Los compuestos fenólicos antioxidantes presentes en la hoja de parra (Vitis vinifera) han demostrado ser importantes herramientas anticancerígenas. Y es que no solo permiten aumentar la apoptosis (suicidio programado) de las células cancerígenas, sino que también inhiben la multiplicación de estas células tumorales.
Ya se ha probado con éxito la eficacia de esta planta para el tratamiento del cáncer de hígado y de mama(1). Y lo mejor es que las propiedades de estos compuestos no afectaron en ningún momento a las células sanas, ya que no presentan ningún tipo de toxicidad. Este nuevo estudio confirma, en definitiva, que la Naturaleza no deja de ofrecer interesantes aliados en la lucha contra el cáncer.
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