Cada año, al acercarse la Navidad, surgen por todas partes artículos explicando que la Navidad no es una fiesta alegre para todo el mundo, que un tercio de las personas temen la Navidad, que se deprimen…
El fenómeno incluso ha sido hace poco «etiquetado» médicamente (¡reconocimiento supremo!). Si usted se siente afectado, sepa que sufre de SDEAN (¡Síndrome de Depresión Estacional al Acercarse la Navidad!). Y hay gran cantidad de psicólogos que están esperando a verle en su consulta -mediante pago, por supuesto-, así como toda una gama completa de antidepresivos a su disposición.
Pero esta «depresión estacional navideña», que afecta al 10 % de la población, tiene en realidad una causa específica: la provoca la falta de luz y la falta de exposición de la piel a la luz solar, lo que da como resultado una bajada del nivel de la vitamina D en la sangre.
Cuando el sol es intenso, en verano, sus rayos penetran a través de su retina. Los rayos envían una señal a su cerebro diciéndole que detenga la producción de melatonina, una de las hormonas que determina los ciclos de sueño. Pero cuando llega el invierno, esta señal es demasiado débil y la producción de melatonina sigue siendo alta, incluso durante el día. Es por ello que se puede sentir con mayor facilidad cansancio, apatía y depresión en invierno.
La solución es bastante obvia: contra el déficit de vitamina D, hay que tomar un suplemento de vitamina D durante todo el invierno, tras hacerse un análisis de sangre para comprobar la existencia de un déficit. Les recuerdo que el nivel en suero óptimo que se puede tener como objetivo está entre 45-70 ng /ml.
Contra la falta de luz en la retina puede practicar la luminoterapia, que es un tratamiento científicamente reconocido y aprobado como el más apropiado para el tratamiento de la depresión estacional. (1)
La terapia de luz consiste en exponerse a diario a una fuente de luz artificial que reproduce la luz natural, a una intensidad superior a 2.000 lux, al nivel de los ojos, durante 30 minutos a una distancia de unos 50 cm. Este tratamiento se practica desde el inicio de los síntomas, alrededor de septiembre u octubre, y debe mantenerse hasta la primavera.
Dicho esto, no hay que ignorar la realidad de que la depresión estacional puede agravarse en estas fechas en gran medida debido a la soledad o a las malas relaciones con algunos de los que le rodean, que no hacen muy alegres las fiestas de Navidad.
Según Camillo Zacchia, psicólogo jefe del Instituto Universitario de Salud Mental Douglas, en Canadá, si la época de Navidad puede resultar para algunos tan difícil de atravesar es también porque nos recuerda el estado de soledad en el que vivimos, sin familia, sin amigos.
Por ello, para evitar encontrarse en esta situación, he aquí una reflexión.
Existen cinco redes de sociabilidad, es decir, cinco vías por la que nos relacionados con otras personas:
En España, el 25% de las personas asegura sentirse sola con frecuencia y el 40% confiesa no tener ningún amigo íntimo, según un informe elaborado por el Teléfono de la Esperanza. Cada vez más personas dejan de tener actividad profesional (jubilados, desempleados, inactivos) y por lo tanto no tienen compañeros de trabajo; con la familia se han ido distanciando y los vecinos no son más que grandes desconocidos con los que uno se encuentra en el ascensor.
Más personas de las que parece no tienen ninguna de las cinco categorías de redes de sociabilidad a su alrededor. No tienen ni amigos, ni familia, ni compañeros de trabajo, no conocen a sus vecinos y no tienen contacto con nadie en su tiempo libre. En otras palabras: están solas. Y esta soledad vital, este aislamiento, es un fenómeno que no deja de crecer. Las más de 300.000 llamadas anuales que reciben en el Teléfono de la Esperanza son la punta del iceberg que da fe del sufrimiento que produce esa soledad no deseada.
¿Cómo sorprenderse de que se multipliquen los casos de personas mayores que están siendo víctimas de maltratos en instituciones durante años sin que nadie se dé cuenta? ¿O que haya cadáveres que son descubiertos meses o años después de la muerte, en apartamentos donde nadie se había dado cuenta de que ya no había vida?
Estamos asistiendo a una verdadera implosión social, portadora de infinito sufrimiento para las víctimas, porque la soledad absoluta es una de las cosas más terribles que le puede ocurrir a un ser humano.
«El hombre es un animal social», decía el filósofo Aristóteles ya en el siglo V antes de Cristo. «No es bueno que el hombre esté solo», está escrito en el libro del Génesis, que data del año 750 antes de Cristo.
Y, por desgracia, como es habitual, no existe una receta milagrosa, no hay una solución fácil y rápida. La única salida es el método de ir paso a paso. Cada uno de nosotros desde nuestras posibilidades podemos tratar de mejorar la situación allí donde es posible, es decir, en nuestro entorno y en nuestra propia vida, estando atentos, anticipando, evitando ser atrapados por la soledad.
Este no es lugar, por falta de espacio, para explicarle cómo empezar desde cero a construir una familia unida, a tener una sólida y grande red de amigos, un ambiente de trabajo cálido, excelentes relaciones con sus vecinos y múltiples actividades deportivas, culturales y asociativas que le den la oportunidad de hacer numerosos y enriquecedores contactos. Y de todos modos, hay que ser realista y tener en cuenta que la situación nunca puede ser perfecta.
Pero de todas formas aquí tiene algunas reflexiones que, pese a su inevitable generalidad, pueden serle útiles.
Cada grupo social puede, aisladamente, aportarle la sensación ilusoria de estar bien acompañado. Así, Elena puede estar tan centrada en su carrera profesional que no se da cuenta ni sufre por no tener familia, ni amigos, ni vecinos. Juan y Patricia puede que estén tan unidos y aportarse tanto uno al otro mutuamente que no han caído en la cuenta de que tienen muy pocos verdaderos amigos, pocos buenos compañeros ni buenos vecinos… Antonio tiene un grupo de amigos tan formidables que se olvida de que no tiene familiares, ni compañeros de trabajo, ni vecinos…
Y en todos estos casos, les digo: ¡cuidado, peligro! Bastaría con que Elena pierda su trabajo, que Patricia muera repentinamente, que Antonio se vea obligado a cambiar de ciudad, para que cada uno de ellos, después de haber perdido su único grupo social, se encuentre en la más completa soledad.
En cada etapa de la vida debemos asegurarnos de que nuestras relaciones sociales sean lo más equilibradas posibles y ocuparnos de mantenerlas en los cinco grupos. Aunque estemos muy felices en nuestra vida de pareja, tengamos muchos amigos y un buen trabajo, no hay que descuidar a nuestros vecinos ni tampoco no tener ninguna actividad social, deportiva, cultural o asociativa. Al contrario, debe aprovecharse del hecho de estar bien acompañado y de la sensación de seguridad que esto aporta, para ir más hacia los demás, acercarse a los desconocidos, conocer gente nueva. Porque nadie conoce el futuro y no se sabe si un día no muy lejano, usted se alegrará de poder contar con sus vecinos cuando, por circunstancias desafortunadas, haya perdido parte o la totalidad de sus otros grupos.
El proceso es mucho más fácil cuando hay un «círculo virtuoso» de la amistad. Así, a una persona feliz en su matrimonio le será más fácil ser agradable y hacerse amigos, conocer a sus vecinos, unirse a actividades para ampliar su red social, e incluso encontrar un trabajo satisfactorio con un ambiente profesional sano.
Por el contrario, una persona que está completamente aislada, que ya no tiene ningún punto de contacto con el mundo, experimentará grandes dificultades para reconstruir todo. Es por eso que no hay que ser demasiado exigente desde el primer momento. Si uno está muy aislado y le gustaría tener un compañero en la vida, es mejor no buscar directamente una pareja, sino empezar por favorecer las situaciones sociales que permiten los simples contactos con la gente. A través de las actividades, al hilo de los encuentros, se crearán lazos con las personas, algunas de las cuales se convertirán en amigos y, quién sabe, uno puede encontrar su alma gemela.
Sin embargo, las cinco redes no son exactamente iguales, y es obvio que es mejor tener una familia con la que nos llevamos bien y buenos amigos, en lugar de tener una buena relación con sus compañeros de trabajo o sus vecinos.
«La amistad es el bien más preciado en el mundo «, dijo un sabio, y se debe hacer lo imposible para preservar la unidad familiar. Ello implica esforzarse por seguir ciertas reglas. Es difícil exigir de su pareja espíritu de servicio, escucha, paciencia, comprensión, perdón… si usted nunca hace nunca nada por él o ella, si no le escucha, si usted es impaciente, si no trata de comprenderle y si no le perdona nada.
Es difícil que los niños sean cariñosos y respetuosos con sus padres, si estos padres a su vez no les muestran amor y respeto y están ausentes cuando sus hijos les necesitan.
Como habrá comprendido, mi palabra clave en las relaciones humanas es la «reciprocidad», traducida por estas palabras de sabiduría universal: «No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti» y su corolario: «Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti».
Sin reciprocidad, se convierte en heroico intentar respetar sus compromisos de lealtad frente a sus amigos y familiares.
Si usted está hoy aislado y comienza ahora este método de ir paso a paso, me temo que es demasiado tarde para que la Navidad de 2013 sea la más maravillosa y cálida de todas las Navidades, dentro de una familia unida, con numerosos y buenos amigos, alrededor de una mesa bien surtida y bajo un hermoso árbol de Navidad.
Sin embargo, la Navidad de 2014, la de 2015 y las siguientes podrán ser cada vez mejores, hasta que la «depresión estacional navideña» desaparezca completamente y dé paso a una alegría sana y profunda.
¡Y cuento con usted para que no se olvide de invitarme a la fiesta por todo lo alto que organizará para la Navidad de 2020!
¿Qué asocia usted a la Navidad? ¿Es de los que conserva aún esa ilusión infantil y está deseando que llegue para colocar sus adornos navideños y compartir una buena mesa con sus familiares y amigos? ¿O, en cambio, estas fiestas le producen tristeza y melancolía? Le invito a compartir su experiencia y sus comentarios con el resto de lectores de saludnutricionbienestar.com haciendo clic un poco más abajo.
Fuentes
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IN LAKEHS
Querid@s amig@s de Tener Salud: Muy lo bueno lo que decís, pero os sugiero dos cosas:
1- En vez de luz artificial, que hay que pagar a las eléctricas, ver el sol todas las mañanas que sea posible empezando con 10 segundos, incrementando cada día 10 s más, podéis ver la técnica en la web «el mensajero del sol». Funciona, llevo años viéndolo y mejora muchas cosas.
2.- Dios está en el corazón de cada uno, contactemos con Él ahí, y fuera problemas.
Besos Luminosos.
Arkadiel.
Cada año, me da pereza q lleguen estas fechas que al final se traducen en superficiales y de compromisos, pero siempre busco objetivos que me motiven y motivar a mi familia, a mis hijas le encanta.
Hacemos una felicitación para la familia, estudiada y con cariño, buscando lo que desearíamos para nosotros y para los demás para el próximo año, así como adornar la casa, pensar el menú que sea del gusto de todos con los que vamos a compartir la noche o el día, y estar un poco más cerca unos de otros, ese poquito que nos une, ya es un motivo para que no nos depriman estas fechas.
Un saludo, y tenéis razón, la vida social es muy importante, sin despreocuparnos de la familiar.
Zorionak eta Urte berri on, Feliz Navidad y feliz año nuevo!!!!!!!!!!
Para mí, las fiestas de navidad, no me producen ninguna alegría.
Estoy muy de acuerdo con lo leído en este artículo.
Sigo adornando la casa como cuando era joven, que no niña. En la niñez era mi padre el que montaba el Belén y nos hacía cantar ante él. No había adornos, ni árbol, dos pollos vivos en la galería, que compraba mi abuelo, nunca ví como los mataban.
Acabo de cumplir 66 años e ilusión no me falta, lo que me falta es salud y eso es lo que me deprime. También me gusta vivir la autentica Navidad, recordar que Jesús vino a este mundo y nos enseñó a preocuparnos por el prójimo, y a ser mejores. Creo que vivir estas fiestas, prescindiendo del tema comercial, es lo que mejor que podemos transmitir a nuestros hijos y nietos.
Muy exacto éste artículo, inmensidad de personas no han logrado ser felices en Navidad, en el cumpleaños de JESUS y tiran cohetes y bombas para satisfacerse y rodean de incomprensión a quienes los rodean. Incluida Naturaleza, medio ambiente, perros que no comprenden éste manicomio que nos pasa…
Leo con mucho interés siempre todo lo que tienen la gentileza de enviarme; en esta oportunidad, me ha llamado la atención el tema y las buenas conclusiones para que muchos mejoren su calidad de vida en cuanto a mejorar la forma de relacionarse. Sin embargo, en mi caso, que soy muy amistosa y comunicativa, sufro de esta depresión Navideña e incluso, he cambiado ciertos hábitos para tratar de superarla o evitar momentos de sufrimiento.
He decidido escribir este comentario pensando en destacar el hecho de que esta circunstancia puede presentarse en personas, como yo, que teniendo familia y una buena cantidad de buenos amigos, la sufren, debido a otras circunstancias de la vida.
Para mi, toda actividad en relación con estas festividades me abren la herida de haber perdido a mi adorada hija Lenka en un accidente, a mi marido que murió joven y a mi madre, motivado principalmente por las razones anteriores. Para ellos, era un momento muy especial del año y aunque considerándome que soy una mujer fuerte, he intentado superarlo manteniendo el recuerdo de ellos vivo en mi mente y en mi corazón, y así vivo cada día sin arruinarle la vida a nadie, pero, cuando llega esta fecha es algo que me cuesta superar. En días pasados, entrando a unos grandes almacenes y ver al ambiente navideño, me cayeron unas lágrimas que como pude disimulé y también, decidí este año no asistir al Concierto en una Iglesia donde al escuchar las tradicionales canciones (que mi hija cantaba en su Colegio o en casa) con voces como de Ángeles me caen las lágrimas en forma incontenible.
Cuento mi experiencia, habrá otros muchos que por otras razones profundas también lo pasan mal. Si pudiera, me iría a algún lugar bonito pero solitario donde no acordarme de la fecha, pero por otro lado, no puedo hacer eso al resto de la querida familia que me queda.
Feliz Navidad para todos!
Olga C.
A mí me encantan las fiestas. Me excitan y me ponen de muy buen humor, Comprar los regalitos para Navidad. Los turrones, garrapiñadas y pan dulce con sidra o champán y la exquisita comida que hace mi madre. Tengo una maravillosa familia tanto por parte de mi mamá y mi papá y nos queremos mucho.
También tengo amigos no muchos pero son de hierro y nos conocemos hace 20 o 30 años. Yo tengo 54 años y me podría deprimir en la Navidad por no haberme casado y principalmente por no haber tenido hijos, pero tengo una sobrina que es mi sol de 15 años, y soy muy feliz porque me gusta el trabajo que hago (soy artesana) y vivo en un lindo dpto. con flores en el balcón y una hermosa planta en el living.
Bueno los dejo porque acaba de llegar mi tío,
Siento desencanto porque veo más sentimiento materialista que humanista. Son los pocos destellos de humanidad que encuentro en la gente los que me reconcilian con el mundo.
Ante todo mil gracias por su exhaustiva y excelente información sobre La Depresión Navideña!
Me gustaría que ustedes establecieran una pequeña diferencia entre «Estar Solo» o «Sentirse Solo» y «Estar Abandonado» o «Sentirse Abandonado». Lo verdaderamente negativo emocionalmente es «Sentirse Abandonado».
Les deseo Feliz Próspero Año Nuevo 2014 !
Me gustó mucho el artículo de la depresión navideña porque aporta aspectos sobre su origen y soluciones prácticas.
Pero también estas fechas de Navidad son especialmente relevantes porque se juntan aspectos espirituales-religiosos como sociales. Esto es, nos hacen reflexionar cómo somos, cómo hemos sido este año y por ello nos invita a saber si somos felices (palabra obligada en estas fechas) en nuestra vida.
Claro que si tenemos amigos o familiares es mejor llevado pero sino la crueldad de nuestra realidad de infelicidad no tiene distracciones y se materializa dolorosamente.
Aprender a vivir en soledad es lo primero -esto es, ser feliz con uno mismo- para después poder compartirlo. Necesitamos aprender a vivir. A dar valor a lo que realmente lo tiene. A despojarse de la hipnosis social engañosa de las necesidades para ser feliz. Sólo así, experimentaremos la libertad de la felicidad.
Un fuerte abrazo y muchas gracias, pues muchas personas necesitan vuestra ayuda.
Me parece tremendamente interesante el contenido del artículo, y me encantaría leer otros donde se traten con más detalles los aspectos mencionados en el siguiente párrafo:
«Este no es lugar, por falta de espacio, para explicarle cómo empezar desde cero a construir una familia unida, a tener una sólida y grande red de amigos, un ambiente de trabajo cálido, excelentes relaciones con sus vecinos y múltiples actividades deportivas, culturales y asociativas que le den la oportunidad de hacer numerosos y enriquecedores contactos. Y de todos modos, hay que ser realista y tener en cuenta que la situación nunca puede ser perfecta.»
Gracias y un abrazo
Me deprime profundamente la navidad.
Copio a mi madre que renegaba de estas fechas. Ella decia que los que estaban felices, no se acordaban de losque estaban sufriendo.
Creo que estas fiestas si cada uno las vivimos como mejor nos parezca prescindiendo de todo lo material que las envuelve son bonitas. A mi personalmente me gusta adornar mi casa para que este acogedora para la familia que venga a participar de las cenas o comidas.
Entre nosotros nos hacemos regalos y se abren a las 12 de la noche como cuando mi hija era pequeña. Entiendo que la gente que ha perdido a seres queridos se sienta mal; pero es cuestión de intentar cambiar el pensamiento; en lugar de estar triste pensar la suerte que hemos tenido de haber compartido nuestra vida con ellos durante un tiempo.
Si el texto tiene puntos interesantes y siento tener que decir que cuando a uno le rodean, hipócritas, amargados, gente negativa, vagos… y eso se da en cualquiera de los 5 ambientes se esta mucho mejor solo, así que a lo mejor es bueno estar un poco deprimido en ciertas fechas o épocas con tal de no tener gente aprovechada cerca.
Muchas veces lo que deprime a algunas personas son esas compañías obligadas por nacimiento, cercanía, ambiente laboral o lo que sea.
Se lo que es la depresión y el tener problemas mentales, los cuales nunca sabes si los volverás a tener, y lo dicho mejor solo que mal o demasiado acompañada de roba energías, farsantes y un montón de cosas mas, y por desgracia en España hay muchos de estos que aquí nombro.
Me encantan estas reflexiones una vez más. Nunca hubiera pensado que le ausencia del sol ocasionara tales desajustes anímicos.
A veces oyes a la gente hacer comentarios del calibre…»¡qué bien si se pasaran de la noche a la mañana!», “¡cómo odio estos días!”. A veces oyes decir: “¡Cómo me deprimen estos días tan cortos y sin sol!”
La verdad es, que todos de una u otra forma extrañamos algún familiar que ya no está, pero… ¿es que sólo los echamos en falta en días concretos ?
Tiene que haber algo más, algo de lo que lo que trata el editorial.
Gracias Juan M. Dupuis de Mercedes.
Me gusto mucho este artículo de la Navidad, pues no solo nos cuenta lo que es perjudicial sino que nos da soluciones, yo también miro al sol cuando sale o cuando baja.
Muchas gracias y feliz Navidad.
Sr Dupuis, le encuentro a usted súper simpático y por supuesto está usted convidado a la Navidad 2020, aunque me encantaría poder conocerle personalmente mucho antes.
Esta ha sido, creo, la peor o una de las peores Navidades de mi vida y de la vida de mis hijas y como a nosotros, les pasa a una gran parte de personas. La Navidad es ahora mismo puro consumismo para la mayoría, la combinación se ha hecho tan bien, que ha llegado a confundirse el verdadero espíritu navideño, con el falso.
Así que cada uno de nosotros debemos espabilarnos como podamos, para transmitir a nuestros hijos los mejores valores y pasar estos días como podamos, capeando la ausencia de quienes no están.
Espero poder dar mejores noticias la próxima Navidad.
Un abrazo y ánimo.
Muchas gracias por el artículo. Si bien tengo mis hijas casadas, tres nietos divinos y vivo con mi madre, Tambien siento una nostalgia en la navidad, que no se a qué atribuírsela. Pero estoy 100% a favor de mantener la buena comunicación, con vecinos, compañeros de trabajos y cuidar mucho a los amigos. Todo eso ya que contamos mucho con computadoras, telefonos móviles, etc… que parecen van a llevar el relacionamiento directo con las personas a cero.
A disfrutar, que la vida es linda compartida!!!!!!!
No me gusta nada la Navidad, soy católica y la enfoco más a ese tema aunque sin fanatismos baratos. Sí que la celebro con mis nietos para entregarles los regalos, ya los mayores decidimos no hacernos regalos.
Pero sí que debo de tomarme más vit,D3 que lo hare a partir de este año. Ah felices navidades próximas. Un saludo
Se ha secuestrado el verdadero sentido de la Navidad. Para un cristiano esta fiesta le da sentido a su vida y la llena plenamente.