Una forma de sorprender a sus visitas a la hora del té es proponerles tomar un polo de hierbas aromáticas o de flores (siempre hecho en casa, por supuesto).
No se lo niego; puede que al principio se queden un poco descolocados con la sorpresa. “¿Un helado de lilas y amapolas? ¿En serio?”, exclamarán. Pero después lo probarán y… a partir de ahí, corre el riesgo de que empiecen a venir día sí y día también a su casa y no sea capaz de librarse de ellos en todo el verano…
Sobre todo, porque después de haber leído lo que le voy a contar hoy, será capaz de:
Ya lo sabe, las infusiones heladas pueden convertirse en su aliado más refrescante este verano. ¡No tiene más que ponerse manos a la obra!
En Plantas & Bienestar hemos incluido un completo artículo con los mejores trucos para sustituir con éxito las tazas humeantes por grandes vasos helados.
No puedo reproducir aquí todas las recetas que encontrará en la revista, pero me gustaría al menos contarle cuáles son los principales secretos de las infusiones heladas.
Su principal ventaja es que les permiten captar una variedad y delicadeza de perfumes que están ausentes en las infusiones calientes. Y recuerde que es mejor no añadirles azúcar, para que mantengan todo su poder refrescante.
Las tisanas frías se preparan varias horas antes o incluso la víspera, y se conservan en un lugar fresco. Hay dos técnicas para elaborarlas:
Las mezclas de flores, hojas, frutos o plantas en polvo se prestan especialmente bien a este tipo de infusiones.
Más que una infusión, de lo que se trata exactamente es de una maceración. Las plantas no se calientan y el tiempo de infusión es más largo, de 2 horas para ciertos tés fuertes y de entre 6 a 12 horas en el caso de las plantas aromáticas.
Cuidado con sacarlos del recipiente demasiado pronto, un error que cometemos muy a menudo. Los aromas requieren su tiempo, se desarrollan suavemente.
Y no se preocupe si olvida las plantas dentro del agua; en este caso no corremos el riesgo de que la infusión termine resultando amarga o astringente, como ocurre con las tisanas calientes mal dosificadas o que han pasado demasiado tiempo en infusión.
Yo puedo darle consejos y compartir con usted mis recetas favoritas, como verá más abajo, pero lo cierto es que en materia de infusiones frías… ¡la imaginación es la clave!
Las variantes son innumerables y las tonalidades y sensaciones casi infinitas.
No dude en aromatizar estas combinaciones incluyendo en la infusión media cucharadita de granos de cardamomo o una vaina partida de vainilla o de hierba limón, por ejemplo.
Para refrescar sus bebidas este verano también puede elaborar sus propios cubitos de hielo… ¡con plantas y flores en su interior!
Las hojas frescas de plantas aromáticas como la albahaca son muy bonitas, pero también lo son sus flores, que aportan además un toque delicado. Piense en las flores de la borraja, la camomila, el jazmín, la capuchina… ¿Se las imagina flotando en el interior de los hielos que enfrían su bebida? Será suficiente con seleccionar algunas de estas pequeñas flores, meterlas enteras dentro de cada uno de los huecos del molde para cubitos de hielo y cubrirlas con agua.
Poco después, el frío del congelador comenzará a aprisionar a las flores, convirtiéndolas en estatuas vegetales. Como sólo sirven para enfriar la bebida y el sabor de los cubitos apenas se nota, puede experimentar buscando los mejores efectos estéticos.
Pero ahora déjeme presentarle… ¡a la estrella del espectáculo! Le voy a enseñar a elaborar deliciosos ¡polos de flores!
Al igual que los pintores convierten el agua y las flores de los jardines en verdaderas obras de arte, es suficiente tener ganas de crear para convertir un simple polo en toda una paleta de sabores, aromas e imágenes.
Un poco de imaginación basta para convertir un helado en un instante de poesía y frescor.
Y eso es todo, ¡ya puede probarlo! Ya se lo dije: ¡la voluntad es suficiente para hacer de un helado todo un poema!
Artículos relacionados