Hasta 9 de cada 10 ictus (o accidentes cerebrovasculares) se podrían prevenir con simples cambios de hábitos diarios, según un reciente estudio(1).
Seguir una alimentación poco saludable, abusar del alcohol, fumar, estar estresado o el sedentarismo son los principales factores de riesgo para desarrollar enfermedades que, a su vez, se relacionan directamente con una mayor probabilidad de sufrir ictus, que hoy por hoy afectan al 25% de los mayores de 60 años y son la principal causa de discapacidad en el mundo.
Muchos de estos factores tienen en común que pueden evitarse con cambios en los hábitos diarios, a través de una correcta alimentación y la práctica de ejercicio.
Fuentes:
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