¿De verdad es necesario añadir esa cucharada de salsa aceitosa al pavo relleno que va a tomarse? Todavía casi no ha acabado de comer el jamón, el marisco y el foie del aperitivo y sabe que después le esperarán los quesos, el postre y los dulces navideños, que le van a hacer explotar.
Este año usted no está obligado a pasar por “esto” otra vez.
Según un estudio publicado en el New England Journal of Medicine, todos los años en estas fechas engordamos 500 gramos. “Medio kilo no parece demasiado”, comenta el Dr. Hack Yanovski, autor de esta publicación. “Pero lo que de verdad nos ha llamado la atención es que el peso ganado ya no se pierde en los doce meses siguientes”. (1)
Nochebuena, Navidad, Fin de Año, Año Nuevo, comida de Reyes… más las comidas de empresa, con amigos… Si usted cada Navidad gana medio kilo y luego no lo pierde, al cabo de veinte años habrá acumulado unos… sí, efectivamente: diez kilos más.
Las celebraciones de Navidad, que más bien podrían llamarse “las fiestas de los atracones”, explican claramente el aumento de peso que cada año se registra en las estadísticas de los países desarrollados.
Según las encuestas sobre la manera en la que vivimos estas fiestas, se trata de un período en el que nuestra actividad física disminuye, pasamos demasiado tiempo en atmósferas recargadas y nuestro ritmo de sueño se trastorna de forma notable.
Cuando no se duerme lo suficiente, cae el nivel de varias hormonas “quema-grasas”, como es el caso de la testosterona o de la hormona del crecimiento. También se reduce el nivel de leptina, una hormona que se libera en el flujo sanguíneo cuando aumenta la cantidad de grasa almacenada en los adipocitos (células grasas), para avisar al cerebro de que el cuerpo ya tiene suficientes reservas y debe inhibir el apetito. Por el contrario, con la falta de sueño aumenta el nivel de grelina, la hormona del apetito, que segrega el aparato digestivo y que provoca las ganas de comer.
Esto hace que nos sintamos agotados por tanta comida y por la falta de ejercicio físico y de sueño, y que tratemos entonces de compensarlo… comiendo más, buscando cada vez más desesperadamente “darnos el capricho” a base de marisco, jamón, carnes grasas, turrones y mazapanes, mientras nuestro organismo nos dice a voces que no puede más.
¿Significa esto, querido Lector, que cual guardián de la salud natural voy a animarle a celebrar este año las Navidades comiendo tofu?
No, quédese tranquilo. Las tradiciones están para respetarlas. Y aunque no sea más que por educación hacia su familia política, disfrute, inhale el delicioso aroma del pavo relleno que ya se está dorando en el horno… y prepárese para sentarse a la mesa.
Para disfrutar más de las fiestas es indudable que debemos ser moderados. Llene el vaso y el plato sin pasarse. Evite que las sobremesas se eternicen innecesariamente. Ante todo, aproveche que está con la familia para dar un paseo todos juntos después de comer. Y por último, compense los excesos de las grandes comilonas navideñas contentándose ese día con una infusión (sin azúcar) como cena, en lugar de abalanzarse sobre las sobras de la comida.
De esta manera, disfrutará más de las comidas y recordará las Navidades de 2012 con mejor sabor de boca.
No obstante, siendo rigurosos desde el punto de vista científico, estos alimentos que únicamente solemos tomar en Navidad también tienen sus propiedades… valiosas tanto para el cuerpo como para el espíritu. Conviene tenerlo en cuenta.
A continuación le voy a contar las características de los alimentos que se dispondrá a comer sí o sí esta Navidad:
¡Vía libre al foie!
Con ello no quiero incitar a su consumo, sobre todo si usted ha tomado la decisión de no consumirlo por respeto a los animales por el maltrato que supone la alimentación forzada que exige su producción.
Sin embargo, he prometido proporcionarle información sobre los efectos en su salud de los alimentos típicos navideños, y debo contarle la verdad sobre las propiedades nutritivas del foie. Porque lo cierto es que el foie, plato de lujo en muchos países en las grandes ocasiones -sobre todo en Francia-, se ha convertido también en bocado obligado en las mesas navideñas españolas (¡España se ha convertido en el segundo país más consumidor de foie del mundo!).
Usted no ha tenido que esperar a leerlo ahora en Tener S@lud para darse cuenta de que el foie es uno de los alimentos más calóricos que existen. Si se come demasiado, se engorda, eso no tiene vuelta de hoja.
Pero, al contrario de lo que podríamos imaginar, la grasa del foie es en su mayor parte buena.
Se trata en un 56% de ácidos grasos monoinsaturados, es decir, los mismos que contienen el aceite de oliva. No tienen ningún efecto negativo sobre las arterias. (2)
Y lo que es mejor: el foie reduce el riesgo cardiovascular.
En efecto, contiene una dosis inmensa de vitamina B, indispensable en el ciclo de la metionina, un aminoácido esencial.
Por norma general, el organismo transforma la metionina en homocisteína, que se recicla ella misma en metionina gracias a la vitamina B.
El problema está en que a muchos de nosotros nos falta vitamina B: algunos estudios afirman que entre el 67,5 y el 90% de los adultos nunca tendrá las cantidades recomendadas de vitamina B6, y entre el 40 y el 90% de la B9.
Esto significa que nuestra homocisteína no se está reciclando bien y se está acumulando en la sangre. Y eso es algo más que un fastidio porque, según las observaciones clínicas, el riesgo de sufrir un infarto se duplica o hasta triplica en las personas que tienen niveles altos de homocisteína.
La solución es muy sencilla: debemos elevar nuestros niveles de vitamina B, porque ésta elimina la homocisteína. Y efectivamente, los estudios realizados confirman que unos niveles altos de vitamina B en la sangre se asocian con un riesgo menor de sufrir un infarto. (3)
Y señoras y señores, no existe ningún otro alimento sobre la faz de la tierra más rico en vitamina B que justamente….¡el foie!
El doctor Kilmer McCully, el primero en observar los efectos negativos de la homocisteína en las arterias en 1969, atribuye la baja tasa de mortalidad por accidentes cardiovasculares en el sudoeste de Francia (donde se concentra el 90% de la producción de foie de Francia, que a su vez es líder mundial), precisamente al consumo de foie. Según él, el foie como concentrado de vitaminas de tipo B contribuye a conservar bajos los niveles de homocisteína en las personas que lo consumen.
No se ha realizado ningún estudio que demuestre que quienes toman foie gozan de mejor salud que el resto, pero 100 gramos de foie contienen un aporte considerable de vitamina B, hasta el 600% de lo recomendado para la B12… y sin correr el riesgo de sobredosis.
No quiero decirle con esto que le recomiendo que trate la hiperhomocisteinemia a base de foie aprovechando su alto contenido en vitamina B. Pero no he querido ocultarle esta interesante propiedad.
Para terminar, el foie es rico en vitamina A o retinol, excelente para los ojos, como su propio nombre indica (retinol, de retina).
El jamón, auténtica joya de nuestra gastronomía, sin duda tendrá un lugar destacado en las mesas navideñas.
Aunque todos se llamen jamón, no son el mismo jamón, pues varían en función de la raza del cerdo y de la alimentación. Lo hay ibérico (y a su vez de bellota, recebo, cebo o cebo de campo) o de cerdo blanco (a su vez serrano o curado) y a su vez paletillas (patas anteriores) y jamones (posteriores).
Desde un punto de vista nutricional, tampoco son iguales unos y otros. El jamón serrano tiene menos calorías y menos grasas que el ibérico, pero también tiene menos proteínas de buena calidad y también más sodio (malo para los hipertensos). Las supuestas propiedades nutricionales del jamón ibérico de bellota no son ningún mito: es antioxidante y tiene mucha vitamina E. La calidad de su grasa es excelente (más del 50% de su composición es ácido oleico, el del aceite de oliva), por lo que facilita la producción del colesterol bueno (HDL) y reduce a la vez el del “malo” (LDL).
En definitiva, que el cerdo ibérico alimentado libremente en dehesas de bellotas es un auténtico “olivo con patas” y su jamón, sin excesos, es beneficioso para la salud.
Todos estos alimentos son ricos, muy ricos, en ácidos grasos omega-3.
Como ya sabemos, los ácidos grasos omega-3 afectan directamente a la personalidad, la inteligencia y en particular a la salud cardiovascular.
Nuestra dieta alimentaria debería contener la misma cantidad de omega-3 que de omega-6. Los omega-3, presentes en las nueces, el pescado azul y el marisco, hoy en día no son suficientes, e incluso gran parte de la población de los países industrializados ni siquiera los consume. Por el contrario, nos inflamos a tomar omega-6, que aparece en abundancia en el aceite de girasol. Este exceso de omega-6 frente a los omega-3 provoca numerosas patologías, entre ellas depresión y el aumento de casos de cáncer. Exiten decenas de estudios sobre los peligros de las dietas altas en omega-6.
Las celebraciones de Navidad son la ocasión perfecta para reestablecer el equilibrio de ácidos grasos en beneficio de omega-3; es decir, para cuidar las arterias y el cerebro.
Y la importancia de los productos del mar no se limita a esto.
Las ostras y otros mariscos son ricos en antioxidantes (zinc, cisteína, taurina, selenio). Añádales un poco de limón y tendrá un potente salpicón de antiradicales libres, especialmente beneficiosos para los fumadores y para todos aquellos que viven con estrés o en ambientes contaminados.
El pavo tiene una cualidad más al margen de sus propiedades nutricionales ya sabidas (es una carne blanca baja en grasa y poco calórica, cualidades que sin embargo se “neutralizan” al acompañarlo para la ocasión con un relleno y unas guarniciones supercalóricas).
Pero la sorpresa es que el pavo contiene un componente muy interesante, sobre todo en estas fechas: la N-acetilcisteína, que recarga las células del antioxidante gluthatión. El glutathion es el más potente antioxidante intracelular conocido. Al ser un detoxicante corporal general tiene efectos contra la resaca, minimizándola o reduciendo su duración.
Y si lo rellena con frutos secos como las castañas, sepa que éstas son ricas en potasio, que es excelente para la hipertensión, y contienen gran cantidad de fitoesteroles, unos compuestos que reducen el colesterol.
Si en su mesa de Navidad opta por el cordero al horno, no pierda de vista que es uno de los animales que acumula más grasa (que además es grasa saturada) en algunas de sus piezas. Si el cordero es joven, la mayor parte de la grasa está alrededor de las vísceras y bajo la piel, así que sólo tiene que resistir la tentación de comerse la piel y retirarla. Si el animal es mayor, la grasa está dentro del músculo y no se puede retirar.
Para quitarle la mala conciencia, piense que la carne de cordero aporta proteínas de gran calidad y que es una fuente interesante de vitaminas del grupo B, de hierro del tipo hemo (fácil de absorber) y de fósforo, sodio y zinc.
La alternativa navideña a la carne pasa por el besugo al horno, un clásico sabroso y plagado de minerales como el yodo, el fósforo, el sodio, el magnesio o el potasio, de proteínas, con una buena cantidad de vitaminas del grupo B y ¡sorpresa!, también vitamina A, de la que carecen otros pescados blancos. Para que esté delicioso necesita poco más que aceite de oliva, sal y limón, lo que lo convierte en un plato totalmente saludable. El único “pero” es el precio, ya que el besugo cotiza al alza en Navidad, disparándose espectacularmente su precio en estas fechas.
Acompañar las comidas con champán o con cava favorece la digestión porque estimula la secreción de jugos gástricos. Ambos están libres de grasas y presentan propiedades nutricionales muy similares.
También son de sobra conocidos sus efectos positivos en el comportamiento, ya que estimula una decena de neurotransmisores (serotonina, dopamina, noradrenalina…) responsables de la sensación de bienestar y de euforia, sin olvidarnos de las endorfinas, que producen desinhibición.
Si va a coger el coche, deberá privarse de los beneficios de estas bebidas. Pero si ese no es su caso, no olvide que, al igual que el vino, el champán y el cava son muy ricos en antioxidantes (flavonoides, ácidos fenólicos), que conservan la buena salud de las arterias.
Me imagino que en esta época de crisis no le hará especial ilusión saber que el caviar es bueno para la salud.
Pero a quien pueda pagarlo le alegrará estar al corriente de que el caviar está cargado de omega-3 y de vitamina D, la vitamina del sol, que tanta falta nos hace en los meses de invierno y que es indispensable para combatir las infecciones y también para la prevención del cáncer.
Turrón, polvorones, mazapanes, roscón de reyes… las tentaciones asaltan a los más golosos también al final de las comidas. Todos son auténticas bombas calóricas, así que la primera recomendación, la más obvia, es la moderación. La parte buena es que los que tienen alta proporción de frutos secos (como el turrón), contienen lípidos saludables, pues contienen una gran cantidad de grasas insaturadas (las “buenas”) y además son ricos en ácidos omega-3.
Estos días no le vendrán mal las infusiones de hierbas naturales. De té verde o también de cola de caballo o diente de león (con cuidado los que tengan tensión alta) si se busca un efecto diurético; de boldo o alcachofa (para ayudar al hígado a metabolizar el exceso navideño de grasas), o de hinojo, melisa o comino contra los gases y las digestiones pesadas.
Y para terminar, recuerde lavar bien sus doce uvas (repletas de pesticidas) al dar la bienvenida al Año Nuevo. Eso si es que, para poder tragarlas mejor con las campanadas, no les quita la piel, en la que se encuentra la mayoría de sus propiedades: taninos, ácidos libres, minerales, fermentos y celulosas.
¿Cuáles van ser sus menús para estas Navidades? Me encantaría que compartiera conmigo y con todos los lectores de Tener S@lud su experiencia sobre las comilonas navideñas. Puede enviarme un e-mail a contacto@saludnutricionbienestar.com o hacer un comentario al final de esta página.
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Hola, aquí en México acostumbramos comer romeritos, que son hierbas con papas, nopales y camarones secos aderezadas con mole (combinación de varios chiles y especias). Es un platillo rico y de fácil digestión que nos ayuda a los que padecemos estreñimiento.
Qué buen artículo. Nos quita remordimientos a la vez que nos informa. Gracias!!!
Yo me voy a preparar una fuente de papas cortadas en daditos al horno en aceite de oliva condimentadas con hierbas y lo voy a acompañar con una crema de paltas (aguacates) con ajo y aceite de girasol además voy a hacer berenjena pimiento rojo cebolla y ajo al horno para luego hacer con eso una ensalada y para picar aceitunas rellenas champiñones y palmitos por ultimo para tomar champán o vino.
Felices fiestas para todos
Me parecen estupendas todas las recomendaciones. El menú aun no lo he decidido pero más o menos será el indicado. Gracias por todo y un saludo.
Feliz Navidad y año 2013.
Buenísimo este artículo, es genial me ha encantado, aunque mi menú navideño no se parecerá en casi nada a este tradicional, me parece toda esta información es maravilloso aprender cada día sobre los alimentos. Muchísimas gracias
Lo típico de estas fiestas es saludable para la salud!
Lo esencial es no abusar y ser razonable en las mezclas,
Gracias por todas las informaciones. Es muy practico y siempre se aprende.
Este correo me ha venido de maravilla, lo he reenviado a mis hermanos que siempre se quejan de lo malas que son las comilonas de Navidad. Espero que este año no estén tan pesados.
Gracias por la información.
Preguntáis por el menú, yo os voy a decir el nuestro:Escarola, langostinos a la plancha, consomé, merluza al horno con refrito y guindillas, compota, sin alcohol, infusiones.
Navidad: Ensalada, setas, queso de untar, paté, faisán relleno de frutos secos, sorbete de limón, dulces, café e infusiones.
Me parece bastante saludable. Todo de casa o ecológico.
Hola, verdad es que comemos demasiado. Con la mitad, de lo que habitualmente comemos, ya esta saciado el apetito. El problema de la gula, pecado, o defecto, que le gusta tragar, y tragar, y tragar
“Muchas gracias” por vuestra constante y valiosa información, sobre temas de alimentación natural sobre todo. Encuentro una gran honestidad en todos vuestros escritos. Por el simple hecho de que toda o la mayoría de vuestra información nutricional, este basada en alimentación sana y natural, con un alto grado de vegetarianismo. Pero a pesar de ello, vuestra profesionalidad os impide despreciar u obviar, los beneficios en mayor o menor grado, que tienen también algunos productos de alimentación animal.
Permitirme que os transmita una pequeña duda. Por culpa de la mucha literatura leída, de alimentación vegetariana y medicina natural. Siempre he creído que las vitaminas que pudiesen tener los productos animales, desaparecen con la cocción, o las altas temperaturas, al hacerlos comestibles. No así los minerales que no desaparecen. Por tanto pregunto. ¿El gran contenido de vitamina (B), entre otras, que tiene el (FOIE), no desaparece con dicho proceso? Sin más un afectuoso saludo y gracias por todo.
Me ha encantado, la información ha sido muy esclarecedora. Tenía sobre ciertas comidas una idea equivocada .Muchísimas gracias.
Me da mucha pena haber leído este articulo en el cual se alaban las cualidades de las comidas navideñas. Pero es que en el mundo hay otras personas que no comen esas cosas, son los vegetarianos, creo sería conveniente hablar de ello en lugar de promocionar las comidas de animales.
Si hace falta yo les puedo hacer el articulo.
Muchas gracias, un saludo
Es verdad siempre en esta época cometemos esos errores. Gracias por los consejos, intentaré que mi familia no se pase con un menú lo mas light posible.
Lamentablemente como vegetariana desde hace más de 15 años, no puedo estar a favor de este artículo, Pues considero a los animales como hermanos menores y los respeto como tal.
Sí, me hubiera gustado que se mencionaran alimentos no cárnicos para degustar en Nochebuena y Navidad.
Sabias palabras! intentaremos cumplirlas 🙂
Me gustó el comentario, por lo informativo y por su estilo humorístico. Hace tiempo que renuncié a las «comilonas de Navidad». Producen malestar, aumento de peso y CULPA. Además, soy vegetariana, abstemia y estoy sinceramente decidida a tener una vejez saludable 🙂 Mi cena será sobria: tarta de espinaca con queso, una buena ensalada con remolachas, apio, palta, palmitos, albahaca, perejil y aceite de oliva. La parte dulce muy modesta: budín con frutos secos, acompañado con unos mates (soy argentina). Nada de alcohol. Para la cena findeañera, me gustó el menú que describe José en esta misma página. Sencillo, sabroso, sano. Los mejores deseos para todos!
Hola. Es bueno saber que alimentos son menos dañinos y hasta son beneficiosos.Yo creo que parte de la culpa de las comilonas es que se compra mucho y siempre hay tentaciones en casa. Antes era muy necesario hacerlo así, porque las tiendas cerraban.
Pero hoy en día, son pocos los días que no abren, así que basta con comprar lo justo y solo un poco mas, para que no sobre comida a la vista en casa. A pesar de eso, comemos demasiado, pero con este truco es bastante menos.
Otro truco es tener mandarinas y plátanos a mano, a la vista, para que cuando den ganas de comerlos, se puedan pelar y listo. Muchas veces he dejado de comer otras frutas porque tras un día agotador prefiero no levantarme otra vez para lavar o pelar fruta.
Son una merienda excelente y económica porque llenan más que cualquier dulce.
Y de vez en cuando darse el capricho de comprar esa fruta que nos encanta pero es más cara en ese país. Siempre llena igual que varios dulces, que cuestan igual o más y engordan…
Por ejemplo, si una manzana, pera o plátano tienen unas 100 calorías, muchos dulces tienen 300 a 500, pero como no llenan, termina una comiéndose dos o hasta tres. Más calorías ganadas y más dinero perdido.
El truco es, antes de pagar, revisar la cesta a ver cuanto estamos gastando en basura y cuanto en tesoros.
Yo vivo en Japón desde hace unos diez años y aquí no existe tradición navideña porque casi no hay católicos. Ahora es como una nueva moda importada y mas bien un día romántico para enamorados (novios, no casados,….), con un poco de comida diferente y regalos para los niños.
Lo único navideño que se consigue es el pollo (no pavo) asado u horneado, pero mucho antes de que lo vendan y ha perdido la gracia. Así que lo preparo en casa, al horno o en sartén. Y el panetone. Cero polvorones, excepto en una red de tiendas de 24 horas a un precio… que no como mas que tres bolsas cada Navidad. Es típico comer tarta de Navidad, que es tipo bizcocho con crema y fresas.
En Fin de Año, que si se celebra desde mucho antes en Japón, hay comida típica basada en sopas de varias verduras y un tipo de proteína (depende de cada familia). En esta se mete unos bloques de una masa de arroz, llamado mochi. En teoría es una forma de no tener que hacer arroz cada vez en esas fechas tan ocupadas. Aunque veo mas difícil la sopa, pero cae bien contra el frió.
Tambien comen cosas conservadas con azúcar (varios tipos de judías, pescado, castañas). Lo llaman «osechi».
Los niños reciben dinero de todos los familiares, con lo que pueden volver a comprar algo y ahorrar en la cuenta para su futuro. Ellos aprenden a ahorrar y los padres se arruinan… Ja! Ja! Y el que tengan pocos hijos, pero muchos sobrinos o nietos… sale perdiendo.
Ja! Ja! Releyendo el mensaje anterior me he dado cuenta de que tres bolsas de polvorones pueden parecer mucho! Son bolsitas con 9 polvorones de 2 cm. cada uno. Aun así una bolsa trae 700 calorías! Pero solo de vez en cuando… A ver si aprendo a hacerlos, también aptos para alérgicos, para mi hija pequeña. Seguro que son más sanos.
Muchas gracias por todos los buenos consejos que recibo para mi salud … y para todos los que lean vuestros artículos. Muchas gracias y Feliz Navidad.
Yo como algunas otras personas que conozco no vamos a comer nada de esos alimentos, primero por salud precaria y después porque nuestra economía no lo permite. De todas formas gracias por sus consejos. Feliz Navidad!!!
Mil gracias
Muchas gracias por sus consejos. Siempre
¡¡Gracias y Feliz Navidad!! Tendré en cuenta todos esos consejos tan útiles.
Gracias por tus muy interesantes artículos. Felices fiestas.
Hola me siento agradecido por los buenos artículos sobre como cuidarnos en la salud.
Sobre la dieta de navidad está bien pero para mi no es. Soy vegetariano por respeto hacia los animales y por mi salud, pues para mi es una bella experiencia que me aporta muchísimo en el físico y en lo espiritual. Saludos. Gracias.
Querido, ya se que intenta excusar de la mejor posible esas barbaridades que una ciencia médica oculta para que todos consumamos esas drogas médicas, alimenticias y que al final matan a 50 millones de personas al año en base a ese engorde de 10 kg cada 20 años solo por las Navidades y que la mayoría del mundo lo sigue haciendo siempre por pura adicción física y mental.
Solo te voy a decir que ese foie no nos abastece de vitamina B, pues al calentarlo desaparece, lo mismo pasa con todo lo demás, esas proteínas cárnicas se transforman en puros ácidos nefastos. Mientras que mi bebida preferida ecológica Xs tiene hasta 5.000 veces el B12 necesario, aquí en Europa solo admiten 500 veces,… Tampoco esas bebidas alcohólicas se pueden aprobar por sus aportes de nutrientes, pues al ser purito azúcar solo convierten a las personas, en esos 20 años en piscinas de heces y orines, pues se convierten directamente en ácido úrico y otras lindezas.
Prometo seguir esas bacanales tomando unas estupendas ensaladas con un poquito de esos engendros de Satanás, pues lo más importante en nutrición es aportar al cuerpo lo poquísimo esencial, no en tomar algo negativo. Pues esto se desvanece ante lo constructivo. Creando un buen sistema inmune, un cuerpo alcalino,… no caben enfermedades, engordar ni tristeza.
Estas fiestas por la noche se harán de tipo más sencillo vegetariano y de proteínas: pate de espárragos verdes, sopa de mariscos, huevos rellenos, patatas fritas y para los no vegetarianos algo de cordero asado postres como rosquitos caseros de toda la vida.
Por fortuna, en mi familia cada navidad somos un poco más moderados… sin pasarnos. El pavo no suele faltar, y lo que hemos aprendido a reducir es en los entrantes… que a menudo son ya en si una comida abundante y como nos gusta mucho el pescado, alguna comida suele ser de mar.
He echado algo en falta en vuestro artículo, que tiene que ver con las repercusiones medioambientales de la producción de alguno de los alimentos navideños, como los langostinos. Para criarlos se están arruinando tanto ecosistemas muy valiosos como los manglares, así como las economías de pequeña escala de sus habitantes.
Por lo demás, agradezco y guardo vuestros artículos, me parecen muy interesantes.
Un abrazo
Hola Jean!.
Te cuento que como en mi familia somos varios los vegetarianos, el menú será acorde a ésta filosofía de vida. Y otra cuestión a tener en cuenta es que vivimos en Argentina, donde las fiestas transcurren en verano, razón de más para celebrar comiendo alimentos frescos, con poca cocción y escasas calorías.
Gracias por la información que es muy interesante y permíteme agregar a tu aporte:
¡a celebrar ésta navidad recordando que más que llenar el estómago es un momento propicio para meditar y llenar el alma de sutiles y elevadas vibraciones de concordia, bienestar, amor…, y una mejor oportunidad para propiciar que las relaciones familiares, generalmente conflictivas en ésta época, se afiancen con la merecida alegría de compartir!.
Bendiciones!!!
Esta navidad haré aguacate rellena con cebolla picada, atún y perejil. Alrededor del aguacate pondré lechuga y de segundo plato caldo de hueso con carne con fideos y albóndigas pequeñas hechas por mí y con carne que la muelen delante de mí. De postre macedonia de fruta aunque pondré luego turrones y polvorones para picar, pero estarán tan satisfechos que no creo que piquen mucho de estas cosas. También pondré variedad de quesos para picar y algo de jamón.
Espero que os guste mi receta yo quise de alguna manera colaborar con vosotros en agradecimiento de los artículos que compartís con nosotros.
Muchas gracias y me encantan.
Hola Jean!
Estoy encantada con todos tus artículos, los comparto con mis amigos.
Tengo una compañera que apenas puede caminar porque le ha salido un espolón en la planta del pie. Está desesperada. Ha ido al médico y no le ha dado una solución que le convenza.
¿Podrías ayudarme?.Gracias
Un cariñoso saludo
Josefina
Tengo una niña de 9 años y después de todas las comidas se queja de dolor de barriga .
La hemos llevado al medico pero nos dicen que no tiene nada.
Que le podemos dar? Es posible que lo que tenga son digestiones muy lentas??
Gracias,
Un Saludo
Es muy importante también en estas fechas que se come por demás y sobre todo dulces. No podemos olvidar el lavarnos los dientes (mantener una buena higiene dental es importante para la salud general)
Y tener cuidado con ciertos alimentos como mariscos, aceitunas, tenemos muchas urgencias por roturas de dientes en estas fechas.