El olfato es uno de los sentidos más desarrollados, hasta el punto de que es el único que se relaciona directamente con el hipocampo, la región del cerebro responsable de la memoria a largo plazo. De ahí que se haya estudiado la respuesta olfativa de personas que han sufrido lesiones cerebrales graves (y que no responden a estímulos táctiles, visuales ni sonoros) para determinar su evolución y el tratamiento más adecuado en cada caso(1).
Se llegó a esta conclusión tras estudiar durante años a 43 pacientes en coma o con un nivel de consciencia muy bajo, a los que acercaban en orden aleatorio frascos con diferentes olores, tanto agradables como desagradables. Los investigadores observaron que los que reaccionaban a esos estímulos (daban respiraciones más cortas con los olores desagradables e inhalaciones más profundas con los agradables), con el tiempo mostraban una mejoría en su estado de consciencia; incluyendo los pacientes más graves.
A tenor de los resultados, los investigadores han estimado que el 40% de las personas que sufren una lesión cerebral grave en realidad están conscientes, por lo que realizar estos sencillos test puede ayudar a determinar su verdadero estado.
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