Por primera vez en el mundo se ha utilizado, para operar un tumor, un sistema que combina el procedimiento estándar con gafas de realidad aumentada y hologramas. Y ha ocurrido en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, donde se ha empleado para extirpar el tumor de una pierna(1). Gracias a este sistema se pudo reducir considerablemente la duración de la operación, minimizando los riesgos y mejorando los resultados.
Pero ¿cómo funciona? Primero se parte del estudio radiológico del paciente, que es el compendio de todas las pruebas que se le han realizado antes de la operación: tomografías axiales computarizadas (TAC) o por emisión de positrones (PET), resonancias magnéticas, etc. Con estos datos se realiza un holograma que se proyecta directamente sobre la mesa de operaciones al mismo tiempo que se está interviniendo al paciente. Es decir, que se sincronizan las imágenes virtuales con la real del propio paciente.
Ello permite que los cirujanos, a través de las gafas de realidad aumentada y mediante comandos de voz, puedan acceder a una sorprendente cantidad de información durante la intervención. Así, pueden saber qué zona es recomendable tratar en cada instante de la operación, si implica riesgos o no en base a los resultados de las pruebas realizadas o cómo responderá el paciente dependiendo del proceso quirúrgico al que se le vaya a someter.
Además, el margen de error es inferior a un milímetro, lo que supone otra gran ventaja para el éxito de la operación y la rápida recuperación del paciente.
Fuentes:
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