Deporte, bricolaje, jardinería… muchas actividades pueden provocar un dolor muscular de lo más intenso. Sobre todo si esa actividad se ha reducido significativamente, o incluso eliminado, durante los fríos meses de invierno.
De ahí que, con el retomar de cualquier actividad física, es muy fácil que los músculos acaben afectados. Y para aliviarlos le proponemos dos remedios que nos trae la Madre Naturaleza: un relajante baño de pino silvestre y un macerado de flores de prímula.
¡Siga leyendo para ponerlos en práctica!
El pino silvestre (Pinus sylvestris), también conocido como “pino del Norte”, es una variedad que crece en buena parte de Europa y Asia y puede llegar a los 30 metros de altura.
En la antigüedad, sobre todo en los países escandinavos, era el tipo de pino que se utilizaba para elaborar brea. Esta sustancia viscosa se obtenía de la resina de algunos árboles para impermeabilizar y usarse como adherente.
Pero en la actualidad lo que más interesa es su trementina, que se obtiene de la destilación de la resina y destaca por su alto contenido en alfa-pineno, de propiedades antiinflamatorias, expectorantes y antiparasitarias. (1)
Ahora bien, esta sustancia también ofrece propiedades analgésicas. Y por ello es la variedad vegetal que puede calmar sus músculos doloridos o anquilosados.
En los herbolarios y tiendas especializadas en productos naturales puede encontrar fácilmente agujas secas de pino. Así es como se conoce a las hojas del pino, que son el principal ingrediente del relajante baño que le propongo.
Para la elaboración, lleve a ebullición un litro de agua y añada 150 g de sus agujas finamente cortadas. Deje que se calienten a fuego lento durante 10 minutos, pero cubriendo el recipiente para que no se evaporen los principios activos de los vegetales.
A continuación, cuele la preparación y añádala directamente al agua de la bañera. Puede disfrutar del baño entre 15-20 minutos, mientras el agua esté a una temperatura agradable.
Y como consejo extra, este mismo preparado, en forma de vahos, puede ayudar a descongestionar las vías respiratorias en caso de resfriado o congestión. Gracias a su aporte en vitamina C, de propiedades antioxidantes.
Atención: el pino silvestre está contraindicado en caso de asma, gastritis o estreñimiento, debido a su alto contenido en taninos (sustancias irritantes para la mucosa gástrica e intestinal). Y debido a sus propiedades fototóxicas, no conviene que le dé el sol después de haber tomado el baño.
Pasemos ahora al otro preparado natural que puede hacer maravillas por sus músculos.
La protagonista de este preparado es la prímula (también conocida como “hierba de San Pedro”), planta perenne que destaca por sus flores, de un amarillo intenso, y cuyo hábitat comprende la mayor parte de las regiones templadas de Eurasia.
Dentro de las herboristerías es habitual encontrarla como remedio diurético, expectorante y antiespasmódico, pero también por sus propiedades analgésicas. (2)
Por ejemplo, para mitigar el dolor de cabeza, puede preparar una infusión con una cucharadita de sus flores secas por cada taza de agua caliente.
Y en caso de dolor muscular, le proponemos un macerado, a partir de los siguientes ingredientes:
Y siguiendo estos pasos para su elaboración:
Primero coloque las flores en un frasco de vidrio, sin apretarlas, y agregue el aceite de girasol. Cierre el frasco y agite bien para que el aceite empape bien las hojas.
Después solo queda esperar 3 semanas. Eso sí, para que los principios activos de la planta se impregnen bien en el aceite, el frasco deberá conservarse a temperatura ambiente y bien protegido de los rayos ultravioleta del sol, ya que tienen un efecto oxidante. Y para un mejor resultado, recuerde agitar el frasco todos los días.
Una vez pasadas las tres semanas de maceración, filtre la mezcla y agregue el conservante de vitamina E (disponible en farmacias).
Y, por último, transfiéralo todo a un frasco de vidrio de cierre hermético para una fácil aplicación. Para usarlo, solo debe verter una pequeña cantidad sobre la zona dolorida, en forma de suave masaje.
Atención: esta preparación puede conservarse hasta 12 meses, pero siempre que se mantenga bien preservada del calor y la humedad. De lo contrario, puede haber riesgo de que proliferen hongos que echen a perder los principios medicinales de la planta.
Artículos relacionados