La mala calidad del sueño podría estar relacionada con el riesgo de desarrollar alzhéimer. Según los investigadores que han llegado a esta conclusión en esa relación también interviene la proteína Tau, pues las personas de más edad cuyo sueño tiene menor calidad tienen un nivel más alto de esa proteína(1).
Para confirmar esta teoría durante una semana se monitorizó el sueño de 119 personas de más de 60 años; algunas sufrían cierto deterioro cognitivo y en otras su capacidad cognitiva era normal. Además, se les midió los niveles de la proteína Tau.
Constataron así que las personas que tenían unos mayores niveles de Tau eran también las que tenían el sueño profundo más reducido. Pero esto no significaba que durmieran menos, sino que la calidad de ese sueño era menor. De hecho, precisamente los participantes que tenían unos niveles más altos de Tau también se echaban más cabezadas a lo largo del día, señal de que no habían descansado adecuadamente por la noche.
En resumen, si el tiempo que se dedica a echarse más cabezadas es excesivo, significa que hay más riesgo de desarrollar alzhéimer. Asimismo, esta relación permitirá llevar un mejor seguimiento de los pacientes con esta enfermedad, ya que si se detectan cambios en el patrón de sueño significaría que se está produciendo un mayor deterioro neuronal.
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