Un alto nivel de flavonoles, un tipo de antioxidante y antiinflamatorio presente en la mayoría de frutas y verduras, reduce el riesgo de desarrollar alzhéimer. Así lo confirma el estudio que se ha realizado con más de 900 personas con una media de 81 años de edad(1).
En el tiempo que duró el estudio se analizó el tipo de alimentación que seguían todos los participantes, atendiendo especialmente a la cantidad de flavonoles presentes en su dieta. También se evaluó su capacidad cognitiva y se les realizaron pruebas para determinar si habían desarrollado la enfermedad.
Se analizó en concreto el consumo de cuatro tipos de flavonoides: kaempferol (presente en la col rizada, el té, el brócoli, las espinacas…), quercetina (en los tomates, las manzanas…), isohamnetin (aceite de oliva, peras, tomates…) y miricetina (naranjas, col rizada, té…).
Al finalizar el estudio se constató que el 54% de los participantes que no consumían un alto aporte de esas sustancias tan beneficiosas acabaron desarrollando la enfermedad, frente a solo el 15% de quienes lo consumían en mayor cantidad. De ahí que las conclusiones del estudio sean que, en general, consumir en abundancia estos alimentos ricos en flavonoides (una media de 15,3 mg diarios) reduce muy notablemente el riesgo de desarrollar alzhéimer.
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