Hace escasas semanas las mujeres de Arabia Saudí pudieron sentarse en las gradas de un estadio de fútbol por primera vez, y en unos meses podrán ponerse al volante de sus coches, lo cual a día de hoy siguen teniendo prohibido por ley.
He querido recuperar estos datos para dar contexto a esta otra noticia: hace meses que Sophia, un robot, fue reconocida como ciudadana saudí. De hecho, cuenta desde su “nacimiento” con más derechos que sus congéneres humanas, ya que por supuesto no está obligada a llevar velo ni rinde cuentas a ningún hombre.
En su momento esto desencadenó una gran oleada de críticas en las redes sociales y medios de comunicación, y a mí me condujo a una reflexión que hace tiempo que quería compartir con usted.
Al margen del caso saudí, me preocupa mucho el papel que la inteligencia artificial -y, en definitiva, la tecnología- está adoptando tanto en la sociedad en general como en nuestro día a día.
No se trata de que alguien prefiera tener un “robot-mascota” que adoptar un animal de carne y hueso, o que un lunático consiga su minuto de gloria casándose con un muñeco. La cosa está yendo mucho más allá.
El Parlamento Europeo ya debate sobre los derechos de los robots, al tiempo que estudia si deberían o no cotizar por su trabajo. (1) (2)
Aunque parezca la más pura ciencia ficción, esto está pasando a día de hoy y forma parte de nuestra realidad.
Hasta los mayores expertos en la materia consideran que “humanizamos demasiado” a los ordenadores y máquinas que nos rodean. (3)
Pero, ¿por qué lo hacemos? Al fin y al cabo, son aparatos creados por nosotros mismos que no tienen la capacidad de sentir.
¿Qué será lo siguiente? ¿Llegará un día que estaremos tan “enganchados” a los robots como hoy lo estamos a los teléfonos móviles?
Sin negar que obviamente la tecnología (y más concretamente internet) ha producido avances impensables hace décadas para nuestros abuelos, padres e incluso para muchos de nosotros, resulta inevitable preguntarse si la dirección que llevamos es la correcta.
Internet ofrece infinidad de cosas positivas; sin ir más lejos, permite que estas líneas que escribo lleguen hasta usted.
También que pueda comunicarse a cualquier hora y desde cualquier lugar con sus hijos o nietos si se encuentran lejos, o con esos amigos a los que hace tiempo que no ve, por ejemplo.
Esa es la verdadera esencia de las “herramientas” tecnológicas y digitales, para lo que fueron creadas: hacernos la vida mejor y más fácil. Y, de hecho, por eso casi nadie renuncia a tener un teléfono móvil o un ordenador en casa. ¡Y por supuesto que hace bien teniéndolos!
Sólo quiero recordar la importancia de saber usar la tecnología, de hacerlo con cabeza.
No es la primera vez que en Tener S@lud abordamos los trastornos que derivan de su uso abusivo. Van desde problemas de vista generalizados (por la utilización masiva de pantallas) a mala calidad y trastornos del sueño, así como un incremento del número de casos de artrosis precoz en el pulgar (por culpa de teclear permanentemente en el teléfono móvil). (4) (5)
Y a ellos se suman, por supuesto, los graves problemas psicológicos que provoca vivir permanentemente en una realidad paralela magnificada a través de aplicaciones, programas, redes sociales… la cual hace perder el contacto con lo que de verdad nos rodea, las cosas que realmente se pueden tocar, oler y sentir. (6)
Pero la realidad es la que es, y el uso que la mayoría hace de la tecnología es completamente abusivo (incluso adictivo). El teléfono móvil y el ordenador se han convertido en tal fuente de estrés y ansiedad que llegan a desencadenar enfermedades. Y es algo que afecta a todos los rangos de edad.
Cuántas veces habrá comentado con sus amigos o familiares que los niños de hoy día ya no juegan como antes, que muchos de ellos parecen incluso pequeños “adictos” a la pantalla casi desde que nacen.
Pues bien, lo cierto es que la mayoría de los adultos que conozco (y probablemente también muchos de los que usted conoce) ¡hacen exactamente lo mismo!
El absurdo al que llegan algunas situaciones da pie a bromas y chistes (convertidos en fenómenos virales que, precisamente, nos llegan a través de las dichosas pantallas). Pero lo cierto es que detrás de esto se oculta un drama enorme y sin precedentes.
Siempre. Es más, es nuestro deber hacerlo.
Y no lo digo yo, sino una de las personas de las que quizá menos cabría esperar estas palabras: Andy Stalman, uno de los mayores expertos en marketing digital del mundo.
Pero es que, por encima de su reputación profesional, Stalman se autodefine precisamente como humanista. Y como tal se muestra también muy preocupado por el devenir de la sociedad en la era de la digitalización masiva.
No obstante, él es terriblemente optimista acerca del papel que nos ha tocado vivir en esta especie de “revolución del humanismo”, a cuyas puertas nos encontramos.
“2018. El siglo [y el milenio] se hace mayor. Hemos alcanzado la adultez, así que ya es hora de hacernos responsables de nuestro devenir, ¿no creen?”, nos urge.
Los artífices de cada uno de los logros alcanzados a lo largo de la historia de la humanidad han sido los seres humanos -sus mentes-, y no la tecnología o cualquier otra herramienta generada artificialmente por ellos mismos.
Descubrimientos, expediciones, conquistas… Basta echar un vistazo hacia atrás y la Historia nos recuerda todo lo que hemos sido capaces de conseguir antes de convertirnos en una nariz pegada a una pantalla, o antes de tener a un “San Google” al que preguntar todo cuanto necesitemos saber.
Y es que la tecnología forma parte de nuestro desarrollo como civilización desde hace apenas unos siglos, mientras que el ser humano ha sobrevivido durante milenios gracias al resto de cualidades que, precisamente, lo diferencian como especie (socialización, creatividad, ingenio, aspiraciones…).
“¿Cuántos creen realmente que vayan a perder su trabajo por ser suplantados por una máquina?”, planteó Stalman al auditorio en la presentación de su último libro. (7)
Nadie levantó la mano, y eso sólo demuestra que en el fondo todos sabemos reconocer el valor de las capacidades propiamente humanas.
Esas mismas capacidades, las intrínsecamente sociales (empatía, inteligencia emocional, gestión de conflictos…), son las que más se valoran, por ejemplo, a la hora de optar a un puesto de responsabilidad en una empresa. ¿Por qué? Porque eso es, precisamente, lo que nos hace insustituibles.
Ese es el verdadero valor añadido que aportamos los seres humanos y que, en definitiva, ha sido y es el motor de la historia. De ahí la importancia de volver a ponerlo en valor frente a la deshumanización de la tecnología.
Lo cierto es que Stalman no es el único experto digital que se plantea estas ideas. La necesidad de “higienización humana” es algo que muchos de los “gurús” de Silicon Valley conocen muy bien y llevan a la práctica en su día a día.
Muchos llevan a sus hijos a colegios sin tecnología, sin ordenadores ni wifi, y siguen ellos mismos un estilo de vida de lo más austero, más propio de un ermitaño que de un millonario del siglo XXI. (8) (9)
Lo que permite esa “desconexión” es retomar ciertos valores que la sociedad digital nos ha arrebatado. Por ejemplo, devolviéndonos una capacidad tan humana como es la de asombrarse con lo que nos rodea, fuente inagotable de imaginación y creatividad, pero que se encuentra “dormida” por culpa del bombardeo informativo absolutamente globalizado y constante.
Cada uno puede y debe combatir la “deshumanización” en su propia vida, especialmente a través de sus relaciones sociales.
Pero hay algo más que puede jugar un papel decisivo: nuestros mayores.
No hay que olvidar que nuestros mayores han vivido en una realidad muy distinta a la actual la mayor parte de sus vidas, y que es nuestro deber no excluirlos.
Un conocido me contó hace poco que su madre, de 80 años y en un precario estado de salud, le había pedido un smartphone. Él, entre la sorpresa y la broma inocente, le preguntó que para qué lo quería, a lo que ella respondió que para hablar con sus hijos, quienes, sentados a la mesa, no hacían más que mirar sus teléfonos.
¿Es que acaso la gente ha perdido la capacidad de disfrutar de una simple comida con los que le rodean? ¿De verdad ya no es importante mirar y que nos miren a los ojos al conversar? ¿En serio preferimos perdernos en interminables conversaciones de chat, con frecuencia llenas de malentendidos, que dedicar cinco minutos a una buena conversación telefónica que nos permita captar los matices de lo que nos cuenta nuestro interlocutor?
Estas nuevas formas de socialización no nos hacen más felices. Más bien todo lo contrario: el número de jóvenes de entre 18 y 24 años que declaran sentirse solos aumenta y, según un estudio de TNS-Sofres, actualmente el 49% no consigue desarrollar suficientes vínculos afectivos satisfactorios con su entorno. (11)
Entonces, ¿por qué no recuperar la forma en la que nos comunicábamos hasta hace no tanto? Y, ¿qué mejor que valerse de aquellos que nunca han dejado de hacerlo?
Además, las personas mayores son una fuente de sabiduría inagotable que puede aportar importantes valores a las generaciones venideras. Sabios y curtidos, lo han vivido casi todo y tienen tiempo -y muchos energía- para compartirlo y transmitirlo. “Su conocimiento y experiencia no se pueden comprar en Amazon”, recuerda Stalman.
Como le he dicho, este un tema que me preocupa, y por ello me gustaría saber qué opina usted. ¿Percibe el abuso de la tecnología en su entorno? ¿Se le ocurre alguna otra idea con la que combatir la “deshumanización”? Le animo a dejar más abajo su comentario. ¡Tanto yo como el resto de lectores de Tener S@lud estaremos encantados de leerle!
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Estoy de acuerdo con todo lo expuesto en el artículo, y por supuesto que vivo en mí día a día la deshumanización que existe hoy en día por culpa de la tecnología. Ojalá tuviese una fórmula para poder liberarnos de la esclavitud a la que nos tiene sometida la era digital y poder volver a ver a los niños jugar en la calle al pilla pilla en vez de estar encerrados en sus habitaciones viendo el mundo a través de una pantalla
Buenas tardes!
Pues opino exactamente igual q usted.
Pienso q las nuevas tecnologías son un gran avance en nuestro mundo y es una forma d poder comunicarnos rápidamente y a grandes distancias incluso, pero hay algo muy importante en la vida q se está perdiendo con las nuevas tecnologías; como es el escuchar a ese amigo, amiga, a ese familiar, a esa pareja…al otro lado del teléfono (poder escuchar su voz)… al igual q esa falta d comunicación y miradas en la mesa(Es una pena).
Estoy completamente de acuerdo con que la sociedad se está deshumanizando y creo que irremediablemente avanza sin freno a la par que la destrucción paulatina de nuestro querido planeta.
Los humanos somos autodestructivos por naturaleza y pienso que la a gran mayoría de jóvenes de las nuevas generaciones tampoco les supone un problema pues es el mundo que conocen.
Me gustaría decir lo contrario pero soy bastante escéptico y creo que tendremos un futuro en el que la tecnología y todo lo que conlleva estarán mucho más presentes en la vida de las personas.
Un saludo
Gracias por la oportunidad que se nos brinda para opinar sobre el artículo de hoy 27 Feb 2018. No puedo estar más de acuerdo con el fondo de la cuestión.
En este Primer Mundo que nos ha tocado vivir, los progresos tecnológicos han sobrepasado con mucho a los desarrollos sociales, humanísticos y anímicos que debería ser parejos, si no mayores que los primeros.
Pero además los cambios se producen con tan extrema rapidez en el mundo de la ciencia y la tecnología, que no nos da tiempo a acostumbrarnos a ellos, y andamos la mayor parte de nosotros bastante perdidos y estresados en este Nuevo Mundo de realidades virtuales, porque hemos perdido muchos de los referentes o asideros morales, que generaciones anteriores a la nuestra han venido utilizando durante siglos, porque han sido sobrepasados, literalmente barridos por la realidad científica.
¿Qué conflictos morales se nos plantearán cuando legalmente podamos abordar la eutanasia activa? ¿Y qué sobre la manipulación de los ácidos nucleicos ADN y ARN? ¿Y sobre la creación de órganos totalmente artificiales? ¿Y sobre los viajes en el espacio-tiempo? ¿Y sobre el control total de la energía de fusión?
Pero sin embargo hay un Segundo Mundo (los países emergentes) y un Tercer Mundo (los que viven en la extrema pobreza) que les importa un bledo nuestro estrés, y nuestras paranoias tecnológicas, porque su única preocupación diaria es sobrevivir a su entorno de miseria, epidemias, carencia de agua potable y energía, a las tremendas catástrofes meteorológicas y ambientales que les azotan.
Tal vez deberíamos invertir algo de tiempo cada día en hacer introspección, en lo que hacemos y cómo lo hacemos, y meditar en lo afortunados que somos en vivir en este Primer Mundo, dedicando parte de nuestra energía y recursos en ayudar a los que más lo necesitan. Y no quiero insistir más en este sentido…
Por más que el planeta nos parezca muy grande y habitado por una población enorme, si nos paramos a pensar no somos más que unos insignificantes habitantes, de un pequeño planeta, de una remota galaxia. Menos que un grano de arena en una playa…
Dediquemos tiempo y recursos para desarrollarnos moralmente, para aprovechar en beneficio de toda la especie humana los increíbles adelantos tecnológicos de nuestro tiempo. ¡NECESITAMOS MAS FILÓSOFOS Y MENOS ECONOMISTAS!
Nuestra avanzada sociedad tecnológica está comenzando a dar síntomas de fatiga, y algunos sectores dan muestras de estar bastante enfermos.
Humildemente pienso que antes o después algunos habitantes de este pequeño planeta tendremos que cambiar nuestros hábitos de vida, en beneficio del conjunto de la especie, porque si no nos destruiremos a nosotros mismos.
Si la especie humana desapareciera súbitamente de la faz de la Tierra, el resto de las especies que lo habitan darían un suspiro de alivio.
Un afectuoso saludo a todos los que participáis en este foro.
José Manuel
En los años 70, Herbert Marcuse escribió un libro titulado «El hombre unidimensional» en el que criticaba la «la súper-especialización» a la que estábamos abocados. Es decir, las personas que lo saben todo de algo muy concreto, pero conocen muy poco de todo lo demás, que (seguramente) es lo más importante, a nivel personal.
Algo parecido ocurre ahora – de forma generalizada- con el abuso de la tecnología, que nos conecta con realidades lejanas y nos aleja de las próximas que -sin duda- son las más importantes.
A mis 86 años tengo ordenador y móvil. Para mí es una tecnología precisa pero me doy cuenta que usarla sin control es muy perjudicial, veo a la gente distraída hasta tal punto de no demostrar educación con los demás, hablar, ayudar, compartir experiencias…….
No hablemos de los problemas de salud nuevos en los jóvenes que los mayores no conocíamos.
En cuanto a los robos deben aplicar ya un impuesto, sé que alguien los tiene que hacer pero me da la impresión, su rendimiento no será suficiente para atender las necesidades de las gentes que habitan este planeta.
Ojalá me equivoque, yo tengo afición a muchas cosas, nací en el campo, trabajé en la construcción, toco algún instrumento musical, pero nada me hace perder el sentido y menos gastar tiempo en tonterías. ! El tiempo es oro y hay que aprovecharlo ¡
Un saludo a tener salud.
Totalmente de acuerdo con este post, precisamente un ejercicio que me ayuda bastante en los momentos bajos es visualizar y recordar mi infancia o mi adolescencia cuando aún no existía la vorágine de tecnología de hoy en día.
La imaginación y la creatividad parece pasar a un segundo plano, los niños apenas juegan, los adolescentes prefieren inmortalizar los momentos de su vida subiéndolo a las redes en vez de centrarse en disfrutar del momento presente, los adultos nos levantamos y lo primero que hacemos es mirar el móvil en lugar de despejarnos y sentarnos tranquilamente a saborear el desayuno o contemplar amanecer por la ventana.
Y todo es porque nuestra vida está demasiado llena de preocupaciones que nos estresan y las maquinas tal vez sea el único modo de evadirnos porque ya no sabemos ni usar la imaginación para visualizar como quisiéramos que fuera nuestra vida, estamos tan estresados, vivimos tan aprisa tan mecánicamente…que nos está pasando?
Me pregunto a veces, realmente llegara el día en que un robot no se diferencie en nada de nosotros porque vivamos de forma tan autómata como ellos perdiendo lo más valioso que poseemos que son los sentimientos y la sensibilidad?
Excelente articulo felicitaciones.
La tecnología es buena, haciendo un uso correcto de la misma.
Lo que no es normal es que incluso en una misma mesa cada persona este tecleando su móvil, lo correcto es dejarlo aparcado y mantener una conversación mirándonos a los ojos.
Esta es mi opinión.
Gracias por las reflexiones: la deshumanización, y la posible manipulación humana, a través de las neurociencias y la inteligencia artificial, me preocupa no tener información fiable.
Otro problema que se oculta es la afección de los campos electromagnéticos y sistemas Wifi en la salud humana ¡esto es escandaloso! Ya que la Comunidad Científica Independiente en Europa ha firmado un Manifiesto alertando sobre los efectos nocivos, de los CEM y del Wifi en las escuelas. En España ni siquiera hay un control de las emisiones de las antenas.
Los gobiernos han ocultado, silenciado y difamado esta información tan valiosa y necesaria para que la población se pudiera proteger de estas radiaciones invisibles.
Las personas afectadas están desatendidas por el Sistema Sanitario, que no ve, no sabe, y no quiere informarse de una realidad que crece de forma exponencial…..
Buenas noches. Con relación a este mensaje de lo que indudablemente da la tecnología y sirve pero estar con esta Red social whatsapp ha crispado mis nervios, siendo una persona estable esta misma mañana he llegado a por excesos de mensajes, perder los nervios y llegar a estampar el móvil, con el alegre resultado de echar un paso atrás y olvidarme, desconectado de WhatsApp a bajarme de nuevo al correo electrónico, permite vivir menos preocupado de tomar el móvil cada tres minutos….tómenselo en serio. Engancha, atrapa. Es una mala adicción
Los logros de la ciencia y la tecnología fueron siempre inspirados en el bien común. Lo que sucedió a posteriormente es que los mercados, el marketing y las necesidades bélicas, transformaron esas ideas básicas, al punto de deshumanizar la aplicación y los límites para que fueron pensados.
Cuando se creó el teléfono celular o móvil, la idea fue muy simple y superadora. Lograr la potabilidad del teléfono, ello llevó a lograr comunicaciones inalámbricas, acercándonos, en cualquier momento a personas, por razones familiares, gestión o emergencia.
Creo que esta fue la idea de bien común. Sin embargo, la tecnología que permitió la portabilidad del dispositivo, mostró a los técnicos y a la industria, que, dado el grado de compactación de los semiconductores, existía un margen adicional de aplicaciones, casi por el mismo costo. Me refiero a los circuitos integrados. Entonces aquí entró la sociología y el estudio de mercados.
Como vivimos en una era consumista y de modas y lujos, el marketing ´promocionó estas aplicaciones adicionales. Hoy se comercia con la estupidez, la emulación, creando especialmente la adición de la gente joven.
Las actuales generaciones se ven enfrentadas a preguntas muy básicas, pero difíciles de responder:
– Hacia dónde va el homo sapiens?
-Cuáles serán las próximas etapas?
-Cuánto tiempo insumirán? (Tener en cuenta que la humanidad insume cada vez menos tiempo en mostrar los cambios, que en la antigüedad llevaron miles de años para ser significativas).
-Qué transformaciones, físicas, biológicas, sociales y culturales traerán?
-Tendremos capacidad, cundo ello ocurra de discernir entre lo bueno y lo malo? Seguirán en vigencia los valores éticos y morales actuales?
-Desaparecerá el concepto actual de «humano»?
-Viviremos más tiempo? Seremos más reparables.
-Subsistirá el concepto de Dios para los creyentes?
Podrían hacerse más preguntas, dentro de lo racional o de lo dogmático, pero las hechas nos brindan un panorama al que entiendo, como homo sapiens actual, a lo que estamos enfrentándonos, a pasos agigantados.
Finalmente, a la pregunta, «que podemos hacer, para revertir razonablemente el proceso», debemos a su vez preguntarnos:
– Es realmente lo que queremos lograr, para conservar el grado de humanismo actual?
– Preferimos que el proceso actual continúe, siguiendo las señales del mercado, las preferencias del ocio, de la moda y a la tendencia al desarrollo del ser actual, que puede ser caótico y azaroso?
Sólo me referiré a posibles respuestas a la primera pregunta:
-Existen dos campos de acción. El núcleo familiar actual y el núcleo regional, nacional o mundial actual.
En materia de acciones del núcleo familiar, resulta obvio que ello dependerá del nivel cultural de la familia en cuestión y en especial su relación con los descendientes inmediatos (pares, hijos, nietos). Es un sistema ideal, que nunca es aislado o cerrado. Está sujeto al medio que lo rodea y que ejerce una influencia considerable, dada la conectividad lograda a través de las redes sociales, las páginas web y otras herramientas de la tecnología.
Deberán definirse, si aún no lo están los paradigmas, en cuanto al uso de la tecnología, sus límites, legales, éticos y morales. Deberán limitarse las circunstancias y los tiempos de uso de los dispositivos
Evitar el uso en reuniones familiares como institucionales, imitándolo a lo imprescindible.
Evitar los «diarios públicos». Los mismos deberían ser personales, como lo han sido en el pasado reciente. La intimidad es fundamental y solo puede ser compartida si su titular lo acepta. Esto limitado a sus familiares y amistades personales. El colocar el diario en la nube debería ser desaconsejado.
El uso de páginas de información, cultura, actualización y tutoriales con fines lícitos deben ser alentadas.
Debería establecerse una relación aconsejable entre el tiempo de uso de dispositivos tecnológicos y el tiempo dedicado a otras actividades (recreación, actividad física, relaciones sociales personales, actividades culturales, etc.).
-En lo relativo a lo regional, nacional o mundial, los lineamientos para lograr objetivos razonables, de acuerdo al punto de vista humanístico actual, resultan mucho más difíciles de establecer. Quizás el concepto antropológico de «tribu», establezca los límites. Es difícil considerar «tribu» a la totalidad de la actual población mundial.
De cualquier manera, podría establecerse, a nivel de la ONU, normas o lineamientos a los cuales puedan adherir los países miembros o signatarios de un protocolo común sobre ética sobre el uso de dispositivos digitales e informáticos.
Atentamente
.
Las tecnologías digitales no son revolucionarias, como suele
afirmarse, porque contribuyen a consolidar lo establecido.
Gobiernos dictatoriales y democracias representativas colaboran
con el capitalismo digital para implantar un único
modo de comunicación global sujeto a los intereses de las
empresas de telecomunicación y al control político.
La «alfabetización digital» no se cuestiona prácticamente
desde ningún sector y promueve la construcción del nativo
digital, un individualista dependiente de su hipnotizador
digital e indiferente respecto a la diversidad que agoniza por
efecto de la digitalidad.
La práctica ausencia de crítica tecnológica hace que diseñadores
y fabricantes proyecten máquinas y aplicaciones cada
vez más totalizadores y aditivas que impregnen el mundo
laboral, educativo, político, comunicativo y, también, el de
las culturas, imaginarios y creencias.
Mediante amables consignas y dulces horizontes, los usuarios
devienen defensores y promotores de un imperio digital
que ya no necesita soldados. Se cierne así, sobre el planeta,
el desmantelamiento remoto de prácticas culturales
como nunca antes conoció la historia, un sometimiento
de la diversidad simbólica por parte del poder pentagonal
(económico, financiero, político, militar, mediático) que,
desde la óptica de la autoevolución y de la singularidad;,
se percibe como un frente digital totalitario ante el que la
única respuesta posible serla la producción estratégica de
diferencia.
Del libro Totalitarismo Tecnológico y transcultura. De Antonio García Gutiérrez.
Espero que le sea aprovechable esta aportación.
Completamente de acuerdo con lo que dice, es increíble que los niños prefieran estar con su tablet o su ordenador, maquinita, etc. antes que jugar con sus amiguitos. Esto era impensable hace cincuenta años. También muchos adultos prefieren estar delante del ordenador jugando a esos dichosos juegos, que estar con los amigos teniendo una agradable conversación y pasando un rato estupendo y lo de los móviles en cualquier sitio es demencial. Si observas en un restaurante una mesa, ves que todo el mundo está pendiente de sus móviles, mirando los waps, increíble pero cierto. Es lo que nos ha tocado vivir.
Cuando en la declaración de intenciones de una ley general de educación se habla de la necesidad de que el alumnado de infantil (3-5 años) ha de ser emprendedor, dejando en segundo plano o directamente ignorando palabras como socialización, creatividad, solidaridad, empatía… vamos perdiendo el norte. Pero si además lees que la finalidad del sistema educativo es, básicamente, integrar a los alumnos (y supongo que a las alumnas) para que se incorporen a un mundo laboral competitivo, hemos perdido los papeles.
Y en una sociedad donde prima la mediocridad, donde se valora muchísimo más la fidelidad al líder de turno que la capacidad, tenemos el futuro hipotecado. O que definirse (a los 65 años) como aprendiz de persona no sea una extravagancia. O defender que me gustaría escuchar a mis nietos decir que de mayor quiero ser… feliz (más que ingeniero o Messi o…). O afirmar que se puede vivir sin la dependencia obsesiva a una tecnología que, hace décadas, dejó de estar al servicio de la personas para estar al servicio del capital. O algunos detalles más que en su conjunto han condicionado un cambio en un paradigma que se sostuvo durante décadas: Ya ni aspiro, ni estoy convencido de que cambiaremos el mundo, ahora me conformo con que el mundo no me cambie demasiado a mí.
Pero el mundo, sin dejar de lado las exigencias continuas y exhaustivas a las personas que quieren dirigirlo, también se cambia voto a voto, compra a compra, acto a acto y desde esa óptica tenemos la sartén por el mango.
Estamos de pleno acuerdo con lo que aquí se expone, se comenta y se anuncia como algo mucho MÁS GRABE que una mera posibilidad. Viendo como vemos a nuestros hijos, pero sobre todo a nuestros nietos PEGADOS Y DEPENDIENDO DE LOS MÓVILES Y DEMÁS MÁQUINAS que el mercado vende y propaga… Creemos muy difícil poder evitarlo.
Hasta donde creo saber, el problema de las adiciones en general y de la lamentable mala utilización las nuevas tecnologías, en particular, es que estamos muertos espiritualmente, nos faltan los principios y valores universales, que nos harían tener menos vicios, defectos y maldades.
Estamos dentro de un engaño y mentira globales, muy bien organizados y que están saliendo perfectas, para las mentes diabólicas que las crearon y propagan.
Todo lo que no sea avanzar, crecer, ascender y mejorar espiritualmente, son fantasías, ilusiones, dormideces y pérdidas de tiempo.
La felicidad es un estado interior que solo se consigue despertando conciencia, para no identificarnos tanto con todas las cosas y juguetes de la vida.
Por si es de vuestro interés.
Ciertamente, creo que vamos hacia un mundo peor, las nuevas tecnologías están muy bien hasta cierto punto, pero pasado el mismo todo se desarrolla de una manera vertiginosa, el tercer mundo quiere por derecho llegar a la misma altura del nuestro y eso provocará unas desestabilidades mundiales que no se podrán parar, y el tiempo dirá como termina toda esa situación, no soy pesimista, pero auguro un mundo caótico antes de final de siglo, si no se ponen medios a nuestro alcance todavía hoy.
Saludos.
Realmente es un tema muy interesante a mí entender el que han tocado hoy como casi siempre.
Creo que hay que explicarle a los chicos y practicarlo en las casas que el saber disfrutar de una buena conversación en la cual distendidamente se pueda hablar sin interrupciones ajenas a la misma, es importante para la propia estabilidad y potencialidad de las relaciones humanas tan importante en estos días.
5G es igual a 5ª Generación o igual es 5º God: 5º Gran Maestre: 5º Gilipollante de población mundial al NWO…… y a los que sobrevivan pues en otros añitos ya nos vamos a su nuevo dios: 6g = 6G, que para mi gusto les faltaría un 6 o una G, para a ver si ya alguno lo entiende todo de una santa vez: www = 666 = 6G, Inteligencia Artificial, control mundial, directos al matadero del trashumanismo. Gran ojo que todo lo ve y controla a todos min-microchipeados vacunados: SCAYNET…. y hasta ahora en X mil años el control ha estado y debería seguir estando en el inconsciente o consciente colectivo.
Otras chuminadas grandilocuentes de desafíos a lo natural, a la Naturaleza, a la Creación, al Creador, acabaron en desastre mundial. Si tanto quiere uno cambiar la realidad, que se esfuerce individualmente o colectivamente en volverse más y más consciente, en cambiar sus creencias, y si no pues a ir tirando con el inconsciente como ha sido siempre. La gran guerra mundial siempre fue entre la CONCIENCIA-DIOS-NATURALEZA-ARMONÍA del ADN Y la INCONSCIENCIA-INTOXICACIÓN-ARTIFICIALIDAD-SATANAS-alteración del ADN-MUTACIÓN-TRASHUMANISMO. Y el gran desenlace será con «fuego» como no espabile la peña, que no lo va a hacer porque va a seguir alterando todo contratando 5G, 6G, comiendo basuras, bebiendo chorradas en vez de agua pura destilada vitalizada solar, contaminando con petróleos, plásticos, etc. Allá cada uno.
https://www.youtube.com/watch?v=Ez4aNV7T1z4
Ya se está regulando en algunos países la normativa 5G, una nueva forma de transmisión de datos inalámbrica que trabaja en una altísima frecuencia de microondas…
https://www.youtube.com/watch?v=C8nIFXMNkq4
La Tecnología Del 5G y Sus Implicaciones En La Salud.
En efecto, es algo que vemos constantemente en todas partes: la calle, nuestras familias e hijos… No se les puede permitir a estos algo que les domina y no saben controlar. Tal vez habría que usar una moral más estricta
Somos una familia de cuatro miembros, dos adultos y dos hijas de 18 y 15 años y, aunque parezca mentira, ninguno usamos teléfono móvil.
Hace bastante, cuando la gente se enteraba, nos miraba con cara de pena pensando que éramos unos muertos de hambre; sin embargo ahora en muchísimas ocasiones nos dicen ¡qué suerte! Realmente creemos que es una gran suerte y los cuatro nos sentimos mucho más libres sin tener móvil…
Es muy difícil que una sociedad como la actual donde todo se mueve con y por el dinero y el mercado, podamos poner unas reglas para el cambio y mucho menos en un país tan mediocre como el nuestro que ha abocado a una clase política sin talla intelectual para enfrentarse al cambio ingente que supone la actual situación y que en vez de ir para adelante, reculan en lo más fundamental que es la educación.
Nosotros los mayores debemos tomar conciencia del mal que se denuncia en el artículo y aportar no un grano de arena, sino una roca bien grande en la educación de nuestros nietos (nuestros hijos tienen que matarse trabajando para vivir) para que no se empachen de televisión y aprendan jugando, paseando por la naturaleza, admirando y comprendiendo creaciones históricas que se hicieron en muchos años, conociendo y acariciando animales que hoy nunca podrán ver si no los llevamos al campo, no dándoles tiempo para manejar aquello que no es bueno para su edad, …
Pero por encima de esto si no levantamos la cabeza y cambiamos de políticos, mal seguiremos; al menos cambiemos de ladrones.
La prueba más tonta que puede uno realizar es taparse la zona afectada, dolorida, etc. del cuerpo con papel de aluminio en varias capas. Encima de la ropa mejor que dicho aluminio es pura basura contaminante pero para microondas.
Si tras unas horas te encuentras mejor, o es simple placebo o es real, tú eliges qué hacer y para qué sus microondas. Aunque para hacer dicha prueba mucho mejor, debería irse uno a una zona de «SIN COBERTURA», casa-cueva, pirámide cama Hércules, pintar la habitación antionditas del carajo, persianas y puertas de aluminio.
La solución es sencilla, debemos utilizar la tecnología que NECESITAMOS, la que no FACILITA la existencia.
Por lo tanto con honestidad – virtud poco practicada hoy – nos toca contestar-nos la pregunta, ¿NECESITO TENER?
Seguro que PODEMOS prescindir de una buena parte de la ‘tecnología’, que presumimos TENER, cuando NOS TIENE, ella a nosotros, no nos engañemos
Donec perficiam
Vaya, si los gurús de Silicon Valley envían a sus hijos a colegios no tecnológicos, es porque saben bien para que fueron diseñados estas tecnologías: para tener las masas aborregadas, dóciles, apáticas y llevarlas por donde interesa.
–Toda esta tecnología trabaja a unas frecuencias que atrapan a la gente en la participación puramente pasiva, como a nivel químico lo hace el flúor.
— Evita que la persona piense, eleve su intelecto, sus sentimientos y su conexión con el más allá, es decir, la mantiene a niveles de frecuencia vibratoria mínima.
— Manipula a todos los niveles el comportamiento humano.
— Excita y glorifica las emociones, el sexo duro, la agresividad, la ira, el miedo, el odio….., todo lo que estimula la segregación de adrenalina, de los cuales -dicen en algunos sectores- se alimentan determinados seres de otros planos.
– Emite a niveles contradictorios y fraccionados (ej. imágenes violentos con música romántica) que puede desequilibrar mente y psique. Muchas películas también lo hacen.
El único remedio para mí: -Concienciarnos y limitar el uso al mínimo imprescindible. -Buscar el contacto con la naturaleza, el agua, los animales y personas -Practicar actividades creativas como canto, música, danza, deporte, plantas, cocina etc., -Huir de todo que incite a la violencia, -Evitar al máximo sustancias y bebidas que bajan nuestro nivel de voluntad y dominio propio..
Cuando hubo el cambio de aparatos para la TV abandone la TV. es cierto que tengo portátil y mi hija también, pero durante el almuerzo, NI teléfono, ni MOVIL, NI INTERNET. Solo el plato delante y mucha conversación, ahí nos ponemos al día de cómo nos va la vida, nuestros proyectos, inquietudes, sentires etc., y desde luego el primer móvil lo tuvo mi hija a los 14 años, ahora tiene 20, mientras tanto mucha lectura de libros y comentarios de estos y películas que luego debatíamos.
Esto hizo que ella por si misma hoy día decide hacer AYUNO de móvil, jajaja, 1 día entero apagado, en silencio,
Sin embargo tiene muchos grupos de amigas con las que comparte conciertos, poesía etc.,
La tecnología en su justa medida. ¡Claro que sí!
Tengo 67 años, desde hace cuatro ya no uso el móvil, no me parece algo que aporte tanto como lo que quita al usuario. Hace dos años a mi hija menor se le diagnostica hipersensibilidad electromagnética, ella vive ahora alejada de móviles, wifis, antenas, etc. etc. mi visión de la sociedad es ahora totalmente diferente, creo que estamos creando un monstruo que nos pasará factura y muy alta, tarde o temprano. Veo embarazadas con el móvil pegado a la barriga, colegios con wifi…en fin, ojalá me equivoque pero no me gusta lo que nos espera.
Estimado Luis Miguel Oliveiras,
He leído un libro que se llama «…en un lugar llamado Tierra » ediciones SM, ISBN 84-348-1175-8
Este libro me ha dado escalofríos y temo que andamos hacia esta situación.
A su Salud
Roland B.
En casa somos el matrimonio y tres hijos. Yo desde el primer momento me negué a tener móvil mi mujer lo tiene pero principalmente lo utiliza para alguna llamada puntual con los hijos o para cuando salimos de viaje que hay que reconocer es muy útil pero realmente para poco más se usa.
Mis hijos desde que tenían 16 o 17 años ya querían que les comprara un móvil y les dije que lo compraran ellos cuando juntaran el dinero y cuando lo pudieran mantener, no hubo ninguna discusión y entraron por ello, actualmente deben ir por el cuarto o quinto aparato, pero veo, en comparación con lo que observo en jóvenes de su edad que no están tan enviciados ni tan obsesionados por estar conectados, solo lo normal dentro de un orden. Lo que les dije desde el primer momento y cumplen muy bien fue que prescindieran de él mientras estuviéramos comiendo o en la sobremesa.
Últimamente quizás se esté utilizando más el uso al poder entrar en busca de datos de Internet y por los famosos what´s up. Yo soy más adicto al portátil por el acceso a INTERNET los correos de tener@salud y otros, la banca en casa y para todo tipo de información pero como soy de otra generación prefiero la información escrita no vaya a ser que algún día «esos» corten los cables y quedemos sin saber ni sumar, que nunca se sabe el poder que les daría tener en exclusiva todo el saber mientras el resto del mundo volvería a empezar de cero y en lo que «ellos» nos dejaran aprender.
Estoy totalmente de acuerdo con el problema que puede ocasionar (y realmente ocasiona) el uso indebido de los móviles y todos los artefactos digitales. Al mismo tiempo que son de gran ayuda y eficacia para solucionar muchos problemas de relación, de tiempo…etc. hay que admitir que no sabemos que tenemos entre manos un arma de doble filo dado que desprende unas radiaciones muy nocivas especialmente para los niños cuyas células cerebrales están todavía en proceso de desarrollo.
También a los mayores, pero hoy día es casi imposible que podamos vivir sin estos artilugios ya que cada vez más nos exigen comunicarnos por medios tecnológicos. Tengo 88 años y hace tiempo me di cuenta que si no entraba por estos caminos, llegaría un momento que sería como ser una analfabeta., pero sé muy bien los riesgos que comporta tanto física como psicológicamente, ni qué decir sociológicamente….
Pienso que todos los progresos que vayan llegando hay que utilizarlos con cabeza sabiendo que las ondas que vamos recibiendo con ellas hemos de neutralizarlas de alguna manera con otras técnicas naturales que generalmente nos llegan de Oriente: Yoga Reiki Tapping Yuki… Katsugen…etc.
Pienso que gracias a la Tecnología, la sociedad en general ha elevado su nivel de desarrollo, de bienestar personal a niveles muy altos, aunque aún no hemos sido educados de la mejor manera para ser usuarios moderados de la misma y que en lugar de generarnos estrés y otras patologías de tipo psicológico, seamos capaces de provocar en nosotros y en nuestro entorno el máximo de bienestar y felicidad.
Yo solo se una cosa, a lo largo de mi vida he ido viendo continuos avances tecnológicos, incluso como unos dejaban en pocos años obsoletos a los anteriores y ya solo me fastidia morirme porque me voy a perder todos los que llegaran en el futuro. Espero poder disfrutar de los coches autónomos, de la desaparición de los combustibles fósiles y de la desaparición de enfermedades todavía mortales. Que suerte haber podido vivir esta época.
He leído algún comentario que solo expone cosas negativas, pues no estoy de acuerdo, el que no quiera disfrutar de los avances, lo tiene fácil, taparrabos y caverna.
Completamente de acuerdo, con vosotros.
Es una pena todo lo q se pierde día a día.
Mi nieto, con once años, no tiene móvil, cuando salgo con él y me pide el móvil, le digo q no disfrute de todo lo q ve a su alrededor.
Estoy de acuerdo en eso, creó que todos deberíamos tenerlo en cuenta.
Estupendo que escribas sobre esta trampa y engaño al que nos vemos sometidos, sobre todo los jóvenes. La gente mayor apenas tiene cabida en esta sociedad digital sencillamente porque es caro mantenerse al día y además exige destrezas que a muchos mayores nos cuesta.
Estoy plenamente a favor de comunicar con mi nietecita de la forma más sencilla, directa, cálida, respetuosa y cariñosa: con cuentos, canciones, poemas; cocinar, fregar los trastos, germinar semillas… Esta transmisión es un enriquecimiento lingüístico y espiritual; cuanto antes se empiece, tanto mejor.
Entre otras cuestiones que ya se ha tocado en anteriores comentarios y muy acertadamente…..Tenemos que regresar a la tierra y formar comunidades del alimento…SLOW FOOD por el bien común!!!
Hace poco decidí hacer una estadística en el viaje en tren desde Calella a Barcelona:
76 personas enganchadas al smartphone
12 escuchando música
1 Utilizando un portátil
1 Leyendo un libro vía digital
8 Durmiendo o sin hacer nada
12 Hablando
2 Leyendo un periódico; 2 leyendo un libro; 1 fumando hierba entre dos vagones.
Todo eso viene a cuento de que un día durmiendo en el tren empecé a sentirme mal, cuando desperté todas las personas que tenía a mi alrededor estaban con el smartphone……