Con el paso del tiempo, las arrugas se van haciendo más profundas, las canas pueblan el cabello, el pelo se cae, los dientes se vuelven amarillos, la vista es menos aguda… Pero el cambio más profundo es invisible, porque tiene lugar en el interior. Y es el más peligroso.
Se trata de los vasos sanguíneos, que se deterioran inexorablemente por la presión arterial. Con cada latido cardíaco se inyecta un volumen de sangre en el interior de las arterias, elevando poderosamente la presión que las paredes arteriales tienen que soportar y amortiguar cada vez que el corazón late. Y el corazón de una persona de 80 años habrá latido nada más y nada menos que 3.000 millones de veces a lo largo de su vida.
Los vasos sanguíneos son como el conjunto de cañerías del hogar. Hay tuberías que le llevan el agua; se trata de las más duras, de metal, sometidas a una presión alta. Y hay otras tuberías que evacuan las aguas; en este caso son tuberías más blandas, de plástico, anchas y poco sólidas, cuya única función es sencillamente dejar fluir el agua.
Los tubos que llevan el agua son comparables a las arterias, que llevan la sangre hasta los órganos. Las arterias son vasos sanguíneos sólidos y gruesos, ya que la sangre circula a alta presión por ellos, y no se pueden resquebrajar. Aún así, tienen una cierta elasticidad para adaptarse a las variaciones del flujo sanguíneo, según las necesidades de los órganos.
Las cañerías que evacuan la sangre de los órganos y la llevan hasta el corazón para que la filtren los pulmones y luego ser devuelta al organismo son las venas. Éstas son flexibles y poco sólidas, pero ello no supone ningún problema para la sangre, que puede fluir por ellas tranquilamente.
Como el agua del hogar, la sangre que, gracias a la presión, se distribuye por las arterias, está limpia, por eso las arterias son de color claro. La sangre que circula por los tubos flexibles, las venas, está sucia y tiene un color oscuro.
Los riñones y los pulmones actúan como «depuradoras», filtrando los residuos y recargando la sangre con oxígeno. El hígado es la principal «gasolinera», al llenar la sangre de glucosa, que sirve de carburante para las células.
La sangre tiene la mala costumbre de quedarse pegada en todas partes. No tiene más que fíjarse la próxima vez que sangre, o cómo en las películas los asesinos intentan eliminar las manchas, que siempre dejan huella. ¡La cantidad de manchas que deja la sangre en todas las superficies que toca!
Sin embargo, no se pega a la pared de las arterias.
Este “milagro” permanente se debe a una fina capa de células que tapiza el interior de las arterias y que recibe el nombre de endotelio. Estas células fabrican un producto anticoagulante que permite a la sangre deslizarse como el agua por las plumas de un pato, sin que se adhiera nunca a la pared.
Por desgracia, el tabaco, los radicales libres (moléculas oxidantes), la homocisteína (sustancia inflamatoria), la mala alimentación o el modo de vida sedentario atacan constantemente el endotelio de las arterias.
Cuando el endotelio se degrada, las plaquetas sanguíneas se unen y forman un pequeño coágulo. El endotelio posee agentes capaces de prevenir y disolver el coágulo formado, pero no siempre ocurre así. Una lesión trombótica (coagulación dentro del vaso) se produce por una lesión previa de la arteria, generalmente vinculada a una disfunción endotelial.
Permítame recordarle que la sangre no es un líquido rojo homogéneo. Está formada por un líquido amarillento y transparente, el plasma, en el que flotan los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas sanguíneas. Además, la sangre contiene azúcares y proteínas de todo tipo que, como barquitos, transportan las grasas, entre ellas el colesterol.
La función de las plaquetas es impedir que haya pérdidas de sangre. Por eso, a la más mínima apertura de una vena o de una arteria, acuden las plaquetas sanguíneas, se pegan entre ellas y forman un tapón en el lugar dañado. A continuación, se ponen encima unos filamentos en forma de red de pescador constituidos por una proteína conocida como fibrina, a la que se enganchan los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y la trombina, hasta que el tapón se vuelve duro y sólido, casi irrompible. Este proceso es la coagulación, y es el mismo mecanismo que detiene las hemorragias y forma las costras en la piel.
Cuando la trombosis se produce en el interior de la pared de la arteria, el endotelio genera sustancias antitrombóticas y antiinflamatorias que reparan la lesión. La sangre puede deslizarse como antes por ese lugar, sin que se pegue, pero la pared de la arteria habrá crecido un poquito en el lugar de la cicatriz y también será más rígida ahí. Cuando eso ocurre decimos que se esclerosa. Encontramos en el interior de la lesión una estría lipídica, es decir, una acumulación de grasa y colesterol en forma de cristales, hierro, cobre y calcio; esta sustancia blanda recibe el nombre de ateroma, y el conjunto se llama arterioesclerosis.
La arterioesclerosis puede desaparecer, sobre todo si es reciente, pero si el modo de vida nocivo que lo causó se prolonga, el fenómeno vuelve a repetirse una y otra vez. Al cabo de unas decenas de años, la cicatriz será mucho más grande, del mismo modo que el ateroma, y la arteria puede taponarse (una lesión significativa es la que obstruye la luz interna de la arteria en un 50-70%; a partir del 75% se trataría de una lesión severa; y si es del 90% o más de una lesión muy severa).
Si en ese momento se somete a una revisión, su cardiólogo se preocupará al constatar un estrechamiento, que se llama estenosis de la arteria.
Y tendrá razón al preocuparse. De hecho, basta con que se produzca una pequeña hemorragia en el interior de la placa de ateroma, lo que es un fenómeno habitual, para que esta hemorragia haga crecer de golpe la lesión, para obturar por completo la arteria. También hay que temer que esta cicatriz de repente se ulcere y que se forme encima un coágulo más grande. En ambos casos, el torrente sanguíneo puede quedar bloqueado por completo.
Cuando se forma un gran coágulo en las arterias, el órgano que espera que llegue la sangre queda privado de oxígeno y de glucosa y, si la situación se prolonga, muere. Es particularmente grave cuando el órgano al que nos referimos es el corazón, el cerebro, los riñones, los ojos o incluso las piernas… Es lo que llamamos una trombosis, que puede acabar desembocando en un infarto de miocardio (muerte de las células del corazón) o, a veces, en un accidente cerebrovascular (ACV).
El fenómeno de la arterioesclerosis se da a menudo en las arterias coronarias, que son las que alimentan con oxígeno y glucosa el músculo del corazón (se llaman coronarias porque forman una corona alrededor del corazón).
Si la aterotrombosis oclusiva completa afecta a una arteria coronaria principal, se producirá un infarto de miocardio, cuya mortalidad en las primeras horas es muy elevada (superior al 25%).
Si examina al microscopio de qué está compuesta la placa de ateroma, constatará que hay en torno al 10% de colesterol.
Esta observación ha conducido a la cardiología moderna a dar a las personas que padecen arterioesclerosis medicamentos que hacen disminuir la tasa de colesterol en la sangre. Los manuales de medicina enseñan que, haciendo descender la tasa de colesterol, se reduce el avance de la arterioesclerosis y con él el riesgo de que se forme un coágulo que acabe provocando una trombosis.
Pero disminuir la tasa de colesterol no es muy eficaz. De hecho, el colesterol no es la causa de la arterioesclerosis, ni interviene en absoluto en la formación del coágulo.
Y, por desgracia, los medicamentos contra el colesterol tienen numerosos efectos indeseables: dolores musculares y de los ligamentos, impotencia en el hombre, problemas de memoria y quizás incluso un incremento del riesgo de padecer cáncer. (1) (2) (3) (4)
Entonces, olvidemos el colesterol, me va a responder; y con razón. Pero como los accidentes cardiovasculares los provocan los coágulos, tomemos medicamentos que impidan que la sangre coagule (los anticoagulantes).
Es cierto, y es exactamente lo que en general recomiendan los cardiólogos, puesto que prescriben una pequeña dosis diaria de aspirina, que impide la agregación de las plaquetas.
El problema es que si impide que la sangre coagule, aumenta el riesgo de hemorragia en la arterioesclerosis. Una hemorragia que, como ya hemos dicho, puede también ser la causa del brutal crecimiento de la arterioesclerosis y de la obstrucción total de la arteria.
Por otro lado, el 40% de los ACV están provocados por una hemorragia cerebral, que también es la consecuencia de un fallo de coagulación de la sangre.
Algunas personas sufren ACV hemorrágicos sin tomar anticoagulantes, pero es porque su modo de vida (falta de deporte en primer lugar) y la alimentación (exceso de omega 6 y falta de omega 3) hacen que la sangre coagule mal. En otros casos, los ACV hemorrágicos se producen por hipertensión arterial descontrolada o por diabetes de difícil control.
Así pues, entenderá que tomar medicamentos anticoagulantes no es para nada la mejor solución para evitar los accidentes, salvo en casos de urgencia (para disolver un coágulo ya formado).
Ya que hacer que descienda el colesterol con medicamentos no sirve para nada y como los medicamentos contra los coágulos son peligrosos, lo único que queda es pasar por las manos del cirujano.
En efecto, se puede “rodear” literalmente el problema de la estenosis (estrechamiento) de la arteria añadiendo, quirúrgicamente, una punta de arteria para derivar la sangre. Esto va muy bien, los resultados son inmediatos y ya se puede salir a pasear.
Es el famoso by-pass coronario. Hasta hace poco se trataba de una operación extremadamente seria. Se necesita anestesia general y abrirle el tórax para llegar al corazón. Además, hay que derivar la sangre hacia una bomba externa para oxigenarla y volver a inyectarla en los vasos, un sistema imprescindible para la supervivencia del paciente, pero que al organismo no le suele gustar, en especial cuando la operación se prolonga.
Actualmente unos robots se dedican a hacer los by-passes sin abrir el tórax y sin que la sangre circule fuera del cuerpo pero, de todos modos, el by-pass quirúrgico es el último recurso. Como los medicamentos anticoagulantes, puede salvar vidas en caso de urgencia.
By-passes aortocoronarios hay de dos clases: los que utilizan venas periféricas (por ejemplo, safena) para conectar la raíz de la aorta con la arteria coronaria por debajo de la lesión, y los que tomando otras arterias (por ejemplo, la mamaria) la conectan a la arteria afectada distalmente a la lesión.
Cuando a uno de los órganos le falta realmente sangre, cuando la arteria que la hace llegar es realmente demasiado estrecha, tiene lugar un fenómeno de “by-pass natural”. Crecen nuevas arterias solitas para desviar la estenosis sin que haya necesidad de operarle (aunque este fenómeno de neoformación vascular no ocurre en todos los casos).
Este fenómeno se produce si se lo pide real y regularmente a su órgano. En otras palabras, cuando lleva una vida sana, no sedentaria, con un mínimo de 30 minutos diarios de actividad física de suficiente intensidad (es decir, que le haga sudar).
Si ha pasado por un by-pass y no practica ejercicio, las mismas causas van a producir los mismos efectos, y las nuevas arterias rápidamente se van a volver a esclerosar. Estará obligado a pasar por el quirófano otra vez, con todos los riesgos que conlleva (y los costes para la comunidad).
La técnica del by-pass tendría que haberse convertido en algo exótico, que sólo se utilizara en casos de urgencia, ya que el by-pass natural es más eficaz, conlleva menos riesgos y es menos costoso. Los cambios en el modo de vida deberían fomentarse desde la cardiología, pero no se hace, ya que los cardiólogos creyeron descubrir la panacea frente a la arterioesclerosis con la técnica de la angioplastia a finales de la década de 1970 y luego con el stenting a finales de la de 1980.
La angioplastia consiste en suprimir la estenosis sin by-pass y sin medicamentos.
El cirujano interviene directamente en las arterias coronarias con un alambre teledirigido, llamado catéter. El catéter sube hasta el lugar de la estenosis y tritura la placa de ateroma mediante el inflado a varias atmósferas con suero fisiológico de un baloncillo de látex situado en el extremo distal del catéter.
El efecto es espectacular en un principio. La arteria, ensanchada súbitamente, deja pasar de nuevo la sangre, pero como ya sospechará, la placa arterioesclerótica triturada por el baloncillo de la angioplastia va a cicatrizar con rapidez, con una proliferación de células. En el 40% de los casos, se asiste a una reestenosis (reaparición del estrechamiento después de haber sido corregido), a menudo peor que la primera, algo que puede ocurrir desde la primera semana hasta pasado un año después de la angioplastia por el globito. Porque a pesar de la angioplastia, el proceso arterioesclerótico continúa.
«Que no tiene nada que ver con eso», respondieron los cardiólogos a finales de la década de 1980, una vez confirmados los enormes límites de esta técnica. «Colocaremos en la arteria un muelle especial para impedir que se estreche de nuevo». A este invento se le bautizó como “stent”, y desde entonces se empezaron a poner stents por todas partes, olvidando que:
«No tiene nada que ver con eso», volvieron a responder los estudiosos en cardiología.
Así, a principios de la década de los 2000 inventaron el stent “activo”, es decir, forrado de sustancias que bloquean la reestenosis (son los llamados stents “impregnados” o “medicalizados” con rapamicina, también conocida como sirólimus, que inhiben la trombosis intra-stent). Sí, de acuerdo, pero, en este caso, aunque las células endoteliales no vuelvan al stent, el paciente debe seguir tomando antiagregantes durante años.
Ahora bien, quien dice tomar medicamentos antiagregantes a largo plazo dice no sólo riesgo hemorrágico, sino también úlceras en el estómago; de ahí la necesidad de tomar medicamentos contra la acidez, que tienen el (enorme) inconveniente de impedir una buena digestión de los alimentos y provocan carencias en nutrientes esenciales.
Durante mucho tiempo, estos inconvenientes se minimizaron, pero en la actualidad se han apoderado de los cardiólogos unas dudas terribles.
Desde 2007 se empezaron a dar cuenta de que ACV hemorrágicos se habían extendido más de lo que se pensaba (el 40% de los casos) y que, entre el 60% restante, el 40% era de causa no conocida.
En la actualidad se reconoce la utilidad limitada de las estatinas, se tiende a ser más permisivo en el consumo de algunas grasas y se sigue creyendo firmemente en la utilidad de las medidas preventivas (dieta y ejercicio), y sólo se apuesta por medidas como la angioplastia más stent o la cirugía del by-pass aortocoronario cuando las circunstancias lo indican como la única alternativa.
En 2004, el cardiólogo alemán Rainer Hambrecht se hizo famoso al comparar dos grupos de personas que sufrían estenosis coronaria. El primer grupo no se sometió a ninguna operación, no tomó ningún medicamento y practicaba ejercicio de forma moderada. El otro grupo se deshizo de su estenosis colocando un stent y volvieron a su vida anterior. Al cabo de 12 meses, el 42% de los pacientes que recibió un stent había tenido complicaciones, frente a tan sólo el 12% del grupo que cambió de estilo de vida. Además, en este grupo que hacía ejercicio, los pacientes evidentemente estaban en mejor forma.
Por lo tanto, con la máxima celeridad, hay que dejar de atiborrar de medicamentos a las personas enfermas del corazón y de las arterias, y hay que evitar, en la medida de lo posible, toda operación que no sea urgente. Por el contrario, las personas que padezcan arterioesclerosis o que hayan tenido un accidente cardiovascular deben darse prisa y recuperar un modo de vida sano, con ejercicio moderado todos los días, siguiendo la dieta mediterránea (por ejemplo la dieta cretense, que es la tradicional de los habitantes de Creta, basada en frutas, verduras, legumbres, cereales poco refinados, aceite de oliva, sazonar con ajo, cebolla, perejil, albahaca, eneldo, etc.) y, sobre todo, sin tomar medicamentos contra el colesterol, ineficaces para prevenir los accidentes, pero con posibles efectos secundarios graves.
Esta nueva generación de cardiólogos se enfrenta a un grave problema: se han percatado de que lo que sus pacientes necesitan no es un nuevo medicamento, ni un avance tecnológico, sino apoyo humano que les motive a cambiar de forma de vida. Y eso es porque nadie ha pensado en formarlos en este campo en la facultad de medicina.
En nuestra época, a menudo nos vemos atrapados en un ciclo infernal que nos hace creer que incluso practicar deporte de modo habitual y preparar a fuego lento platos ecológicos es algo totalmente utópico.
El doctor Michel de Lorgeril, experto internacional en cardiología y nutrición, cardiólogo e investigador del CNRS (Centro Nacional para la Investigación Científica, de Francia), miembro de la Sociedad Europea de Cardiología y autor de numerosas publicaciones, pone el ejemplo siguiente en su libro “Prévenir l’infarctus et l’AVC” (Prevenir el infarto y el accidente cerebro vascular –ACV-):
«Para aguantar el tipo, fumo; para relajarme, fumo; sacrifico la calidad de las comidas e incluso, para ir más rápido, me salto las comidas… y dedicar dos o tres veces por semana al footing es la última de mis intenciones, porque fumo y mi mala nutrición me sume en un estado de fatiga crónica » (5)
Así se resume el problema y la tentación a veces irresistible que supone para los cardiólogos recetar sencillamente medicamentos para bajar la presión arterial, la tasa de colesterol y la coagulación de sus pacientes, así como proponerles operaciones quirúrgicas.
Los medicamentos los puede ir a buscar cualquiera a la farmacia y tomarlos dos o tres veces al día acompañados de un vaso de agua. Las operaciones cuestan más caras, pero aun así basta con reservar hora en el quirófano. El paciente llega por la mañana, le ponen anestesia y sale unos días más tarde. Así es como se organiza nuestro sistema de salud.
Por el contrario, introducir cambios en el estilo de vida (modificar la dieta, hacer ejercicio físico, adelgazar, etc.) no siempre es fácil y muchos pacientes, no suficientemente bien informados por los médicos, no aceptan estos cambios, con lo que la eficacia del enfoque terapéutico queda seriamente reducido.
Porque decidirse a cambiar radicalmente de estilo de vida pone en duda gran cantidad de cosas.
Uno se pregunta: ¿Por qué debería hacer este esfuerzo? ¿Qué me va a motivar realmente a levantarme cada mañana y salir a hacer ejercicio? ¿Cómo renuncio a todos esos alimentos que sé que hacen daño a la salud pero que me son imprescindibles para levantar el ánimo y soportar las frustraciones de la vida diaria? ¿De dónde saco la energía para cambiar de profesión e irme a vivir a un lugar donde ganaré menos, sin duda, donde estaré menos reconocido, pero donde llevaré una vida sana, que me permitirá vivir más tiempo y con una mejor salud? En el fondo, ¿tengo realmente ganas de mejorar?
Para responder a todas estas preguntas, no basta con una simple receta médica, ni incluso con varias sesiones en el psicólogo.
Se trata de toda una reflexión sobre “por qué vivo” y “para qué vivo” que hay que emprender. Corregir, a veces desde cero, las malas elecciones que se han tomado a lo largo de la vida.
¿Y dónde encuentro consejos dignos de fiar? ¿Cómo evito a los manipuladores y a los incompetentes que sólo quieren mi dinero?
Desde nuestra posición, intentamos avanzar por este camino para intentar llegar a las personas que lo desean con una ayuda modesta, pero gratuita, a través de los mensajes de este boletín electrónico, como el que ahora mismo está leyendo.
A veces, por la noche, me despierta una idea que me parece clara, útil y evidente, pero muy a menudo se vuelve menos clara con la luz del día… Entonces hay que ponerse a trabajar, laboriosamente, e intentar encontrar ideas constructivas que ayuden a vivir. Ideas sobre la felicidad o la tristeza, sobre la salud o la enfermedad, sobre los pacientes o la medicina, que ayudan a despejar el camino. A veces, como el mensaje en una botella tirado al mar, llega a nuestra mesa la opinión de un lector, de una lectora, que nos escribe diciendo que nuestros mensajes le han ayudado, que su salud ha mejorado, que ve la vida de otro modo y de una manera más positiva gracias a Tener Salud… Eso siempre es motivo de gran alegría. Y nos ponemos de nuevo manos a la obra para ayudar a las personas que lo desean a introducir los cambios que les aportarán más vida, más salud y más felicidad, tanto a ellas como a las personas que les rodean.
Es por eso que una vez más le animo a que invite a sus familiares y amigos a unirse a nosotros. Símplemente tendrán que hacer clic en este enlace e indicarnos en qué e-mail quieren empezar a recibir gratis Tener S@lud. Seguro que se lo agradecerán.
¿Usted o algún familiar ha sufrido un infarto o ha tenido que ser sometido a una intervención para colocarle un stent, un by-pass o practicarle una angioplastia? ¿Es consciente ahora de la importancia de un cambio de hábitos y de mentalidad para combatir la arterioesclerosis? Le invito a comentar su experiencia con el resto de lectores de www.saludnutricionbienestar.com haciendo un comentario un poco más abajo.
Fuentes:
Artículos relacionados
Me parece excelente el artículo. Es lo que necesitamos
Ojala siempre tenga esa enorme sabiduría y destreza para escribir.
Ud. para mi es mágico!!!…me ayuda muchísimo…es clarísimo para escribir, se le entiende todo!!!
Siga por favor siendo mi Ángel guardián… guiándome e inspirándome a mis 74 años para una vida más sana e útil….
Gracias, gracias…lo quiero, lo admiro. Dios lo bendiga siempre!!!
Estimados lectores de esta estupenda revista.
Me prolijo poco en comentarios; eso no quiere decir que no me lea todos los artículos que el Sr. director nos envía.
El de hoy, sobre cardiología, me ha hecho reflexionar sobre un comentario que ya hice en su día. En dicho comentario decía que nuestros antepasados: abuelos, bisabuelos, etc., no tenían tantas «tonterías» como tenemos la civilización «moderna» actual.
Había un médico cada no sé cuántos kilómetros cuadrados, comadronas «aficionadas», y mucho arte en el curarse con lo que le campo daba, o se producía desde lo que le campo ofrecía.
Pues mire usted, la gente se moría de puro viejo, salvo que la patada de alguna acémila, o el despeñamiento involuntario, acabase con la vida de aquella persona – alguno me dirá y las mujeres que morían de parto, y la… Si pero la vida saludable, como nos sugiere el director, era la base de la salud. Aquella famosa frase «que el alimento se a tu medicina y….» era la base principal – ¿sin saberlo ellos, o por la tradición milenaria, sabía ella?- de sus vidas. Tenían menos estrés, menos harinas refinadas, o ninguna, menos azúcar o ninguna, mucho andar, trabajo de esfuerzo físico, ….
¿Podremos volver a una situación intermedia, aprovechando los avances del mundo actual? Siendo optimista , sí. Siendo realista, lo dudo. Hay mucho dinero en juego, mucho ¿looby? andante.
Muchas gracias.
Me ha sido de mucha utilidad éste mensaje
Hola, buenos días… después de leer el artículo de hoy me ha producido algo de inquietud y tranquilidad al mismo tiempo. Con 26 años tuve un tromboembolismo pulmonar masivo, y una de sus secuelas es que tengo déficit de antitrombina III, por lo que estoy anticoagulada con sintrón de por vida, según el diagnóstico médico tradicional.
En los últimos análisis dio que tenía colesterol (del malo) según me indicaron y era conveniente que tomara otra pastilla, pues suponía un riesgo añadido al tema del déficit.
Después de meditarlo y pensarlo mucho, no estoy tomando la pastilla del colesterol y me ayudo vuestros artículos anteriores. Hago deporte y mi alimentación es equilibrada y mediterránea…. por lo que con la ayuda de lo externo y lo que internamente estoy trabajando para que todo «este bien» va a ser la medicación que he decidido tomar.
Pero es cierto que me ha inquietado lo que he leído de que los anticoagulante no son buenos para el resto de los órganos ¿?, pues en mi caso, no conozco que haya otra alternativa y los tomos desde hace casi treinta años.
Que otros remedios hay para poder suplir el déficit de antitrombina III sin el aparte del «sintron»???
No tengo ningún problema de infarto, pero me quito el sombrero con vuestros documentos, en verdad ésta página es buenísima, mucho mejor que la revista O_C_U de salud y bienestar.
Hola estoy muy de acuerdo con que los medicamentos enmascaran enfermedades.
Yo tengo suelo tener colesterol y siempre me lo corrijo con ejercicio y comida sana y pescado. Los médicos no te dan muchas opciones te dan el medicamento y punto, no te aconsejan que la granadina en ayunas hace quitar grasas, etc.
Magnífico artículo para comprender el infarto. ¿Sería posible aplicarlo para el problema de bloqueo ventricular del corazón o es distinta la situación?
Excelente información, es importante que nuestra alimentación sea la correcta y que al momento de realizar una dieta, esta debe formar parte de un estilo de vida, es decir, una nueva manera de vivir. De acuerdo a estudios, la dieta que aplican los países que se encuentran en el mediterráneo es excelente para el cuerpo y sobre todo para el corazón. No se puede aplicar esta dieta en todas las latitudes, sin embargo sería bueno colocarla como una dieta madre y de allí sacar las derivaciones que le corresponda a cada región.
Muy buena la información expuesta en este artículo.
Chef
Son muy buenos sus artículos, estupendos, alentadores, impresionantemente buenos.
¿Cómo eliminar placas arteriales perifericas? Solo mandan medicamento. Tengo diabetes. Tiene que haber formas naturales de reducir o eliminarlas.
Gracias por estos escritos muy informativos y educativos.
Sólo quiero decir: gracias. Por esta y por tanta necesaria información.
Cómo puedo hacer para q mi papa entienda q no puede fumar tuvo un infarto tiene un estén y le están por colocar otro y sale a fumar incluso dentro del hospital… qué puedo hacer? cuánto puede vivir en estas condiciones?
Ayuda por favor estoy desesperada
Excelente artículo…muy claro.
Veo este artículo como un intento desesperado por ayudar a quienes lo necesitan, ya que quienes debieran ayudar lamentablemente NO tienen la formación.
Sería muy lento cambiar el modo de pensar de quienes planifican la formación de los médicos….
Gracias por preocuparse y ocuparse de las personas necesitadas.
Es un gesto generoso, solidario y valiente, muy poco común. Gracias nuevamente.
Qué útil seria poder asistir a lugares de gimnasia especial para estos casos.
El compromiso de asistencia y la pertenencia a un grupo ayudarían mucho al cambio de vida.
La vida actual tiene muchas tentaciones para la vida sedentaria: internet / TV / Lectura / correo electrónico / cine / amen del trabajo, estudios varios, etc.
Me ha sido de gran ayuda lo expuesto en este artículo sobre los infartos. Acabo de sufrir un infarto de miocardio hace un mes y me han colocado tres stent (pendiente de colocar dos más en breve). Cuando este te ocurre de da un cambio radical la vida. Te replanteas todo y es justo en este momento cuando debemos cambiar de hábitos si o si.
Gracias y saludos cordiales.
Nueve años que llevo puesto un Stent…. Las estatinas me dolían por todo las articulaciones las deje y comencé a tomar semillas de Chía…. el colesterol lo tengo en 147… Llevo una vida sana bueno con una excepción, fumo, no he podido dejar este mal bicho…. En general hago una vida normal tomando el Antiplac para el Sent… y dos aspirinetas al medio día.
Me gustó mucho su artículo lo volveré a leer más detenidamente pues me apasione tanto que lo leí a borbotones.
Gracias Mis saludos a UD.
Sus artículos son geniales, no me los pierdo, muchas gracias tengo el colesterol un poco alto y siempre estoy discutiendo con mi cardióloga sobre tomar estatinas pero los médicos no entran en razón, por lo que les envío estos artículos.
Gracias
Muchas gracias por este formidable artículo, creo que es muy pedagógico.
Padezco de enfermedad coronaria y el artículo me ha sido de mucha ayuda, mi cardiólogo quiere hacerme cateterismo pero he optado cambio de estilo de vida con la fe que esto evite pasar por el quirófano
Hola me gustaría saber si llego’ al fin hacerse el cateterismo o el cambio de vida lo evitó.
Gracias y salud
Me queda claro que es un problema el tema de las estatinas y de aspirina. Creo entender, incluso, luego de sufrir un infarto como es el caso mío. Mi pregunta es si esto aplica para otros medicamentos que te recetan, entiéndase carvedilol, ramipril que son utilizados para otros propósitos.
Me dio dos infartos, me hicieron cateterismo, tengo un stent, tomo clopidogrel y aspirina, me provocó gastritis severa, tal cual usted lo describe pero ahora el problema es que padezco de hipertensión, ¿es otra de las consecuencias? O es aparte. Tengo 60 años. Mil gracias por su valiosa información.
Hace 5 meses tuve un pequeño infarto por lo que me intervinieron para colocarme dos stents. Hago tratamiento con clopidogrel, aspirina 100 mg, estatinas, un betabloqueante y un antihipertensivo. El problema es que hace 12 años me hicieron una resección transuretral de próstata y desde entonces he venido sufriendo de esporádicos episodios de hematuria. Con el clopidogrel y la aspirina (esta en menor medida) tengo ahora frecuentísimas y abundantes hematurias por lo que me estoy planteando dejar de tomar el clopidogrel.
¿ Alguien tiene información/ consejos al respecto ?
Excelente artículo. Muy agradecido. Namasté.
Doy gracias a Dios por ustedes. Pues cada palabra me servirá demasiado gracias
Buen día, sufrí un infarto al miocardio, me colocaron un stend, se me complico con un derrame pericardio de 1.8 mm y un colapso de la válvula inferior, después de 26 días hospitalizado me dieron de alta, en marzo termine la rehabilitación cardiaca con un buen promedio en la prueba de esfuerzo, mi duda es en cuanto tiempo cicatriza el stend que me colocaron.
Gracias.
El mejor artículo que he leído sobre los pros y los contras de la cirugía y colocación de stent en las arterias, hace un año fui sometido a la colocación de dos stent en arteria descendente totalmente ocluida, pero que el corazón inteligentemente había creado ramificaciones laterales, según el médico, todo empezó al sentir fatiga al subir cuestas, no fumador persona activa, vida sana colesterol 220 nunca cansancio y mucha energía, La cuestión es que llevo un año con antiagregante omeprazol, aspirina, medicación para el colesterol, este ha bajado a 130. La duda es si al retirar los antiagregantes se volverá a cerrar la arteria enferma, ya que he leído en su artículo que puede suceder, además las otras contraindicaciones.
Otra cosa, la apertura de la vena fue por la pierna y a menudo siento dolor en dicha zona ¿se habrá producido esclerosis en la parte de la punción? ¡Gracias por su artículo claro y contundente!
Amigo yo estoy parecido a vos… Tengo la descendente ocluida 100%
Los primeros médicos que me trataron me dijeron tenes que tenían hacer un bypass.
Si ok: Mi isquemia es mínima. Hice una cámara gamma que lo corrobora en reposo y en esfuerzo. Ayer tuve un episodio de agitación y palpitaciones, internación en clínica del corazón, me hacen todo tipo de estudios. El jefe de cardiología del centro me dice que estoy bien, no tuve dolor torácico, que la indicación en mi caso es no tocar nada y seguir con medicación. Me afirmo que en este centro y en el mundo esa es la indicación, no hacer ni cateterismo ni bypass. Aparentemente fue un «ataque de pánico» provocado por tanto pensar.
Maravillosa información. mil gracias. Podría escribir sobre como alimentarse cuando se tiene cateterismo
Excelente la forma clara y didáctica con la que está escrita esta nota, realmente me pareció fantástica, gracias. –
Buenos días leyendo este artículo me doy cuenta que ojalá no sea tarde para mí de los malos hábitos que tenemos las personas en cuanto a alimentación y sedentarismo /mi historia es esta. tengo 56 años y una herencia que nos han dejado los padres hermanos y familiares en cuanto a los eventos coronarios que han sido la causa de muerte prácticamente de todos, padres hermanos tíos primos etc. en este momento estoy pendiente de unos exámenes por decir algo ecocardiograma y electrocardiograma por qué estoy sintiendo una anomalía el pecho siento un dolor leve hace Unos ocho días
Éste dolor va y viene estoy preocupado actualmente momento por prescripción médica estoy tomando losartan 2 y un amlodipino también rosuvastatina ya soy hipertenso hace un año aproximadamente debido a esta dolencia fui a urgencias me realizaron un electrocardiograma me toman presiones y todo lo encuentra normal pero sigo presentando estos dolores en el pecho que son Bastante incómodos de verdad quisiera saber un consejo en caso de que médicamente encuentre algún arterioesclerosis en alguna de las anteriores que estoy informando estas placas y de pronto estrechando Alguna de estas arterias.
Excelente explicación. La mejor opción es mantenerse activo y optar por la alimentación adecuada. Lo más común es ser víctimas de la industria farmacéutica y de médicos que quieren tu dinero.
Muy interesante. Muchas gracias.
¿Podrías darme la referencia del trabajo en que se publica lo de Rainer Hambrecht?
Quisiera leerlo despacio y recordarselo a muchos colegas cardiologos
Gracias
Buenos días, soy cardiólogo y me asusta leer un artículo como este.
Quiero hacerle llegar que gracias a usted y personas como usted, mueren a diario pacientes con cardiopatía isquémica por seguir sus consejos basados en lo que usted cree.
Decir que el colesterol no influye en la arterioesclerosis, ni en la producción del trombo demuestra su escaso conocimiento.
Llamar anticoagulante a la aspirina, lo demuestra más, la aspirina es un antiagregante y no tiene nada que ver con los anticouagulantes, que como dice en el artículo (en esto acierta, pero por un error de base) no sirven en un infarto, por esa razón los cardiólogos no mandamos anticoagulantes, mandamos antiagregantes (aspirina).
Cambiar los hábitos de vida sí que mejoran la supervivencia de un paciente, pero suspender medicación o no realizarse un implante de un stent puede conllevar a la muerte del mismo.
Resumo:
Suspender las estatinas después de un infarto puede matar a un paciente.
No colocarse un stent o un bypass cuando se precisa puede matar a un paciente.
Recomendar ejercicio físico a un paciente que espera por un cateterismo cardíaco puede matarlo.
Usted está dando consejos que pueden llevar a la muerte a personas enfermas, espero que lo sepa.