Un tercio de las personas que sufren insuficiencia cardíaca también padecen trastornos psicológicos como depresión y ansiedad. Pero esta relación también puede darse de manera inversa; es decir, que las personas que padecen depresión son más propensas a acabar desarrollando una insuficiencia cardíaca.
Esto es lo que asegura una investigación(1) que se ha dedicado a revisar todos los estudios que se han llevado a cabo hasta la fecha sobre este tema. Y uno de los principales problemas que se derivan de esta relación es que la depresión y la ansiedad que sufren las personas con insuficiencia cardíaca pueden hacer que les resulte más difícil seguir las recomendaciones de dieta y ejercicio que se indican habitualmente para tratar esta patología.
De ahí la necesidad, señalan los investigadores, de desarrollar nuevos tratamientos y seguimientos pensados expresamente para estos casos en concreto.
Artículos relacionados