La hipoxia intermitente o, lo que es lo mismo, exponer al organismo a una concentración baja de oxígeno, es una práctica habitual en medicina deportiva, ya que permite conocer el estado físico de las personas en situaciones de gran esfuerzo. Sin embargo, investigadores de la Universidad de Barcelona han señalado que también podría ayudar con la pérdida de tejido muscular asociado al envejecimiento(1).
Este estudio surgió de la hipótesis de que, si las células del cuerpo captan menos oxígeno, para compensar ese déficit el organismo responde realizando ciertos ajustes que pueden resultar beneficiosos para la regeneración muscular. ¡Y así fue! En pruebas realizadas con animales con lesiones musculares, una exposición intermitente a hipoxia hizo que aumentara su nivel de hematíes (los glóbulos rojos que transportan el oxígeno), la actividad mitocondrial (células encargadas de producir energía) y la proliferación de vasos capilares; y todo ello favoreció la recuperación de las lesiones.
Según los responsables, el siguiente paso es confirmar estos resultados en personas para poder aplicar la hipoxia intermitente en casos de sarcopenia, y de ese modo contrarrestar la atrofia muscular que caracteriza esta afección.
1. Garoa Santocildes, Ginés Viscor, Teresa Pagès et al.: “Simulated altitude is medicine: intermittent exposure to hypobaric hypoxia and cold accelerates injured skeletal muscle recovery”. Journal of Physiology. 2023.
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