Cada vez más informes reconocen que decenas de miles de personas en todo el mundo acuden a la medicina natural, alternativa y complementaria para reforzar su sistema inmunitario y ayudar a su organismo a hacer frente a la gran amenaza que supone el coronavirus.
Casi desde el principio de la crisis, las autoridades sanitarias de China, país que ya ha dado por superada la pandemia dentro de sus fronteras, recomendaron a los ciudadanos una mezcla herbal a base de raíz de colmillo feng –Saposhnikovia divaricata– y de astrágalo –Astragalus membranaceus-, así como de rizoma de la conocida en China como Bai Szhu -Atractylodes macrocephala-, para potenciar su inmunidad una vez hubieran estado en contacto con potenciales enfermos(1).
Pero no solo China: el Ministerio de Ayush (siglas de ayurveda, yoga y naturopatía, unani, siddha y homeopatía) de la India también aconsejó desde el primer momento la toma de plantas propias de la medicina ayurvédica, así como de homeopatía, para fortalecer las defensas(2). Y del mismo modo Cuba, que junto a China fue uno de los países que más ayudó a nuestra vecina Italia durante esta crisis, aconseja(3) homeopatía como tratamiento preventivo a sus ciudadanos.
Por su parte, en muchos puntos de Asia la población recurre a numerosos remedios naturales para protegerse(4). En Vietnam, por ejemplo, se apuesta especialmente por el ajo negro, mientras que en Indonesia se abastecen de jamu, un zumo medicinal tradicional en el país (tiene más de 1.000 años de antigüedad) cuyo ingrediente estrella es la cúrcuma. Aunque prácticamente cada familia tiene su receta, una de las más conocidas . También se puede acompañar con endulzante natural.
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