Las propiedades del aceite de oliva virgen son de sobra conocidas, pero lo cierto es que existe otra variedad que no se queda atrás en cuanto a beneficios para la salud: el aceite de orujo. Se trata de una mezcla del aceite que queda tras la primera molturación de la aceituna, con los restos de hueso y piel, y que también contiene agua.
En otras palabras, es un aceite que proviene del aprovechamiento total de la aceituna, con sus “desperdicios” incluidos, pero que no debemos desaprovechar. ¡Todo lo contrario! Según un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) (1), este aceite mejora las funciones cardiovasculares al actuar sobre el nivel de lípidos en sangre, además de reducir de manera significativa el denominado colesterol “malo”.
¡Y aún hay más! Los investigadores también han concluido que, gracias al ácido oleico que contiene el aceite de orujo, tomarlo con frecuencia ayudaría a reducir el perímetro de la cintura. ¡Ahí es nada!
Consejo de Salud en 1 Minuto: ¿Necesita más razones para apostar por el aceite de oliva? Aquí van unos cuantos: ayuda a prevenir la diabetes tipo 2, mejora la microbiota intestinal, reduce el riesgo de fracturas en caso de osteoporosis ¡e incluso de mortalidad por cualquier causa!
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