En caso de cáncer, ya se había intuido que hacer ejercicio reduce el riesgo de que el tumor se expanda. Pero, ¿cuánto ejercicio interesa hacer para conseguir este efecto? Para descubrirlo, un grupo de investigadores ha contado con 28.248 personas con distintos tipos de cáncer, todos en estadio 1. Y con todos los participantes se registró la actividad física que habían realizado en el año previo al diagnóstico.
Tras analizar los datos, los investigadores observaron que había un 16% menos de riesgo de que el cáncer avanzara si el paciente hacía al menos 60 minutos de ejercicio a la semana. Pero, si hacía más de una hora, la probabilidad de que el cáncer se extendiera bajaba hasta el 27%.
Por otro lado, entre quienes hacían al menos una hora de ejercicio a la semana se reducía en un 33% la probabilidad de morir por cualquier causa, que pasaba a ser de un 47% menos si hacían ejercicio durante más tiempo.
¡Pero hay más! Los resultados también reflejaron ventajas significativas para quienes continuaron practicando ejercicio hasta dos años después del diagnóstico. En concreto, se observó un mayor estancamiento del tumor (es decir, no se propagó) entre los que hacían más de 60 minutos de ejercicio a la semana.
Entre las razones que explicarían estos resultados, los responsables señalan que la actividad física refuerza la inmunidad, esencial para hacer frente a cualquier enemigo del organismo. Pero, además, ayuda a regular el nivel de hormonas (sobre todo estrógeno y testosterona), las cuales suponen un factor de riesgo en ciertos tipos de cánceres, como el de mama y de próstata.
Ntokozo Mabena, Nivash Rugbeer, Sandra Lehmann et al.: “Association between recorded physical activity and cancer progression or mortality in individuals diagnosed with cancer in South Africa”. British Journal of Sports Medicine. 2025.
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