Un trastorno en la función endocannabinoide, un sistema neurorregulador del cerebro, podría ser el origen tanto de la depresión como de la esquizofrenia. No obstante, en cada uno de los casos el desajuste actuaría en sentido opuesto: por un lado, una deficiencia en esa función reguladora sería la causante de los estados depresivos y, por el otro, un exceso de ella sería el desencadenante de la esquizofrenia.
Así lo apunta la investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que sugiere que las alteraciones genéticas y epigenéticas vinculadas a ambas enfermedades mentales darían lugar a disfunciones en ese sistema(1).
Concretamente, la sobreactuación del sistema endocannabinoide reduce la función del receptor NMDA, lo que puede actuar desencadenando esquizofrenia, mientras que el déficit de control endocannabinoide propicia la actividad de ese mismo receptor y podría provocar un impacto excesivo de la señalización sobre las neuronas diana, como sucede con el glutamato y la serotonina en la depresión.
En definitiva, ambas enfermedades serían los polos opuestos de un mismo trastorno regulatorio a nivel cerebral, con un origen común. Los investigadores recuerdan que existe una predisposición hereditaria, pero que la carga ambiental y los malos hábitos pueden acelerar la aparición y aumentar su impacto.
Fuentes:
Artículos relacionados
NO necesariamente… el origen de esas enfermedades es la mente reactiva y sus engramas, que son como órdenes hipnóticas de alto poder que se reestimulan. Estos engramas se graban a nivel celular y cuando la persona está inconsciente, se por un golpe, por anestesia médica, la mente reactiva graba todo lo que se dice y entra por los cinco sentidos que tenemos como engramas y se almacena en el banco reactivo de la mente reactiva como un registro de supervivencia, que más tarde se pueden reéstimular similar a las órdenes hipnóticas, si se da un estímulo similar a cuando se gravo dichos engramas. Son esos engramas que al reestimularse crean ese estado de incertidumbre depresivo como un mecanismo de defensa ante un peligro que detecta por alguna razón la mente reactiva.