Cuando existe una gran presión por alcanzar el cuerpo perfecto, las dietas milagro pueden presentarse como soluciones rápidas y aparentemente mágicas para perder peso. Sin embargo, detrás de sus promesas se esconden riesgos para la salud que muchas veces pasan desapercibidos.
Con la llegada del buen tiempo son muchas las personas que buscan métodos rápidos para adelgazar y “lucir cuerpo” en la playa o piscina.
Un buen ejemplo de ello lo encontramos en las conocidas como “dietas milagro”, que prometen resultados sorprendentes en un tiempo récord. Sin embargo, esa manera de perder los kilos de más suele ir acompañada de graves riesgos para la salud.
La mayoría de las dietas milagro responden al mismo mecanismo. Se basan en un alimento saludable, cuyos beneficios publicitan sin parar algunos famosos. Y ese producto se convierte en prácticamente el único nutriente que recibe el organismo durante semanas.
Así ocurre, por ejemplo, con la dieta del vinagre de manzana, que se ha popularizado recientemente. En efecto, este preparado está repleto de virtudes para la salud, razón por la que se lleva tomando desde hace siglos (aquí puede conocer más de su origen).
Pero la cosa cambia si se siguen los preceptos de esta dieta milagro, en la que durante 3 días solo se toma una mezcla de agua y vinagre de manzana. Su objetivo, en teoría, es quemar más grasas al acelerar el metabolismo y ayudar a depurar el organismo.
Sin embargo, ningún estudio ha confirmado estos beneficios. Y tampoco los de la piña, otro alimento muy popular entre las dietas milagro por las propiedades diuréticas de esta fruta.
Lo mismo ocurre con la dieta del agua, que sugiere beber grandes cantidades de agua antes de las comidas para sentirse más saciado. Es cierto que alguna investigación ha concluido que beber antes de las comidas favorece la pérdida de peso, pero siempre dentro de un programa que incluye seguir una dieta equilibrada y hacer ejercicio y en cantidades razonables.
Por el contrario, si se apuesta solo por beber agua durante varios días, incluso cuando mantenerse bien hidratado es crucial para la salud (se recomienda beber un litro y medio al día), los resultados pueden ser nefastos para nuestro bienestar. Y si no, que se lo digan a Bruce Lee (pinche aquí para saber por qué).
Como puede ver, el gran peligro de estas dietas es que son extremadamente restrictivas, lo que aumenta el riesgo de sufrir desequilibrios nutricionales o déficits de vitaminas y minerales esenciales para la salud.
Asimismo, la rápida pérdida de peso que provoca una restricción calórica extrema, común en las dietas milagro, conlleva una importante pérdida de masa muscular. Y esto afecta a la fuerza muscular, pero también al propio metabolismo del organismo, lo que a su vez puede derivar en importantes complicaciones de salud. Sobre todo, a medida que se envejece.
Por ejemplo, puede debilitar el sistema inmunológico, aumentando el riesgo de sufrir cualquier infección, además de comprometer las funciones vitales del sistema digestivo, cardíaco…
Por su parte, el efecto rebote es la principal consecuencia de las dietas milagro. Es decir, cuando el cuerpo recupera el peso que se ha perdido rápidamente e incluso gana un par de kilos más.
Este efecto es consecuencia directa de la ralentización del metabolismo y la pérdida de masa muscular que comentaba, lo que hace que el cuerpo queme calorías de manera menos eficaz.
Pero, además, este efecto viene acompañado de un impacto emocional nada desdeñable, lo que no siempre se tiene en cuenta. Por tanto, las dietas milagro afectan al cuerpo y a la mente por igual.
Y es que el estrés, la ansiedad y la obsesión por comer (y no comer) ciertos alimentos, que es común entre quienes siguen dietas milagro, suele derivar en una relación poco saludable con la comida. Y esta es la puerta de entrada a innumerables trastornos y problemas de salud.
En lugar de recurrir a dietas milagro, es fundamental adoptar hábitos de alimentación saludables y sostenibles a largo plazo. Solo así se puede adelgazar, previniendo patologías asociadas al sobrepeso. Y que los kilos perdidos no vuelvan a recuperarse.
Esto es algo que sabe el Dr. Jean-Paul Curtay, un médico pionero en terapia nutricional mundialmente reconocido. Él ha tratado a miles de personas que han intentado de todo para adelgazar; incluido el seguir algunas de las dietas milagro que hemos comentado, lo que les ha llevado a sufrir dolencias de todo tipo.
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