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El alcohol: ¿amigo o enemigo?

Voy a hablarle del consumo de alcohol con naturalidad, sin sentirme obligado a protegerle, como si usted fuera un niño de tres años, utilizando frases del tipo “El exceso de alcohol es perjudicial para la salud” o “Disfruta de un consumo responsable”, tal como puede leerse en algunas botellas de bebidas alcohólicas.

Además ¿se ha parado a pensar en lo absurdo de esas frases? Cuando se decidió ponerlas, no se dieron cuenta de que, por definición, toda irresponsabilidad en el consumo y todo exceso son por principio malos para la salud. Si no fuera malo para la salud, ¡no sería un exceso!

Por eso mismo, el consumo irresponsable de pasas es perjudicial para la salud: si usted se atiborra a pasas, puede dañar el tubo intestinal. Incluso el consumo excesivo de agua es perjudicial para la salud: si bebe demasiada, corre el riesgo de sufrir una insuficiencia renal.

A este paso Bruselas cubrirá esta laguna reglamentaria obligando a las aguas minerales a que lleven impresas en las botellas, con letras bien grandes al estilo de las cajetillas de tabaco, que “el exceso de agua es perjudicial para la salud”, y acompañarlo con fotos desagradables de una operación de transplante de riñón.

¿Estoy exagerando? Por supuesto que sí. Pero cada vez me da más rabia vivir en este mundo en el que a priori se nos considera a todos los adultos unos irresponsables.

Unas líneas para los que sufren alcoholismo

Antes de pasar a hablar sobre los beneficios para la salud derivados de un correcto consumo de alcohol, quisiera enviar unas palabras de comprensión a aquellas personas alcohólicas que están leyendo este mensaje, así como a las que tienen uno o varios seres queridos sufriendo esta enfermedad. Nunca lo diremos lo suficiente: el alcohol destruye vidas, arruina familias, provoca terribles sufrimientos a las personas que tienen problemas con el alcohol y a su entorno.

Pero en realidad nos estamos refiriendo al alcoholismo, descrito por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “problemas mentales y trastornos del comportamiento” relacionados con la ingesta de alcohol.

En España se calcula que el alcoholismo afecta al 5-7 % de la población y que la edad de inicio en el consumo de alcohol se encuentra en los 13-14 años, situándola en el grupo de cabeza de la Unión Europea en este sentido. Los mensajes de alerta que aparecen en los anuncios publicitarios no les están ayudando. (1)

Querer curar el alcoholismo incluyendo menciones legales en los anuncios o en las propias botellas de alcohol equivale a querer curar una gripe con frases como “¡Deje de coger la gripe!”, “¡La gripe es perjudicial para la salud!”. No sirve para nada. Se han realizado estudios que han demostrado que las campañas contra el alcohol nunca han ayudado a curarse a ningún alcohólico, a diferencia de otras acciones realistas como Alcohólicos Anónimos.

Estudios científicos que preocupan a todo el mundo

Si pregunta a su médico o a sus conocidos sobre el alcohol, cada uno de ellos tendrá su propia opinión y será diferente, o incluso contraria, a la del resto, pero siempre estará apoyada por “estudios científicos”. Vamos a poner un poco de orden en esto porque las cosas, en realidad, no son tan sencillas:

Sólo en estos últimos meses, investigadores alemanes han llegado a la conclusión de que un vaso de alcohol al día es suficiente para aumentar el riesgo de sufrir cáncer de mama, mientras que científicos en Estados Unidos han observado que un consumo de alcohol de ligero a moderado (“light to moderate”) puede disminuir el riesgo de infarto y accidente cerebrovascular (ACV). (2)

Otros estudios afirman que el alcohol puede desde favorecer hasta impedir el descanso, así como reforzar o debilitar los huesos. (3) (4)

¿Qué conclusiones debemos sacar de todo esto con respecto a nuestro consumo diario de alcohol?

Alcohol y cáncer: la triste realidad

A menudo se dice que una copa de vino al día es buena para la salud; sin embargo, al hablar de cáncer, no beber nada de nada podría ser la mejor forma de prevenir la enfermedad.

Según un informe del World Cancer Research Fund (WCRF) y del American Institute for Cancer Research (AICR), el estudio más grande jamás realizado sobre estilo de vida y cáncer, el consumo de alcohol, incluso en pequeñas cantidades, puede incrementar de manera significativa el riesgo de sufrir ciertos tipos de cáncer, como el de boca, garganta, cuerdas vocales, esófago, mama o colon.

Se ha constatado la existencia de este mayor riesgo tomando en consideración todas las categorías de alcohol (cerveza, vino y bebidas espirituosas), siendo el principal factor de riesgo el contenido en etanol, y no el resto de ingredientes de la bebida. De hecho, el etanol o alcohol puro está clasificado como agente cancerígeno para el ser humano por la International Agency for Cancer Research (IACR).

Aunque no todas las pruebas coincidan (por ejemplo, la investigación sobre cáncer de riñón señala que el alcohol puede, justo al contrario, tener un efecto positivo contra el cáncer), la conclusión del informe WCRF-AICR es clara: “Desde el punto de vista de la prevención del cáncer, lo mejor es no consumir nada de alcohol”. (5)

Si bien, en lugar de recomendarnos evitar por completo el alcohol, los autores aconsejan que “limitemos nuestro consumo a dos copas al día en el caso de los hombres, y a una en el caso de las mujeres”. Una copa contiene entre 10 y 15 g. de etanol.

Este consejo aparentemente contradictorio proviene de la idea de que, aunque parece que el alcohol incrementa el riesgo de cáncer, también podría reducir considerablemente el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. (6)

El alcohol ayuda al corazón

Numerosos estudios han demostrado que las personas que consumen alcohol en cantidades moderadas tienen un menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

En un metanálisis (análisis global promediado de los resultados de un conjunto de estudios científicos), investigadores canadienses y americanos comprobaron que los consumidores de alcohol tenían un riesgo de sufrir infartos y accidentes cerebrovasculares y de fallecer por una de estas causas menor que los abstemios.

Tomar una copa al día está definitivamente relacionado con un riesgo entre un 14 y un 25% menor de sufrir el conjunto de enfermedades cardiovasculares. Mientras que beber más de una copa al día, por el contrario, aumenta el riesgo de sufrir un infarto mortal. (7)

Encuentro Artrosis

Esos mismos investigadores han continuado estudiando los mecanismos que se esconden tras los efectos aparentemente beneficiosos del alcohol sobre el corazón. Han tenido en cuenta más de sesenta estudios sobre su consumo y su relación con marcadores conocidos de enfermedades cardíacas, y han confirmado que un consumo moderado de alcohol aumenta de manera significativa los índices de colesterol “bueno” o HDL en el cuerpo. Esto podría explicar el efecto protector del alcohol contra las enfermedades de corazón. (8)

Cabe destacar que, al estudiar el impacto según el tipo de alcohol ingerido (vino, cerveza o bebida espirituosa), se comprobó que todos tenían el mismo efecto positivo sobre el corazón. Sin embargo, la mayoría de estudios revisados trataban sobre el vino, y en general el vino tinto, lo que podría haber influido en los resultados. El vino tinto contiene compuestos vegetales llamados polifenoles, como el resveratrol, considerados beneficiosos para el corazón.

Aún así, la mayoría de estos estudios sobre vino tinto han llegado a la conclusión de que en realidad el alcohol presente en la bebida es el auténtico responsable de los efectos positivos para la salud. Un estudio ha comparado los efectos sobre el índice de colesterol en la sangre del consumo de vino con el consumo de dos tipos diferentes de zumo de uva, uno rico en polifenoles y otro no. El consumo de vino (tanto blanco como tinto) aumentaron el nivel de colesterol bueno HDL, mientras que el zumo de uva no tuvo ningún efecto. (9)

Huir del “binge drinking” a toda costa

“Binge drinking” es el término anglosajón para explicar un fenómeno mundial que practican sobre todo los jóvenes: beber exageradamente (casi como un objetivo en sí mismo) las noches de los viernes y sábados, y no probar ni gota de alcohol entre semana. Se beben grandes cantidades de alcohol (seis copas en hombres o cuatro en mujeres) en menos de tres horas. En España, el 15,2% de la población sigue esta práctica, con una media de edad de entre 19 y 20 años. (10)

Aprender a beber correctamente, es decir, beber en la mesa y en proporción a la cantidad de comida que se está ingiriendo, es más importante que la cantidad de alcohol ingerido. Se debe evitar, a toda costa beber importantes cantidades de alcohol de un trago y con el estómago vacío para “cogerse un buen colocón” (…o más bien un “resacón”).

Según el Dr. Juergen Rehm, director de investigación social y epidémica en el Centro de adicciones y salud mental (CAMH, en sus siglas en inglés) de Toronto (Canadá), “si una persona se emborracha una vez al mes, todos los posibles beneficios para la salud del consumo de alcohol quedan anulados”. Este nivel se alcanza cuando se pasa de cinco copas seguidas, en el caso de los hombres, y cuatro en el de las mujeres.

Los propios estudios realizados por el Dr. Rehm sobre alcohol y corazón (un metanálisis de 44 estudios coescritos con Michael Roerecke) han revelado que, aunque parece que el alcohol protege contra las enfermedades cardíacas y disminuye la mortalidad en general, su efecto protector no es automático para todo el mundo, ni siquiera en un porcentaje pequeño. El estudio, publicado en la revista científica Addiction, da a entender que la manera de beber podría ser igual de importante que la cantidad total de alcohol ingerido. (11)

Un estudio comparativo sobre los hábitos de consumo entre hombres de edad mediana de las ciudades francesas de Lille, Estrasburgo y Toulouse, así como de Irlanda del Norte, va en esta misma dirección. Se ha comprobado que, aunque los franceses por naturaleza beben más que los irlandeses, sufren menos enfermedades coronarias que éstos, que tienden a emborracharse.

Un riesgo dos veces mayor de morir de un infarto

Las personas asiduas a emborracharse tienen prácticamente el doble de probabilidades de sufrir un infarto o de fallecer por una enfermedad del corazón que las personas que beben a diario, pero de forma moderada. (12)

Algunos expertos, sin embargo, no son partidarios del consumo diario de alcohol, ni siquiera moderado, y aconsejan guardar dos días de abstinencia a la semana.

Según Sir Ian Gilmore, asesor especial sobre alcohol del Royal College of Physicians de Londres, si se bebe todos los días, sí que podría existir de verdad un riesgo de padecer una enfermedad del hígado.

El Dr. Nick Sheron, experto hepatólogo de la Universidad de Southampton, Reino Unido, lo confirma: “Si analizamos a las personas que tienen lesiones en el hígado (cirrosis) veremos que prácticamente todas ellas consumen alcohol a diario”. Por eso también recomienda que se respeten uno o dos días de abstinencia a la semana, para reducir la dependencia y la disposición natural a beber cada vez más.

Conclusión

El consumo de alcohol reduce, por tanto, el riesgo de sufrir enfermedades del corazón, siempre y cuando se beba durante las comidas. Para reducir los daños en el hígado, guarde aun así dos días de abstinencia a la semana y evite a toda costa emborracharse.

Es cierto que beber alcohol, incluso de forma moderada, podría incrementar ligeramente el riesgo de cáncer. Sin embargo, si presta atención a los índice de mortalidad, las personas que beben con moderación viven más que los abstemios, incluso teniendo en cuenta el nivel de estudios y de vida. (13)

Por último, aunque los expertos no se pongan de acuerdo con respecto a lo que se considera un consumo de alcohol diario “moderado” y seguro, parece acertado limitarlo a 15 g de etanol al día en el caso de las mujeres (o dicho de otro modo, a una copa de vino tinto o una lata de 33 cl de cerveza de 5º de alcohol) y a 30 g en el caso de los hombres (dos copas de vino llenas o dos cervezas).

Fuentes:

  1. Datos del XIII Congreso Nacional de Psiquiatría, celebrado en Madrid en octubre de 2009.
  1. Stroke, 2012, 43 : 939-45
  2. Alcohol Clin Exp Res, 2011 ; 35 : 2093-100
  3. Am J Clin Nutr, 2009 ; 89 : 1188-96
  4. “From the point of view of cancer prevention, the best level of alcohol consumption is zero”.
  5. WCRF-AICR, Food, Nutrition, Physical Activity, and the Prevention of Cancer : A Global Perspective, 2007 ; www.dietandcancerreport.org)
  6. BMJ, 2011; 342 : d671
  7. BMJ, 2011; 342 : d636
  8. Clin Chim Acta, 1996; 246 : 183-93
  9. “Encuesta sobre alcohol y drogas en población general de España 2011-2012” (EDADES). 22 de enero de 2013
  10. Addiction, 9 enero 2012; doi:10.1111/j.1360-0443.2012.03780.x
  11. BMJ, 2010 ; 341 : c6077
  12. J Am Geriatr Soc, 2009 ; 57 : 955-62

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Este artículo es una Adaptación de «Alcohol: friend or foe» de Joanna Evans, con autorización del editor. Artículo publicado en What Doctors Dont’ Tell You, volumen 23, nº2.

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