).
Ese estudio analizó los efectos dermatológicos de ambos productos y los investigadores llegaron a la conclusión de que las calcamonías son incluso más dañinas que los tatuajes elaborados con agujas, ya que afectan a la barrera epidérmica. En concreto, hacen que la piel tenga una peor hidratación y capacidad antioxidante.
Consejo de Salud en 1 Minuto: Para saber si un tatuaje temporal contiene PPD pregunte por la permanencia de la tinta y fíjese en su color. Si es de color negro o tiene tonos muy brillantes es muy probable que lo contenga, ya que la henna natural (obtenida de la planta Lawsonia alba) es de color marrón y rojizo. Y lo mismo ocurre con la duración, pues los de henna natural empiezan a borrarse a partir del cuarto día.
Fuentes:
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