Existen pocas actividades tan beneficiosas para la salud, y tan sencillas, como dar un paseo por plena Naturaleza. Solo es cuestión de elegir el lugar y disfrutar del momento, sabiendo que cada minuto respirando ese aire puro estará favoreciendo su bienestar.
Sin embargo, durante esta actividad tan saludable puede tener una compañera nada deseable: una garrapata.
Y no tanto por lo desagradable que pueden resultar estos artrópodos que se alimentan de nuestra sangre. Su mayor peligro radica en el riesgo de que nos infecten con bacterias o virus, en algunos casos mortales.
Pues bien, para intentar mitigar este riesgo, y que cada vez va a más, se está desarrollando el primer Mapa de garrapatas de España.
Le contamos en qué consiste, además de algunas recomendaciones que conviene tener presentes.
Este mapa forma parte del Proyecto GARES que está llevando a cabo el Grupo de Parasitología Animal del Instituto Nacional de Tecnología Agraria (INIA), dentro del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas). (1)
Su objetivo es localizar las garrapatas que habitan en distintas regiones de España para estudiarlas y catalogarlas según su tipo, ciclo vital y enfermedades que puedan transmitir.
Se trata de un recurso esencial para prevenir posibles contagios. Sobre todo si tenemos en cuenta que España, debido a su rica biodiversidad, también cuenta con una amplia variedad de garrapatas.
Además, se han encontrado algunas especies que originalmente habitaban ciertas regiones del país, pero que han migrado de zona buscando el calor y escenarios más favorables para su supervivencia.
De ahí la necesidad de conocer la actual distribución de las garrapatas.
Como comentábamos, las garrapatas son hematófagas: se alimentan de la sangre. Así que necesitan de un huésped (animales o personas) para alimentarse y, para conseguir este objetivo, utilizan todo tipo de estrategias. Por ejemplo, suelen subirse a lo alto de los pastos, a la espera de que pase su “alimento” para saltar sobre el mismo.
Además, para facilitarles esa búsqueda, cuentan con diferentes sensores con los que captan cualquier leve vibración o movimiento, así como el calor, la humedad o incluso la emisión de dióxido de carbono, señal de que hay cerca un ser vivo. De este modo saben que se está acercando una posible “víctima” y pueden prepararse con antelación.
Y respecto a las especies que ya se han localizado, gracias al mapa de garrapatas, la Ixodes ricinus es la que cuenta con más ejemplares hasta la fecha.
Presente en prácticamente toda Europa, se trata de la variedad que puede portar la bacteria Borrelia, responsable de la enfermedad de Lyme. Una patología también conocida como “la gran imitadora” porque causa gran variedad de síntomas que dificultan su diagnóstico (aquí puede conocer más al respecto).
Por su parte, en las regiones más secas se han encontrado garrapatas de las especies Dermacentor marginatus y Rhipicephalus sanguineus. Ambas pueden ser portadoras de la bacteria Rickettsia, responsable de la rickettsiosis, una infección asociada a síntomas como fiebre con escalofríos y sudoración, dolor de cabeza, sensibilidad a la luz, dolores musculares o erupciones cutáneas.
Por último, tenemos al peligroso género Hyalomma lusitanicum, que puede transmitir el virus de la fiebre hemorrágica Crimea-Congo, una zoonosis cuya letalidad puede llegar al 40% y de la que cada vez se reportan más casos en todo el mundo, incluida España. Esto es porque se trata de una especie “friolera”, que busca el calor, y que, debido al aumento generalizado de las temperaturas, ahora aparece en sitios donde antes no era común verla.
Como puede ver, no se trata de un problema menor.
Afortunadamente, existen medidas preventivas que le ayudarán a evitar las garrapatas y, en caso de picadura, mitigar el riesgo de infección.
La manera más efectiva de evitar la picadura de una garrapata es alejándose de su “zona de caza” (regiones húmedas o secas de mucho calor). Pasee mejor por caminos o lindes, en lugar de adentrarse en la vegetación más densa. Y no se siente directamente sobre el suelo.
Asimismo, preste atención a la vestimenta. Utilice ropa de manga larga y pantalones largos, preferiblemente de color claro para que le resulte más fácil detectar posibles garrapatas adheridas a las prendas.
En cuanto al calzado, opte por botas cerradas y calcetines altos, que es preferible que cubran la parte inferior del pantalón para que no haya riesgo de que una garrapata se cuele. Y lo mismo con las camisetas: siempre por dentro del pantalón.
El contagio de los patógenos que pudiera tener la garrapata se produce entre 24 y 48 horas después de la picadura. Así que tiene tiempo de actuar para recibir un tratamiento adecuado.
No obstante, cabe señalar que sus picaduras son indoloras porque, al morder la piel, la garrapata segrega una sustancia analgésica. Y a no ser que hayamos visto a la garrapata en el momento en que nos mordía, la única señal que nos indica que se ha producido esa picadura es por medio de las reacciones cutáneas que aparecen después, y que pueden variar dependiendo de la especie responsable.
En este sentido cabe destacar el eritema que puede ver en la imagen, denominado “eritema migrante”, y que es el signo más específico de una infección por Borrelia, la bacteria responsable de la enfermedad de Lyme.
Si lo ve en cualquier parte del cuerpo, acuda inmediatamente a Urgencias para que le prescriban el tratamiento adecuado.
En general, debe prestar atención a las zonas más húmedas del cuerpo, como axilas, ingles, detrás de las rodillas o en el ombligo, ya que son sus lugares predilectos para alimentarse. Aunque lo mejor siempre será, si viene de dar un paseo por el bosque, revisar todo el cuerpo a conciencia.
Y si lo que ve es directamente la garrapata adherida a su piel, debe proceder con extrema cautela. Existen unas pinzas especiales, de borde romo y punta fina, con las que se sujeta el cuerpo de la garrapata para tirar de ella hacia arriba. Esto debe hacerse con cuidado, pues hay riesgo de arrancar el cuerpo y que la cabeza se quede dentro de la piel.
Por esta razón, si no cuenta con la herramienta adecuada o no está seguro de cómo proceder, lo mejor es que conserve la calma y acuda inmediatamente al médico para que le atiendan de la mejor manera posible.
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