El lino tiene muchas propiedades más allá de su aceite. Para que pueda comprobarlo usted mismo, le damos una receta (muy fácil) para que pueda preparar su propio gel en casa.
Es posible que alguna vez haya oído hablar de los beneficios para la salud del aceite de lino o linaza (como se conocen sus semillas).
Muchos naturópatas lo recomiendan como un complemento alimenticio excepcional para aumentar los aportes diarios de omega 3.
Y también aconsejan añadir sus semillas directamente a los platos, ya que proporcionan una buena cantidad extra de fibra y de ácidos grasos esenciales.
Ahora bien, estos no son los únicos derivados del lino que vale la pena conocer. Y apuesto a que el producto del que hoy voy a hablarles muchos lectores, o no lo conocen o, desde luego, saben menos acerca de él.
Se trata del gel de lino, excepcionalmente beneficioso para el cabello y la piel.
Pero, ojo: que sea bastante desconocido no significa que sea algo novedoso.
Y es que resulta que el gel de lino es un secreto de la medicina de la Antigüedad que, afortunadamente, cada vez más expertos están recuperando.
Un poco más adelante le daré una receta ancestral y le explicaré cómo sacarle el máximo partido en casa. ¡Verá cómo es muy fácil de preparar y posee unos efectos beneficiosos excepcionales!
Pero antes de nada conozcamos un poco más a fondo sus propiedades.
El gel de lino es un excelente producto para nutrir el cabello seco y quebradizo, incluso si es rizado y está muy encrespado.
Para aplicarlo basta con masajear el cabello con unas gotas del gel en las palmas de las manos después del champú, peinando después el pelo mientras está húmedo.
Sin aclarar, se deja secar al aire y se vuelve a peinar para evitar que se endurezca demasiado.
Gracias a esta aplicación por lo general el cabello queda más flexible y mucho mejor hidratado, en particular debido a los mucílagos naturales que contiene el lino.
¡Hay quien lo usa también como una especie de gomina o fijador natural (con resultados bastante buenos, por cierto)!
Ahora bien, los usos de este derivado del lino no se quedan solo en el ámbito capilar.
Resulta que es muy efectivo como tratamiento rehidratante y antiarrugas, para lo que basta aplicar una fina capa de gel directamente sobre la piel y masajear (como lo haría por ejemplo con el gel de aloe vera).
Déjelo actuar durante 15 minutos y luego lávese bien para retirar los restos.
Esta mascarilla resulta beneficiosa para todo tipo de pieles, pero especialmente para las más secas y deshidratadas. Y, ojo: aunque sorprenda, a veces las más grasas son las que menos agua presentan al nivel de la capa epidérmica. ¡Pues también para ellas puede resultar muy bueno el gel de lino!
Lo primero es conseguir semillas de lino orgánico de buena calidad.
Estas son marrones, muy pequeñas, y se pueden encontrar en tiendas ecológicas especializadas, aunque también están disponibles en cada vez más supermercados.
Y es que se trata de unas semillas muy usadas en numerosas recetas veganas y vegetarianas; incluso en muchos panes caseros.
Bien, una vez tenga sus semillas, siga estos pasos:
– Vierta 2 cucharadas generosas de ellas en una cacerola, luego cubra con una taza grande de agua mineral (es decir, poco menos de 300 ml, pero sin cubrir por completo las semillas).
– Encienda el fuego y lleve todo a ebullición, para mantener luego la cocción a fuego lento durante 12 minutos. Remueva de vez en cuando para evitar que la masa de semillas se pegue al fondo de la cazuela.
– Pronto empezará a ver espuma en la superficie y que el agua se vuelve viscosa. No se preocupe, ese es precisamente el objetivo.
– Cuando haya hervido mínimamente, retire la preparación del fuego y empiece a decantarla a otro recipiente a través de una gasa o un trapo que pueda usar como filtro.
– Una vez haya colado toda el agua, quedándose con las semillas en la tela que use por filtro, escurra todo bien para aprovechar hasta la última gota (lo ideal es esperar a que la preparación esté tibia para exprimir bien la bola de semillas sin quemarse).
– Finalmente, vierta el gel de lino, ya sin semillas, a otro recipiente opaco y previamente desinfectado (bien hirviéndolo al baño maría, bien con alcohol).
¡Listo para utilizar! Ahora bien, ojo con las siguientes indicaciones de uso:
Al principio de este artículo hicimos un repaso a otros derivados del lino que poseen excepcionales propiedades para la salud, incluidas las semillas al natural.
Ahora bien, lo cierto es que en un preparado como el gel, en el que se extraen en forma líquida los compuestos activos, el poder terapéutico y nutritivo se multiplica.
Y es que poseen una mayor actividad tanto sus ácidos grasos esenciales como sus esteroles vegetales, responsables de su acción antiinflamatoria y calmante. Y lo mismo sucede con sus antioxidantes, siempre útiles en lo que al cuidado de la piel y combatir el envejecimiento se refiere.
¡Fíjese si es efectivo que cada vez más marcas empiezan a añadir el gel de linaza a sus fórmulas de cuidado facial! Sin duda, una forma natural de añadir un extra hidratante sin tener que incorporar a sus mezclas sustancias demasiado grasas.
Si quiere saber si un producto que le interesa contiene gel de lino, debe buscar las palabras “linum usitatissimum extract” en la etiqueta.
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