Un grupo de investigadores(1) ha confirmado una nueva bondad de la dieta mediterránea: también mejora la flora intestinal, lo que al final contribuye a envejecer con buena salud.
Y es que seguir una alimentación rica en frutas y verduras frescas, legumbres, pescado y aceite de oliva, así como pobre en carnes rojas y grasas saturadas, que son las características de la dieta mediterránea, reduce el número de bacterias intestinales asociadas a la inflamación. Esta ya se había relacionado con una mayor fragilidad física y con el deterioro cognitivo; en definitiva, con signos de una aceleración del envejecimiento.
Para confirmar estos beneficios los investigadores analizaron la microbiota intestinal de 612 personas de entre 65 y 79 años antes y después de haber seguido, durante 12 meses, bien su dieta habitual, bien la alimentación propiamente mediterránea. Observaron así que seguir esta última durante un año reduce claramente los microorganismos responsables de la inflamación.
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