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¡Las princesas de los cuentos también enferman!

Desde que aquel genio llamado Walter Elias Disney, más conocido como Walt Disney, comenzó en la industria de la animación en Estados Unidos, allá por los años 1920, la infancia de millones de niños de todo el mundo se ha llenado de recuerdos con sus míticos personajes.

Seguro que todavía piensa con cariño en algunos de ellos, con los que descubrió el valor de la amistad, la capacidad de superación o la importancia de ayudar a quien más lo necesita.

Empezando por el ratón Mickey Mouse o el Pato Donald, pero también Dumbo, el elefante que podía volar con sus grandes orejas, Peter Pan, el niño que no quería crecer o, más recientemente Buzz Lightyear, el astronauta de juguete que protagoniza la franquicia Toy Story.

Y qué decir de sus princesas. Desde la primera de todas ellas, Blancanieves, hasta las más modernas como Vaiana o Raya.

Estas mujeres representan valores que han ido cambiando con el paso de los tiempos y, pese a su perfección… probablemente también sufrieron ciertos problemas de salud.

¡Lo ha confirmado un estudio científico!

Las princesas de Disney no vivirían felices para siempre

Para quienes piensen que la ciencia está llena de sesudos y tediosos estudios científicos, les sorprenderá la investigación que se ha publicado en la revista especializada The BMJ, y que lleva por título “¿Vivir felices para siempre? Los riesgos ocultos para la salud de las princesas de Disney. (1)

En clave de humor, esta investigación ha querido explorar aquellos riesgos para la salud que, en el caso de vivir en el mundo real, tendrían princesas tan queridas como Blancanieves o Rapunzel. ¡Y son más de los que imaginaríamos!

Por ejemplo, todos sabemos que CENICIENTA pasó de ser una criada a convertirse en princesa y vivir en un castillo de ensueño. Pero en ese proceso, sobre todo durante los largos años en los que sirvió a sus crueles madrastra y hermanastras, sufrió una terrible soledad. Hasta el punto de que los ratones con los que convivía eran sus únicos amigos.

Pues bien, esa soledad habría aumentado el riesgo de sufrir depresión y ansiedad. Estas son algunas de las afecciones asociadas a la ausencia de interacciones sociales, pero que también pueden tener efectos más directos sobre nuestra salud. Por ejemplo, numerosos estudios han confirmado que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares e incluso de muerte prematura. (2)

Y eso por no hablar de las nefastas condiciones de salubridad que parecía tener el castillo, si en él vivían tantos ratones, lo que podría haber conllevado infecciones de todo tipo en la pobre Cenicienta.

Pero esta no es la única afección que podría haber sufrido si viviera en un mundo donde la magia lo cura todo. La constante exposición al polvo y a la ceniza que debía limpiar, y a la que debe su nombre, muy probablemente le habrían ocasionado una “enfermedad pulmonar ocupacional”, que es como se conocen las afecciones debidas a la inhalación de sustancias tóxicas en ambientes contaminados.

Además, si esta afección se hubiera cronificado, podría haber derivado hasta en un cáncer de pulmón. Una trágica conclusión, pero muy probable, si tenemos en cuenta que sus pulmones también estarían llenos de la purpurina que su hada madrina esparcía sobre ella, y que no es otra cosa que microplásticos recubiertos de aluminio. Fatales para el sistema respiratorio.

Encuentro Artrosis

Pasemos ahora a BLANCANIEVES, que además de la muerte de su madre, sufrió el abandono de su madrastra cuando su padre volvió a casarse. Y poco después, cuando su padre también falleció, experimentó un grave estrés postraumático cuando su madrastra ordenó su muerte solo porque era la más bella del reino.

Pues bien, en el mundo real, habría sido clave detectar esta afección, para así evitar sus numerosos riesgos asociados: trastornos del sueño, problemas de concentración y memoria, pensamientos negativos e incluso suicidas…

Otra princesa que gusta mucho es la BELLA DURMIENTE, cuyo apodo ya nos dice cuál sería su principal problema de salud: una grave falta de actividad, ya que dormía demasiado. Es cierto que en su caso se debió a un hechizo, lo que también explicaría por qué no sufrió las consecuencias de ese sedentarismo (estuvo tumbada durante cien años, según el cuento original).

Pasemos ahora a JASMINE y BELLA, que según los responsables del peculiar estudio habrían tenido un problema en común: la exposición a animales, lo que aumenta el riesgo de infecciones zoonóticas. En el caso de Jasmine, la princesa de Aladín, porque tenía como mascota a un animal tan exótico como un tigre. Y, en el caso de Bella, porque su novio era, literalmente, una bestia.

Fuera de las páginas de los cuentos, estos animales salvajes pueden conllevar enfermedades infecciosas potencialmente mortales, como la brucelosis o la rabia, transmitidas por bacterias y virus, respectivamente.

Eso sí, también debemos quedarnos con las cosas buenas que aprendimos de estas dos princesas. En el caso de Jasmine, los beneficios para la salud física y mental que conlleva el tener mascota y que puede conocer aquí.

Y, en el caso de Bella, porque nos animó a leer (era su pasatiempo favorito), lo que también ofrece numerosas ventajas para la salud: estimula la actividad cerebral y fortalece las conexiones neuronales, mejorando la capacidad intelectual y previniendo la pérdida de memoria, tanto a corto como a largo plazo. (3)

Por último, tenemos el caso de RAPUNZEL, conocida por su largo cabello… ¡de más de 21 metros! Es cierto que esta melena era mágica y, además, le ayudó a escapar de la bruja que la tenía prisionera.

Pero en el mundo real tendría que haber cuidado más de su cabello. Sobre todo, no tendría que haber dejado que un príncipe lo usara como cuerda de escalada, ya que eso habría dañado sus folículos pilosos y aumentado el riesgo de sufrir alopecia.

Y, si ese hubiera sido el caso, el final del cuento habría sido muy distinto.

Fuentes

  1. ¿Vivir felices para siempre? Los riesgos ocultos para la salud de las princesas de Disney. The BMJ. 2024.
  2. Social Isolation and Loneliness in Older Adults: Opportunities for the Health Care System. National Academies of Sciences, Engineering, and Medicine. 2020.
  3. David Comer Kidd, Emanuele Castano: “Reading Literary Fiction Improves Theory of Mind”. Science. 2013.

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