Reciba nuestro e-letter gratuito

Higiene nasal: su salud le agradecerá que se limpie así la nariz

Compartir

Tener olfato”, hacer algo “por narices”, “estar inspirado”… todas ellas son expresiones que evocan la importancia de la nariz en un gran número de aspectos de nuestra vida.

Y es que efectivamente está ligada a varias funciones esenciales del cuerpo, entre ellas la respiración y el olfato, pero también al equilibrio nervioso y emocional.

En definitiva, la nariz tiene una importancia vital y en ella confluyen los sentidos y la salud del organismo, por lo que mantenerla en buen estado es una necesidad de primera orden, pues de ese modo se mejoran tanto el bienestar físico y nervioso como el emocional.

Sin embargo, lo más común es que se desconozcan los cuidados que la nariz requiere; ni siquiera que las fosas nasales, al igual que la boca o las orejas, también necesitan ser lavadas de vez en cuando.

Por eso hoy quiero hablarle de dos rutinas fáciles de poner en práctica que le ayudarán a despejar y limpiar por completo su nariz.

Además, son particularmente eficaces cuando se padecen hemorragias nasales, y también son excelentes para prevenir las afecciones otorrinolaringológicas -ORL- (como por ejemplo la sinusitis y la rinitis), los dolores de cabeza, las alergias respiratorias y el asma. ¡Incluso se cree que mejoran la vista, la memoria y la concentración!

Dos ejercicios de higiene nasal

Todo buen practicante de yoga (los denominados “yoguis”) conoce estos ejercicios y los practica con regularidad. Y es que las tradiciones orientales otorgan un papel decisivo a la nariz, la puerta de entrada del aire y del “alimento sutil” que la vida ofrece (a través de la “inspiración”, en un doble sentido).

Este método, que en realidad consiste en aplicar un abundante chorro de agua a las fosas nasales, resulta mucho más eficaz que cualquier pulverización de agua de mar en espray de las que pueda encontrar en una farmacia.

Encuentro Artrosis

De hecho, a menudo el uso de estos últimos desencadena complicaciones cuando se sufren patologías nasales, ya que el agua residual estancada facilita las infecciones.

Por eso, para evitar cualquier riesgo, lo mejor es combinar los llamados “jala-neti” y “kapalabhati”, es decir, el lavado con agua y el secado con aire (que, como está a punto de ver, son complementarios e indisociables).

Ejercicio 1: el jala-neti (o ducha nasal)

Lo primero que debe saber es que para este ejercicio necesitará una lota, una especie de pequeña regadera como la de la imagen, que podrá encontrar en casi cualquier tienda especializada en salud natural.

  • Mezcle en ½ litro de agua mineral embotellada o de agua hervida 1 cucharadita rasa de sal (mejor todavía si es flor de sal). Como complemento, para un efecto regulador de las mucosas, puede añadir ½ cucharadita de sal de Nigari.
  • Caliente la mezcla hasta los 37° C (puede comprobar la temperatura vertiendo unas cuantas gotas en el dorso de la mano; al hacerlo no debe notar nada, ni frío ni calor).
  • Encima de un barreño o del lavabo, introduzca el extremo de la lota en la fosa nasal derecha, taponándola.
  • Respire tranquilamente por la boca (obviamente no se le ocurra hacerlo por la nariz) y vierta poco a poco el agua, suavemente, inclinando la cabeza hacia la izquierda. El agua debe salir por la otra fosa nasal.
  • A continuación, proceda del mismo modo por el otro lado.

Ejercicio 2: el kapalabhati (o secado de la nariz con aire)

  • Justo después del jala-neti, póngase de pie y con el torso inclinado hacia delante en torno a 90°.
  • Espire enérgicamente por la nariz a un ritmo bastante rápido (la inspiración debe hacerla más bien por la boca).
  • Repita desde ambos lados, girando la cabeza primero a la izquierda y luego a la derecha, y después levantándola, hasta que note que el agua se ha evacuado completamente y su nariz está seca.

Advertencias

Únicamente hay que evitar estos ejercicios en caso de enfermedad ORL aguda, de embarazo o si se padecen vértigos. De hecho, hay que tener cuidado precisamente de no forzar para evitar los vértigos cuando se practique el kapalabhati, y asimismo parar en caso de sentir cualquier incomodidad.

¿Se atreve a probar? ¡Le aseguro que su nariz y su salud se lo agradecerán!


Comentarios 1 comentario