La diabetes (tanto tipo 1 como 2) no aumenta las probabilidades de sufrir una infección por coronavirus SARS-CoV-2, aunque sí incrementa -y de hecho muy notablemente- el riesgo de desarrollar síntomas graves en caso de contagiarse. De ello alerta la American Diabetes Association, que asegura que las tasas de complicaciones graves y de muerte en personas con esta enfermedad(1) son mucho más altas (al igual que entre quienes padecen afecciones cardíacas; las dos enfermedades juntas es ya un perfil de elevadísimo riesgo).
Esto, sin embargo, no es algo exclusivo del coronavirus. De hecho, las personas diabéticas son más propensas a sufrir complicaciones graves en caso de infección vírica en general, lo que se debe al aumento de los niveles inflamatorios. Pero además de eso quienes sufren diabetes también corren un mayor riesgo de padecer cetoacidosis diabética (una descompensación grave de los “cuerpos cetónicos”, un tipo de ácido), lo que puede dificultar la gestión de los líquidos y comprometer los niveles de electrolitos (esto permite a su vez controlar las sepsis, una de las complicaciones más graves registradas en pacientes con Covid-19). Además, los expertos también advierten que el virus podría prosperar mejor en un entorno de glucosa elevada en la sangre.
Sea como sea, hay una buena noticia: tener la diabetes bajo control disminuiría estos riesgos, ya que en ese caso la capacidad del organismo para combatir las agresiones externas se vería mucho menos limitada. Por eso los pacientes diabéticos deben permanecer especialmente vigilantes estos días respecto a sus niveles de azúcar en sangre. En caso de notar síntomas extraños, deben llamar al médico con urgencia, ser claros respecto a su sintomatología y preguntarle todo lo que necesiten saber sobre cómo actuar. Además, en la medida de lo posible deben tratar de tener a mano una lectura de su glucosa y un registro de su consumo diario de líquidos.
“How COVID-19 Impacts People with Diabetes”. American Diabetes Association. 2020.
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