La vitamina D influye en la secreción de insulina y en la sensibilidad a la misma, lo que juega un papel destacado en el síndrome metabólico. Por ello, las mujeres posmenopáusicas que tienen déficit de vitamina D (por debajo de 30 ng/ml) tienen un mayor riesgo de desarrollar síndrome metabólico, relacionado con complicaciones cardiovasculares.
Para llegar a estas conclusiones(1) se contó con 463 mujeres de entre 45 y 75 años que llevaban al menos un año sin menstruar y que no tomaban complementos de vitamina D. A todas ellas se les realizaron análisis para medir sus niveles de colesterol HDL (el considerado como colesterol “bueno”) y LDL (el llamado colesterol “malo”), pero también de triglicéridos, glucosa, insulina y 25(OH)D, el principal indicador para medir los niveles de vitamina D.
Los resultados demostraron que el 57,8% de las mujeres que tenían unos bajos niveles de vitamina D acabaron desarrollando el síndrome metabólico. Además, se relacionó este déficit con un mayor riesgo de tener altos niveles de triglicéridos, así como bajos niveles de colesterol HDL.
1. Schmitt EB, Nahas-Neto J, Bueloni-Dias F, Poloni PF: “Vitamin D deficiency is associated with metabolic syndrome in postmenopausal women”. Maturitas. 2018.
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