Diagnosticar el párkinson con la mayor antelación posible es la principal baza con la que cuentan los afectados por esta enfermedad neurodegenerativa para frenar su desarrollo. Y a este respecto llegan fantásticas noticias desde Estados Unidos.
Allí, un equipo de investigadores ha desarrollado un novedoso dispositivo(1) que diagnostica el párkinson mucho antes de que surjan los problemas motores; es decir, los síntomas más visibles de la enfermedad, pero también los que aparecen en un estado muy avanzado de la misma.
Lo más llamativo del nuevo dispositivo es que incluye unos hisopos de algodón (los clásicos bastoncillos) con los que se recolecta la secreción de las glándulas sebáceas de la dermis. En otras palabras: recoge la sustancia grasa presente de forma natural en la dermis, cuya principal misión es la de proteger nuestra piel de agresiones externas.
Y es que los expertos han observado que la composición del líquido sebáceo cambia en los pacientes con párkinson, lo que permite hacer un diagnóstico rápido, seguro y nada invasivo de la enfermedad. Y las pruebas realizadas han confirmado la eficacia del dispositivo. En un ensayo que contó con 79 personas con párkinson, identificó 500 biomarcadores específicos de la enfermedad ¡en solo 3 minutos!
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