Seguir una dieta cetogénica (o keto) puede inhibir el crecimiento del cáncer de páncreas, uno de los más agresivos, al actuar en sinergia con algunos fármacos oncológicos(1). Para llegar a esta conclusión se realizó un ensayo con animales que siguieron una dieta keto (rica en grasa y baja en carbohidratos), antes de administrarles el fármaco Tomivosertib, todavía en fase de desarrollo.
De este modo se observó que, en ausencia de glucosa como principal fuente de energía, el cuerpo transforma la grasa en cuerpos cetónicos, que sí puede utilizar como combustible. Este es el mecanismo de la dieta keto, pero que resulta contraproducente en el caso del cáncer de páncreas, ya que sus células tumorales también pueden utilizan las grasas como fuente de energía.
Ahora bien, al fármaco que se administró después actuó precisamente inhibiendo el metabolismo de las grasas, lo que impidió que las células malignas las utilizaran y pudieran seguir creciendo. Por tanto, es la combinación de la dieta keto con el fármaco la que consigue frenar el avance del tumor.
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