En el corazón del África austral, en el desierto del Kalahari, brota una planta extraña y capaz de calmar rápidamente el dolor reumático, la artrosis, el dolor de espalda, los calambres y la tendinitis.
Según diversos estudios realizados a comienzos del siglo XX, esta misteriosa planta analgésica sería el secreto de los bosquimanos, los habitantes del desierto del Kalahari, para conseguir una vida larga y sin dolor pese a vivir bajo unas condiciones increíblemente adversas para su organismo, sus músculos y sus articulaciones.
Recientes estudios científicos han demostrado que calma el dolor crónico y ayuda a recobrar una mayor libertad de movimientos. También permite que las personas que la utilizan puedan reducir e incluso abandonar completamente su dependencia de los medicamentos analgésicos, cuyos efectos secundarios a veces son muy graves (trastornos digestivos, sangrados o perforación de la pared del estómago y del intestino, además de crisis cardíacas).
Los potentes efectos analgésicos y antiinflamatorios de esta planta la han convertido actualmente en el remedio natural contra el dolor más popular en Europa. Por ejemplo, y aunque les cueste creerlo, en Alemania, 7 de cada 10 prescripciones médicas para el reumatismo contemplan el harpagofito, que es el nombre de esta planta, como herramienta eficaz para disminuir el dolor y la inflamación, algo que sin duda no ocurre en nuestro país, en el que se siguen recetando los denominados AINEs (antinflamatorios no esteroideos), de los que más adelante hablaremos. (1)
Desde hace ya mucho, esta planta, de nombre científico Harpagophytum procumbens, más conocida por el nombre de “garra del diablo”, consiguió atraer la curiosidad de científicos y reumatólogos. Sin embargo, fueron los curanderos tradicionales del desierto del Kalahari los primeros en descubrir sus poderes extraordinarios para envejecer sin dolor en las articulaciones.
Las primeras investigaciones sobre la garra del diablo se realizaron en los años 1900 por G.H. Mehnert, un botánico alemán fascinado por la región del Kalahari y por la población local. Se instaló en Nababis, en Namibia, y comenzó a estudiar in situ el reino vegetal. Su cercanía con los bosquimanos, la población más antigua del África austral, le permitió establecer un contacto privilegiado con los curanderos tradicionales y descubrir esta planta medicinal de la que nunca antes había oído hablar.
G.H. Mehnert estudió durante 40 años esta planta extraordinaria.
El misterioso nombre de “garra del diablo” le viene de sus frutos, de donde brotan unas espinas que simulan unas garras. Sus flores tienen forma de trompa, con un color que varía del rojo claro al rosa violáceo, y sólo florece un día, durante la breve temporada de lluvias.
Sus propiedades terapéuticas se explican probablemente porque pasa diez meses al año oculta bajo la tierra para protegerse de la extrema aridez del desierto del Kalahari.
Para poder sobrevivir tanto tiempo bajo tierra, la planta debe conservar grandes cantidades de nutrientes y minerales esenciales en sus raíces. Uno de estos elementos nutritivos es un compuesto del azúcar llamado harpagósido, que forma parte de la familia de las iridoides, unas sustancias activas que dan a la garra del diablo su poder natural para calmar el dolor articular (artrosis, poliartritis reumatoide y enfermedades reumáticas), los dolores musculares (tendinitis y calambres) y lumbares.
Tras estos primeros descubrimientos, se empezaron a realizar multitud de estudios científicos, en particular en Canadá y Alemania. Dichos estudios confirmaron todas las propiedades del harpagofito para aliviar el dolor crónico e incluso varios demostraron que sus efectos eran superiores en relación con medicamentos analgésicos, que a veces implican serios efectos secundarios.
Entre 1998 y 2004, Vioxx era el medicamento de referencia prescrito por los médicos para tratar cualquier tipo de inflamación por artritis. Este medicamento era tan popular que se estima que el laboratorio farmacéutico que lo fabricaba, Merck, habría ganado más de 2.500 millones de dólares al año, hasta que el laboratorio retiró el medicamento del mercado en 2004 a toda prisa tras causar en todo el mundo unas 30.000 muertes y problemas cardíacos.
No sólo el Vioxx había causado miles de muertes, sino que, además, se demostró que era menos eficaz que… la garra del diablo, un remedio totalmente natural y sin ningún riesgo para la salud.
En un estudio realizado en 2003 en 79 participantes que padecían lumbalgia crónica (dolor de espalda), se le administró a un grupo un complemento de harpagofito y al otro, Vioxx. Tras 6 meses, el 20% de quienes tomaron harpagofito indicaron que vivían totalmente carentes de dolor. Este resultado era dos veces superior al de los pacientes que habían tomado Vioxx. (2)
Otros estudios mostraron asimismo los efectos del harpagofito en la artrosis.
En el año 2000, un estudio francés realizado en 122 personas reveló unos resultados muy apreciables en personas que padecían artrosis y que utilizaron harpagofito para reducir el dolor y mejorar su movilidad. (3)
Durante cuatro meses, parte de los voluntarios tomó extracto de harpagofito, mientras el resto tomaba un fármaco antiinflamatorio denominado diacereína. Tras esos cuatro meses, los pacientes del “grupo harpagofito” se quedaron tan asombrados con los resultados obtenidos de este tratamiento natural que la mayoría pudo dejar de tomar definitivamente sus medicamentos analgésicos.
Otro estudio realizado sobre el efecto del harpagofito sobre la artrosis publicado en 2003 analizó el efecto de la garra del diablo en el dolor de rodilla y cadera. Tras sólo tres meses, los pacientes notaron: (4)
En 2007, un estudio llevado a cabo en 259 pacientes mostró que una dosis diaria de 480 mg de harpagofito permitía reducir hasta un 24% los efectos de la artrosis. (5)
Existen cientos de estudios como estos que prueban las poderosas propiedades antiálgicas del harpagofito, que en muchos casos se revela más eficaz que los analgésicos y los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) -como el ibuprofeno, el naproxeno o el diclofenaco- a los que tantos pacientes recurren en la actualidad y que, aunque resultan eficaces para tratar el dolor, causan efectos adversos, como diarrea, dolor abdominal, dolor de cabeza, náuseas, insomnio, úlceras de estómago y crisis cardíacas, sobre todo a largo plazo.
Por ejemplo, un estudio demostró que la eficacia de la raíz del harpagofito es comparable a la del inhibidor de COX-2 rocecoxib. Los resultados del ensayo aleatorizado, doble ciego, y realizado sobre un grupo de 88 pacientes con lumbalgia así lo demuestran, y estos buenos resultados se mantuvieron en el seguimiento de estos pacientes un año más tarde. (6) (7)
La eficacia del harpagofito es tal que en 1989, las autoridades sanitarias alemanas autorizaron el uso de la raíz de la garra del diablo para el tratamiento de trastornos degenerativos del sistema locomotor (esqueleto, músculos y articulaciones). En 1996, el ESCOP (European Scientific Cooperative on Phytotherapy) también reconoció su eficacia en la lucha contra el dolor por artrosis y tendinitis y sus expertos recomendaron esta planta en caso de manifestaciones inflamatorios y/o dolorosas del aparato locomotor tales como artrosis, osteoartritis, tendinitis, lumbalgia, artralgias de etiología inflamatoria, mialgias e incluso para el tratamiento de la dispepsia o como estimulante natural del apetito. (8) (9)
El harpagofito ha ganado desde entonces notoriedad entre la comunidad científica europea y, aunque no se encuentra aún entre los complementos más utilizados, cada vez hay más laboratorios que apuestan por esta planta. Hasta tal punto es así que la subsistencia de la planta y de las poblaciones locales que viven de su cosecha se vieron amenazadas.
Para solucionarlo, varias asociaciones locales apoyadas por algunos laboratorios responsables decidieron ayudar a las poblaciones locales a fundar las bases de una economía sostenible respetuosa con los habitantes y el patrimonio vegetal del desierto del Kalahari. Porque es decisivo preservar esta planta, de poderes analgésicos y antiinflamatorios tan extraordinarios para evitar el dolor de las articulaciones que tantas veces acompaña al paso de los años.
Como le comentaba, el harpagofito va ganando peso entre los laboratorios, por su eficacia ante los dolores de las articulaciones y su poder antiinflamatorio, por lo que podrá encontrarlo sin dificultad.
Pero como mi función es guiarle hacia complementos nutricionales que realmente valgan la pena, y que no tire su dinero en aquellos que no funcionan, hoy he seleccionado para usted un producto (ha pegado a la izquierda la foto) que me encanta por las siguientes razones:
► Su concentración en principios activos es extraordinaria. En dos cápsulas al día (la dosis recomendada por el laboratorio, y que a mí me parece adecuada) usted obtendrá 644 mg de extracto de Harpagophytum procumbens titulado al 5% de iridoides totales, es decir, aportará cada día 32,2 mg de los principales principios activos de esta planta medicinal.
► Las cápsulas son de origen exclusivamente vegetal, sin gelatina animal. Por lo tanto, son aptas para vegetarianos.
► Este laboratorio ha elegido una forma de recolección y secado de la planta de harpagofito (raíces secundarias) que respeta el desarrollo y sostenibilidad de la especie y del medioambiente, a través de un delicado proceso de recolección que consiste en cortar una parte de las raíces secundarias, dejando intacta la raíz principal, que regenerará la planta y asegurará futuras cosechas. Su fuente natural de extracción está situada en Namibia, en un área natural (el Parque Nacional de Bwabwata) donde pueden garantizar que su producto final está libre de tóxicos y contaminantes ambientales y que no incluye ningún ingrediente modificado genéticamente (sin OMG).
► La dosis y la forma de presentación del producto aseguran su buena absorción por parte del organismo.
No hace falta que le diga que el harpagofito no es una píldora mágica que vaya a eliminar de la noche a la mañana los dolores que padezca desde varios meses o años atrás. Pero tenga la seguridad de que su acción le permitirá notar claramente los siguientes efectos:
Y, desde luego, si usted no lleva años sufriendo dolores articulares, sino que empieza ahora con ellos, el harpagofito debería ser su primera opción, antes de plantearse opciones combinadas con otros productos ni mucho menos medicamentos sintéticos. ¡El harpagofito es un auténtico alimento para sus articulaciones que le ahorrará muchos dolores futuros!
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Fuentes
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