La genisteína es un fitoestrógeno presente en ciertas plantas de potentes propiedades antioxidantes. Así lo ha demostrado una reciente investigación al señalar que ayuda a controlar algunas enfermedades relacionadas con la edad, como las neurodegenerativas y cardiovasculares, que son consecuencia de un estado oxidativo del organismo.
Además, al analizar el mecanismo que permite este efecto antioxidante, los investigadores descubrieron que la genisteína también juega un importante papel en la comunicación celular. Y es que, al entrar en el torrente sanguíneo, la genisteína promueve que las microvesículas (una especie de sistema de transporte que liberan las células inmunitarias) transporten proteínas y microARN capaces de modificar la acción de las células que las reciben. Por ejemplo, evitando su oxidación.
En otras palabras, la genisteína mejora la acción de los genes antioxidantes, lo que refuerza los procesos antioxidantes. Y, en consecuencia, se previenen enfermedades oxidativas como el párkinson, el alzhéimer o la arterioesclerosis, entre otras.
La genisteína se encuentra en alimentos como la soja, el kudzu, el lúpulo o el trébol rojo. Y además de para prevenir la oxidación del organismo, se ha demostrado que también favorece la salud ósea y cerebral.
Sanchez-Morate, E., Gimeno-Mallench, L., Stromsnes, K. et al.: “Relationship between diet, microbiota, and healthy aging”. Biomedicines, 8(8), 287.
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