El cáncer gástrico es uno de los más peligrosos en tanto que su diagnóstico suele ser bastante tardío, cuando la enfermedad ya se encuentra en un estadio muy avanzado. Ahora se ha descubierto que este cáncer cuenta con un sorprendente mecanismo que impide que se detecten los restos que hayan podido quedar después de extirpar quirúrgicamente el tumor(1).
Se trata de una capa de células muy similar al recubrimiento del estómago y que produce el propio tejido canceroso. De este modo, al tener el mismo aspecto que la pared gástrica, cuando se analiza el estómago en busca de posibles restos del tumor que hayan quedado tras la operación, esa capa y el tumor que oculta pasan completamente desapercibidos.
El descubrimiento de esta capa alerta del riesgo de que, aunque se consiga extirpar el tumor, así como la bacteria que ha provocado la infección (la Helicobacter pylori es responsable de la mayoría de los cánceres gástricos), hay que mantener una vigilancia médica constante y efectiva. Por ejemplo, analizando a fondo el ADN de la pared del estómago para detectar si es idéntico al del tejido cancerígeno previamente extirpado.
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