La toma de medicamentos antidiabéticos y las inyecciones de insulina forman parte de la rutina cotidiana de una enorme cantidad de personas que sufren diabetes tipo 2. Pero, ¿pueden evitarse? Tal vez sí, aunque para ello sea necesario cambiar drásticamente de hábitos alimenticios.
En este sentido un equipo de médicos canadienses(1) ha estudiado el caso de tres hombres, de 40, 52 y 67 años de edad y afectados por este trastorno metabólico, que lograron controlar su enfermedad gracias a haber seguido un programa de ayunos intermitentes.
En el transcurso de la investigación dos de ellos se abstenían de comer un día de cada dos, mientras que el tercero ayunaba de forma fija tres días por semana. Y además durante la restricción alimentaria se les permitía beber bebidas bajas en calorías (café, té, consomé…) e incluso tomar una comida extremadamente ligera y muy pobre en glúcidos por la noche. Eso sí, los participantes siguieron el programa sin tregua durante 10 meses.
Los beneficios, en cambio, no tardaron prácticamente nada en manifestarse: todos pudieron prescindir de las inyecciones de insulina (uno de los participantes después de solo 5 días de tratamiento y al cabo de un mes los otros dos). Asimismo, dos de ellos pudieron interrumpir la toma de antidiabéticos, mientras que el tercero solo conservó uno de los cuatro que tenía su tratamiento inicial. Y además todos ellos perdieron entre el 10 y 18% de su peso de partida y su tasa de azúcar en sangre bajó, disminuyendo el riesgo de complicaciones.
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