La inflamación es un mecanismo que el sistema inmunitario activa para hacer frente a todo tipo de patógenos. El problema es que, cuando esta se descontrola o se vuelve crónica, aumenta el riesgo de sufrir demencia. Esta es la conclusión a la que ha llegado una investigación realizada en Reino Unido y que ha contado con la participación de 500.000 personas(1).
Para ello se analizó el nivel de diferentes biomarcadores de todos los voluntarios, incluidos algunos relacionados con la inflamación, y se les sometió a distintas pruebas cognitivas. De este modo pudo observarse que, quienes tienen un nivel más alto de biomarcadores inflamatorios, tienen más riesgo de desarrollar demencia entre 3 y 11 años después de haber padecido una inflamación sistémica (es decir, generalizada).
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