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Kambó, el «veneno purificador» del Amazonas

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La rana kambó vive en el Amazonas y su piel segrega un veneno tan potente que incluso las serpientes más letales evitan acercarse a ella. Ahora bien, los chamanes de algunas tribus de la zona también lo usan para preparar una sustancia de sorprendentes propiedades en beneficio de la salud.

Algunas tribus del Amazonas apodan “vacuna del bosque” a un potente veneno que extraen de un lugar de lo más peculiar: la piel de una rana.
Ese apodo tan llamativo se debe a que no solo provoca un malestar generalizado, en algunos casos extremadamente intenso. Al parecer también aumenta la resistencia e incluso la capacidad inmunológica del organismo.
Y esta es la razón por la que ese veneno se empleaba en los ritos de iniciación de algunas tribus amazónicas.
¿Se trataba de una mera superstición?

Es lo que uno podría pensar de entrada… Hasta que descubre los principios activos que contiene ese veneno y que recientemente han interesado a la comunidad científica.

Kambó, una rana de lo más pacífica

Imagínese en pleno corazón de la selva amazónica; rodeado por el denso dosel de plantas autóctonas y de fondo la sinfonía de la vida salvaje. En ese paraíso terrenal, muy cerca de los ríos, vive una rana de intenso color verde de nombre Phyllomedusa bicolor.

rana kambó

Su apariencia es inofensiva, pero no hay ningún depredador de la zona (y hay unos cuantos) que se atreva a atacarla. Y es que la piel de esta colorida rana segrega un veneno altamente tóxico.

Incluso parece ser que las serpientes del Amazonas, entre las que se encuentran algunas de las más letales del planeta, también la evitan y prefieren dar amplios rodeos para no coincidir con ella.

Esto hace que la vida de esta rana, a diferencia de otras especies de la zona, sea muy tranquila. Aunque también hace que a los chamanes y curanderos del lugar les resulte muy fácil dar con ella para obtener ese veneno.

Eso es lo único que les interesa de este peculiar anfibio, también conocido como “rana mono grande” o “rana kambó”.

Ahora bien, para extraer ese veneno deben seguir un proceso muy meticuloso, pues al parecer el contacto y las vibraciones favorecen su secreción. Por ello los chamanes masajean suavemente las patas de la rana mientras le cantan, al mismo tiempo que raspan suavemente su piel con una espátula de madera, que es con la que recogen el veneno.

Todo ello con sumo cuidado, por supuesto, pero también asegurándose de no lastimar a la rana durante la operación, antes de liberarla.

Una vez recolectado el veneno, lo dejan secar en unos platos de bambú para a continuación mezclarlo con un poco de saliva o de agua hasta que la mezcla adquiera una apariencia pastosa.

¡El kambó ya está listo para su aplicación!

Y ahora llega lo más interesante de todo…

Efectos extremadamente potentes

Los chamanes que aplican el kambó también deben seguir un meticuloso proceso. Primero realizan una pequeña quemadura sobre la piel, utilizando para ello un palo de incienso incandescente. Y una vez se ha formado la herida, siempre superficial, se aplica sobre ella la pasta del veneno.

Pasados apenas dos minutos surgen los primeros efectos, extremadamente potentes: calor intenso, mareos, aumento de la frecuencia cardíaca, zumbido en los oídos, vértigo, diarrea, vómitos…

¡Normal que el kambó formara parte de los ritos de iniciación! Solo los más intrépidos se atrevían a pasar por semejante experiencia.

Aunque sorprende que también lo usaran los guerreros antes de acudir a una batalla o antes de salir de caza.

Encuentro Artrosis

¿Es que acaso preferían ir a la batalla sintiéndose enfermos?

¡Nada más lejos de la realidad! Lo que ocurre es que, aproximadamente unos 20 minutos después de haber experimentado ese malestar general, el kambó induce un estado de euforia sin igual.

Se dice que intensifica los sentidos, especialmente la visión y la audición, además de aumentar la vitalidad y la resistencia, lo que venía muy bien a los aguerridos cazadores.

E incluso se cuenta que ayuda a estimular el sistema inmunológico, protegiendo a los guerreros contra las infecciones que pudieran contraer si se habían herido durante la batalla.

Un filón para la investigación científica

Intrigados por estas sorprendentes propiedades, los investigadores occidentales han examinado recientemente la composición de este fascinante veneno.

De este modo, han conseguido aislar numerosos compuestos bioactivos que explicarían estos efectos tan beneficiosos. Y entre ellos destaca la dermaseptina, familia de péptidos de propiedades vasodilatadoras que ayuda a estimular la circulación sanguínea. (1)

Aunque algunos estudios sugieren que también actúa sobre los receptores opioides del cerebro, pudiendo aliviar el dolor crónico e incluso reducir los síntomas de la ansiedad y la depresión. (2)

Por su parte, la fiebre alta que aparece brevemente tras la exposición al kambó provocaría una estimulación de las glándulas sudoríparas, lo que ayudaría a eliminar las toxinas acumuladas en el cuerpo. Su efecto sería, de esta manera, similar al que ofrece una sauna.

De rito de iniciación a “purga emocional”

Debido a los efectos desintoxicantes del kambó, en los últimos años se ha popularizado el uso de este veneno como parte de una purga increíblemente potente.

De hecho, los lugareños ofrecen este “servicio” a los turistas. Y los testimonios de quienes lo han probado son bastante positivos. Algunos incluso hablan de una “purga emocional” que va más allá de los efectos puramente físicos, debido sobre todo a sus efectos opioides.

Ahora bien, aunque todavía no se han descrito efectos secundarios a largo plazo, sí que está contraindicado en caso de alergias y problemas cardíacos, entre otros.

Y dado que la investigación científica todavía no ha analizado a fondo este aspecto neurológico, deben extremarse las precauciones. Y, por supuesto, que este procedimiento solo lo lleven a cabo manos expertas.

El kambó no deja de ser la confirmación de que la Naturaleza nos provee de potentes remedios con los que, como bien decía Paracelso, en la cantidad está la clave: “todo es veneno y nada es veneno, solo la dosis hace el veneno”.

Fuentes

1. Erspamer V, et al.: “Pharmacological Studies of ‘Sapo’ from the Frog Phyllomedusa Bicolor Skin: A Drug Used by the Peruvian Matses Indians in Shamanic Hunting Practices”. Toxicon. 1989.
2. Nogueira TAC, Kaefer IL, Sartim MA et al.: “The Amazonian kambô frog Phyllomedusa bicolor (Amphibia: Phyllomedusidae): Current knowledge on biology, phylogeography, toxinology, ethnopharmacology and medical aspects”. Front Pharmacol. 2022.


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