Al llegar a cierta edad es normal que surja el temor de sufrir algunas enfermedades degenerativas como el párkinson. Pero no es cuestión de cruzar los dedos y confiar en que a usted no le tocará, sino de tomar todas las medidas necesarias para asegurarse de que eso no le ocurra. Y entre ellas un tipo de alimentación en concreto juega un papel destacado, como ha corroborado un reciente estudio(1).
Los investigadores contaron con 47.679 personas a las que realizaron un seguimiento sobre sus hábitos alimentarios entre los años 1980 (cuando ya habían entrado en la mediana edad) y 2012. También se les preguntó si habían experimentado dos síntomas comunes que suelen preceder, hasta 10 años antes, el desarrollo del párkinson: estreñimiento y un tipo de trastorno del sueño denominado “trastorno del comportamiento del sueño de movimientos oculares rápidos”.
Tras comparar los datos los investigadores observaron que las personas que seguían la dieta mediterránea (que incluye un alto aporte de verduras, así como de nueces y legumbres, mientras que limita el de la carne y los productos lácteos) tenían un 33% menos de probabilidades de padecer algunos de esos síntomas y, por tanto, un menor riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson.
1. “Can a healthy diet reduce risk of Parkinson’s?” American Academy of Neurology. 2020.
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Lo que exponen estos artículos está muy bien. Lo que ocurre es que muchas veces se quedan a las puertas de la información completa y terminan recomendando un determinado laboratorio donde comprar los productos que recomiendan, sin señalar alternativa alguna. Es difícil de creer que no haya alternativas válidas, para que el lector pueda comparar y elegir.