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Las nuevas guías oficiales “crean” un 14% más de hipertensos

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¿Hasta ahora tenía una presión arterial correcta?

Pues sepa que acaba de actualizarse la guía de práctica clínica para el manejo de la hipertensión arterial, introduciendo nuevos valores y criterios para su diagnóstico.

Y tras los nuevos valores quizá su tensión no sea tan buena…

Verá. Con la nueva guía, si anteriormente se consideraba hipertensión a partir de 140/90 mmHg, ahora se recomienda intervenir en personas que tengan una presión arterial de 130/85 mmHg, especialmente si existe riesgo cardiovascular elevado. (1)

Por su parte, se considera presión arterial normal la que tiene unos valores de 120/80 mmHg.

Esta es la nueva clasificación, de menor a mayor gravedad:

CATEGORÍA                                      SISTÓLICA (mmHg)                 DIASTÓLICA (mmHg)

Normal                                                        <120                                           <80

Normal – Alta                                              120-129                                      80-84

Hipertensión Grado 1 (leve)                       130-139                                       85-89

Hipertensión Grado 2 (moderada)            140-159                                       90-99

Hipertensión Grado 3 (grave)                    ≥ 160                                          ≥ 100

Hipertensión sistólica aislada                     ≥ 140                                         < 90

Recordemos brevemente qué indican las dos cifras con las que se mide la tensión. Cuando el corazón se contrae y bombea sangre, se eleva la presión en las arterias; cuando se relaja, la presión cae. Por eso al tomar la tensión siempre se dan dos cifras: la presión sistólica (más alta, cuando el corazón bombea), y la presión diastólica (más baja, cuando el corazón se relaja entre dos impulsos).

Según los responsables de la actualización, el objetivo que se persigue es una intervención más temprana para prevenir complicaciones cardiovasculares graves. Debido sobre todo al envejecimiento generalizado de la población en toda Europa.

Sin embargo, este cambio implica mucho más de lo que parece a simple vista.

Las nuevas guías pueden convertirle en un enfermo de por vida

La nueva revisión de las guías oficiales ha sido publicada por la Sociedad Europea de Hipertensión y respaldada por la Sociedad Internacional de Hipertensión. Por tanto, son medidas que siguen los cardiólogos de todo el mundo para establecer diagnósticos.

Y se estima que, con los nuevos valores, un 14% más de personas serán diagnosticadas de hipertensión.

Además, cabe señalar que se ha eliminado el término “prehipertensión” y que ahora, aunque se recomienda que el tratamiento farmacológico se inicie de forma inmediata en pacientes con hipertensión grado 2 o superior, también se aconseja para las personas con hipertensión de grado 1 y alto riesgo cardiovascular.

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Todo ello hace que uno se pregunte si, tal vez, con este cambio también se ha conseguido que ahora más personas tengan que seguir un tratamiento de por vida, tras haber sido diagnosticadas de hipertensión.

Y quien dice “seguir un tratamiento” dice “tomar fármacos para la tensión” porque, como vemos, esta sigue siendo la principal estrategia por la que apuesta la medicina oficial.

Exactamente lo mismo que ocurre con los pacientes de diabetes o de colesterol, a los que se les suele recomendar tratamientos crónicos.

En definitiva, la revisión trae consigo que muchas personas que antes no habrían sido diagnosticadas como hipertensas ahora sí lo sean y, en consecuencia, tal vez tengan que tomar fármacos para la tensión de por vida.

Ahora bien, incluso en el que caso de que la persona tenga hipertensión… ¿de verdad que solo existe el tratamiento farmacológico?

Esto es lo que parece deducirse del informe que acompaña a las nuevas directrices, donde se avala la eficacia de algunos medicamentos para la tensión.

Sin embargo, aunque efectivamente controlar la presión arterial es la estrategia más eficaz para prevenir, tratar e incluso acabar con la mayoría de afecciones del corazón, esto puede conseguirse de otra manera que no implique la toma de fármacos.

Fármacos que, por otro lado, están asociados a no pocos efectos secundarios: mareos, fatiga, náuseas, repentinos cambios de peso, nerviosismo, etc.

La alternativa al cuidado de su corazón (y sin riesgos)

La revisión de las nuevas guías de práctica clínica para la hipertensión no deja de confirmar una tendencia muy preocupante: cada vez estamos más medicados.

Y aunque sus responsables también recomiendan seguir hábitos saludables (hacer ejercicio, seguir una dieta equilibrada o controlar el estrés), sobre todo en el caso de pacientes de menor riesgo y con una presión arterial dentro del rango de hipertensión grado 1, los fármacos siguen siendo la principal herramienta de intervención.

Como consecuencia, cuando una persona se haga un análisis de sangre y vea que sus valores de presión arterial aparecen en rojo junto con el diagnóstico de “hipertensión”, no es de extrañar que su médico le aconseje tomar medicamentos para la tensión.

Pero… ¿sabe qué? Tenemos un Informe Confidencial que desvela la verdad sobre la hipertensión, el colesterol y la arterioesclerosis, las tres “bestias negras” de las enfermedades cardiovasculares. Y, aún más importante, que explica la única forma eficaz de tratarlas, contrastada por rigurosos estudios científicos.

Las enfermedades cardiovasculares son la segunda causa de muerte en nuestro país (solo por detrás del cáncer). Por tanto… ¿no será necesario cambiar de estrategia y apostar por una que no implique la toma de fármacos?

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No se convierta en otra víctima del sobrediagnóstico.


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