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¡Prepare su propia kombucha casera!

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La kombucha es la bebida del momento pero, ¿conoce todos los beneficios saludables que ofrece? Se los contamos en detalle, además de los pasos que debe seguir para preparar su propia kombucha casera. ¡Es más fácil de lo que imagina!

En los últimos años la kombucha ha pasado de ser una bebida prácticamente desconocida a estar presente en todas partes: desde negocios especializados en productos ecológicos a grandes supermercados, pasando por cadenas de restauración que la ofrecen en el menú más saludable.

Parte de este boom se debe a la intensa campaña publicitaria que han lanzado algunas marcas, asegurando que es una bebida repleta de beneficios para la salud. Pero, como ocurre con las modas, es normal que a uno le asalte la duda de hasta qué punto es tan buena como se dice.

Por ello vamos a analizar las propiedades de esta bebida. Y, si se anima a probarla, también le indicamos cómo puede preparar su propia kombucha.

Un proceso de fermentación único

Esta bebida también se conoce como té kombucha porque su base es el té (es decir, la infusión de las hojas de la planta del té Camellia sinensis). La diferencia con esta bebida, una de las más consumidas en todo el mundo, es que la kombucha es el resultado de la fermentación de ese té.

Además, ese proceso es más complejo de lo habitual, ya que no se debe a la acción de una única bacteria. En este caso lo realiza el conocido como SCOBY (siglas en inglés de “Cultivo simbiótico de bacterias y levaduras”). Y es que se trata de toda una colonia simbiótica de levaduras y bacterias, entre las que podemos encontrar algunos microorganismos muy beneficiosos: Glucanobacter, Acetobacter, Komagataeibacter, Lactobacillus, Saccharomyces o Zygosaccharomyces, entre muchos otros.

El resultado de esa fermentación es una bebida efervescente con un toque ácido y ligeramente dulce. Pero, además de por su sabor, sobre todo interesa por la cantidad de probióticos (microorganismos vivos) que ofrece.

Beneficios de la kombucha

Los probióticos favorecen la microbiota intestinal, por lo que uno de los grandes beneficiados del consumo de kombucha es el sistema digestivo. Así, esta bebida ayuda a equilibrar la flora intestinal, lo que favorece la digestión y previene los gases o la hinchazón, entre otras molestias intestinales.

Además, una buena microbiota también evita que la pared intestinal se vuelva más porosa y aumente el riesgo de sufrir todo tipo de enfermedades intestinales: enfermedad de Crohn, SIBO (siglas en inglés de “crecimiento excesivo de las bacterias del intestino delgado”), etc…

Ahora bien, dado que buena parte de las células inmunitarias se encuentran precisamente en el intestino, un alto aporte de probióticos también refuerza el sistema de defensa. Algo clave para mantener una buena salud en general y evitar infecciones de todo tipo.

Además, la kombucha también es rica en antioxidantes que evitan el estrés oxidativo del organismo, previniendo así un sinfín de enfermedades crónicas y neurodegenerativas.

Y se sabe que también ayuda a regular el nivel de azúcar en sangre, lo que es esencial para controlar la diabetes.

¡Prepare su propia kombucha!

En realidad, solo se necesitan cuatro ingredientes para preparar esta bebida probiótica natural:

  • 1 litro de agua.
  • 3 cucharadas de hojas de té Camelia sinensis(sirve el té verde o el té negro, que en realidad es la misma variedad de té tras pasar por un proceso de oxidación y fermentación).
  • 70 gramos de azúcar.
  • Una capa de S

Lo primero es calentar el agua -sin que llegue a hervir- y añadir el té, dejándolo infusionar durante 15 minutos. Después, vierta el resultado en un tarro de cristal y añada el azúcar, removiendo todo bien.

Una vez tenemos esta mezcla es hora de incorporar el ingrediente clave, el SCOBY, pero antes hay que dejar que la bebida se enfríe. Esto es muy importante, ya que el calor mata a las bacterias malas, pero también a las buenas, que son las que nos interesa conservar.

Encuentro Artrosis

Tras incorporar el SCOBY, tape el tarro de cristal con un paño de algodón y fíjelo con una goma. De esta manera puede pasar el oxígeno, que es un elemento fundamental para el proceso de fermentación.

kombuchaLo siguiente es lo más sencillo y difícil a la vez, ya que toca esperar bastante. Por regla general, hay que dejar pasar unos 30 días (a unos 20-25º C) para que los microorganismos de la colonia SCOBY descompongan el azúcar y realicen la fermentación. El resultado será la formación de una capa de aspecto gelatinoso encima del líquido, que puede ver en la imagen.

Llegamos entonces al paso más importante para que pueda seguir elaborando su propia kombucha. Y es que debe reservar esa capa, que es la que contiene el SCOBY, además de un 20% del líquido para que más adelante pueda preparar otra tanda de esta bebida.

kombucha

El 80% del líquido restante es la kombucha propiamente dicha. Pero antes de saborearla deberá meterla en un tarro de cristal, que esta vez deberá cerrar bien para iniciar el proceso de carbonatación y que se formen las burbujas efervescentes. Para ello bastará con esperar unos días.

Entonces, ya sí, ¡tendrá su kombucha casera!

¿Cómo puede obtener su propio SCOBY?

Ya ha visto que durante el proceso de elaboración de la kombucha se reserva el SCOBY para elaborar más bebida probiótica. Pero, si esta es la primera vez que la prepara, ¿cómo puede obtener ese SCOBY?

Esto es más sencillo de lo que imagina, pues a día de hoy puede comprarlo en tiendas especializadas. Aunque lo más habitual es que alguien le deje un poco de su SCOBY, al igual que se hace con el kéfir (otro alimento probiótico muy saludable, del que puede conocer más aquí).

Ahora bien, si lo que quiere es preparar su propio SCOBY ¡también puede hacerlo! En realidad, se trata de un proceso muy similar al que le acabamos de indicar, pues también necesita 1 litro de agua, 3 cucharadas de té verde o negro y azúcar (250 gr). La única diferencia es que, en lugar del SCOBY, en esta ocasión hay que contar con 250 ml de kombucha sin pasteurizar.

Así, solo tiene que seguir los pasos que ha leído antes, pero sustituyendo el SCOBY por la kombucha. Incorpórela a la mezcla de agua y té (recuerde que debe estar fría) y guárdelo todo en un tarro de cristal, que de nuevo deberá tapar con un trapo y una goma para dejar pasar del oxígeno.

Conserve la mezcla en un lugar bien ventilado y sin que le dé la luz del sol, y en una semana ya habrá crecido su nuevo SCOBY. Esta capa gelatinosa debe tener aproximadamente 1 cm de grosor para asegurarse de que la colonia cuenta con las bacterias y levaduras que nos benefician.


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